Papa Francisco: rivalidad y vanagloria

Papa Francisco: rivalidad y vanagloria

El Papa Francisco celebró la Misa en Casa Santa Marta y recordó que en la vida no se debe “ser selectivo”, siguiendo los propios intereses, sino más bien agrandar el horizonte de la presencia a la gratuidad universal.

Bárbara Castelli – Ciudad del Vaticano

La “rivalidad y la vanagloria” destrozan los cimientos de las comunidades, sembrando divisiones y conflictos. Así lo destacó el Papa Francisco en su homilía en la misa conmemorada esta mañana (05/11) en la capilla de Casa Santa Marta. Desde el Evangelio de Lucas (Lc 14,12-14), el Pontífice condenó “el egoísmo del interés”, reiterando que la “gratuidad” predicada por Jesús “no es selectiva”.

La propina es universal

La enseñanza de Jesús es clara: “no hagáis las cosas por interés propio”, no escojáis vuestras amistades por conveniencia. Razonar solo sobre la base de la propia “ventaja”, en verdad, es “una forma de egoísmo, segregación y también interés”, al paso que el “mensaje de Jesús” es exactamente lo contrario: la “gratuidad”, que “agranda la vida”, “ amplía el horizonte, pues es universal”. Los selectivos “son motivos de división” y no favorecen “la unanimidad” de la que charla São Paulo a los filipenses, en la primera lectura. “Hay 2 cosas que van en contra de la unidad – insistió el Papa – la rivalidad y la vanagloria”:

Y también el chisme nace de la rivalidad, porque bastante gente sienten que no pueden medrar, pero para hacerse mucho más altas se rebajan al otro con el chisme. Una forma de eliminar a la multitud. La rivalidad. Y Pablo dijo: “No. No hay rivalidades en la red social”. La rivalidad es una pelea para eliminar al otro. La rivalidad es mala: se puede llevar a cabo abiertamente, directamente, o se puede llevar a cabo con guantes blancos; pero siempre y en todo momento para eliminar al otro y elevarse a sí mismo. Y como no puedo ser tan virtuoso, tan bueno, disminuyo al otro, a fin de que me quede prominente. La rivalidad es un sendero hacia este acto de interés.

La vanagloria destroza la red social

Igualmente dañino es quien se vanagloria de ser superior a el resto:

Destruye una comunidad, también destruye una familia… Piense en la rivalidad entre hermanos por la herencia del padre, por ejemplo: pasa todos los días. Piensa en la vanagloria, en los que se jactan de ser mejores que los demás.

La vida cristiana nace de la gratuidad de Jesús

Los cristianos, siguió Francisco, deben seguir el ejemplo del Hijo de Dios, cultivando la “gratuidad”: hacer el bien sin preocuparse de que los demás hagan lo mismo; sembrar “unanimidad”, abandonando “la rivalidad o la vanagloria”. Construir la paz con pequeños movimientos significa marcar un camino de armonía en todo el mundo:

En el momento en que leemos las noticias de las guerras, pensamos en las novedades del hambre de los niños en Yemen, el resultado de la guerra: está lejos, pobres pequeños… pero ¿por qué razón no tienen algo para comer? Pero exactamente la misma guerra se libra en nuestros hogares, en nuestras instituciones con esta rivalidad: ¡ahí empieza la guerra! Y allí hay que llevar a cabo la paz: en la familia, en las instituciones, en el trabajo, buscando siempre y en todo momento la concordancia y la concordia y no el interés propio.

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