Papa Francisco sobre el “invierno demográfico”: No hay jóvenes

VATICANO, 07 Jun. 21/03:20 pm (ACI).- El Papa Francisco ha advertido de las graves consecuencias del “invierno demográfico” que sufre Italia. Con una edad media de 47 años, que es hoy la de Italia, no puede haber futuro. Además de esto, el Papa dijo que un país en crisis demográfica como Italia no puede posibilitarse tener una alta tasa de jóvenes desempleados, sin perspectivas en el mercado laboral.

Esta opinión la logró el Papa el pasado sábado 5 de junio a lo largo de la audiencia concedida en el Palacio Apostólico del Vaticano a los jóvenes integrantes del Proyecto Policoro, de la Charla Episcopal Italiana, con ocasión del 25 aniversario de su fundación.

El Proyecto Policoro es un emprendimiento de la Iglesia en Italia que intenta ofrecer una respuesta concreta al inconveniente del desempleo en Italia. Su sede está situada en la ciudad de Policoro, en la provincia de Matera, en el sur de Italia, donde tuvo lugar la primera asamblea del emprendimiento, el 14 de diciembre de 1995.

Para el Papa, “el Proyecto Policoro fue y sigue siendo un signo de esperanza, especialmente para muchos territorios del sur de Italia donde falta trabajo y los trabajadores son explotados”.

Este importante aniversario, subrayó Francisco, “se lleva a cabo en un periodo de fuerte crisis socioeconómica gracias a la pandemia” del coronavirus.

En su alegato, el pontífice meditó sobre “cuatro verbos que tienen la posibilidad de guiarte en tu sendero y concretarlo”: animar, habitar, enamorar y acompañar.

El primer verbo es “animar”, “o sea, animar”. Francisco dijo que “nunca antes habíamos sentido la necesidad de tener jóvenes que, a la luz del Evangelio, sepan ofrecer alma a la economía, por el hecho de que sabemos que los inconvenientes sociales se responden con redes comunitarias”.

En ese sentido, invitó a los jóvenes a “ser constructores de relaciones, tejedores de una humanidad solidaria, en este momento en que la economía se ‘evapora’ en las finanzas”.

Para el Papa, el problema del paro “es una cuestión de dignidad. La dignidad de una persona no proviene del dinero, no viene de las cosas que se saben, viene del trabajo. El trabajo es unción de dignidad. Los que no trabajan no cuentan. Es de esta forma de fácil”.

Por consiguiente, “cuidar el trabajo es promover la dignidad de la persona. De hecho, el trabajo no surge de la nada, sino del talento y la imaginación del hombre: es una imitación de Dios constructor”.

El segundo verbo es morar. “Les pido que mostréis que es viable habitar el mundo sin maltratarlo”, ha dicho el Papa a los jóvenes. “Habitar la tierra no significa frente todo tenerla, no, sino entender vivir de forma plena las relaciones: relaciones con Dios, relaciones con los hermanos, relaciones con la creación y con nosotros. Os exhorto a amar los territorios en los que Dios les ha puesto, eludiendo la tentación de escapar a otro sitio”.

Recordó que “Dios jamás nos abandona y podemos transformarnos en signo de su misericordia si sabemos apoyarnos en la pobreza de nuestro tiempo: los jóvenes que no hallan trabajo, los que padecen depresión, los desmotivados, los que están cansados “de la vida, los que dejaron de soñar con un mundo nuevo”.

El Papa Francisco lamentó que el desempleo en Italia “hace que varios jóvenes procuren la alienación”.

“Alienación, dejar la vida en un instante en el que no nos encontramos precisamente en un verano demográfico italiano. ¡Nos encontramos en invierno! Hay escasez de jóvenes y por eso los jóvenes no pueden dejar de poder ingresar al trabajo. ¡La edad promedio en Italia es de 47 años! Eres viejo. No hay futuro”.

Frente este preocupante contexto demográfico, el Papa charló de ciertas justificaciones que se escuchan para no tener hijos: “Pero, ‘¿De qué manera tendré hijos si no tengo trabajo? La oficina ve mi embarazo, ¿me despide? hasta el punto en que la matriz se transforma en una desgracia?”

No obstante, el Beato Padre subrayó que el razonamiento ha de ser “precisamente lo contrario. Debéis accionar así: que los jóvenes comiencen a soñar, a accionar como progenitores, a tener hijos. Para eso estamos trabajando. El trabajo es garantía de ese futuro”.

El tercer verbo es enamorarse. El Papa dijo que “hay un estilo que marca la diferencia: la pasión por Jesucristo y su Evangelio. Y esto se puede ver en el ‘mucho más’ que pones para acompañar a otros jóvenes a tomar las riendas de sus vidas, a tener pasión por el futuro, a desarrollar las capacidades adecuadas para el trabajo”.

El Papa nos invitó a preguntarnos: “¿De quién estoy enamorado? Primero: ¿estoy enamorado? Y entonces: ¿de quién estoy enamorado? ¿Qué busca mi corazón? ¿Estoy viviendo esta vida con la cabeza abierta o soy preso de las pequeñas cosas, de las menudencias? ¿A qué cosas me entrego?

Afirmó que “no fuimos conformados para hacer carrera, sino para crecer en comunión con el Constructor y con las criaturas. Para llevarlo a cabo medrar. Y aquí es necesario reiterar que somos interesados en el momento en que cuidamos nuestra interioridad, cuando no descuidamos la espiritualidad, cuando estudiamos, cuando conocemos a fondo la doctrina popular de la Iglesia y nos esforzamos por traducirla en ocasiones concretas. ”.

Además de esto, animó a los jóvenes a no tener miedo “de ofrecerse de forma gratuita para alzar la vida de los que están descartados. Ve en las afueras para hallar los descartados. Lo contrario a la pasión, ¿qué es? La pereza? Es la mediocridad, o la superficialidad, la que nos lleva a pensar que lo sabemos todo desde el comienzo y a no buscar resoluciones a los problemas, sin ponernos bajo riesgo”.

Finalmente, el cuarto verbo es acompañar. “O Projeto Policoro é uma rede de relações humanas e eclesiais: muitas pessoas se comprometem a acompanhá-los, suas dioceses olham para vocês com esperança e cada um de vocês é con la capacidad de se tornar um companheiro de caminho de todos os jovens que vocês encontram Por el camino. Vuestra presencia en los distintos lugares se convierte de esta forma en el signo de una Iglesia que sabe darse la mano”.

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