Papa Francisco: El bautismo “cristifica” a los fieles
“Las promesas bautismales deben ser renovadas todos los días para que el bautismo ‘cristifique’ a la persona que lo ha recibido, transformándolo verdaderamente en otro Cristo”, dijo Francisco en su catequesis.
localidad del Vaticano
En la audiencia general de este miércoles (04/11), el Papa Francisco inició un nuevo período de catequesis, concluyendo la semana anterior sus medites sobre la Santa Misa.
El nuevo tema escogido por el Beato Padre es el Bautismo, fundamento de la vida cristiana. Es el primero de los Sacramentos, puesto que es la puerta que permite a Cristo Señor llevar a cabo morada en nuestra persona y, nosotros, sumergirnos en su Secreto.
El verbo griego “bautizar” significa “sumergir” (cfr CCC, 1214). El baño en agua es un rito común a varias opiniones para expresar el paso de una condición a otra, signo de purificación para un nuevo comienzo.
“Pero para nosotros los cristianos no debe pasar inadvertido que si es el cuerpo el que se sumerge en el agua, es el alma la que se sumerge en Cristo para recibir el perdón de los pecados y resplandecer con luz”, explicó el Papa citando al escritor de roma Tertuliano.
nuevo cumpleaños
Como en otras oportunidades, el Papa preguntó a los leales quién sabe la fecha de su bautismo, dejando a todos una “tarea”: preguntar a los familiares la fecha donde Cristo entró en nuestras vidas. “Es otro aniversario”, ha dicho Francisco, es el aniversario del renacimiento, que asimismo debe celebrarse dando merced al Señor.
Regeneración
A través del lavado bautismal, quien cree en Cristo se sumerge en la vida misma de la Trinidad. El agua del bautismo, continuó Francisco, no es cualquier agua, sino más bien el agua sobre la que se invoca al Espíritu. Por eso, el bautismo también tiene por nombre “regeneración”: creemos que Dios nos ha salvado por su misericordia, con un agua que regenera y renueva en el Espíritu.
Por eso, el bautismo es signo eficiente de renacimiento, de caminar en novedad de vida. Sumergiéndonos en Cristo, el Bautismo nos hace asimismo miembros de su Cuerpo, que es la Iglesia, y partícipes de su misión en el planeta.
Este Sacramento, añadió el Papa, deja que Cristo viva en nosotros y que nosotros vivamos unidos a Él, para colaborar en la Iglesia, cada uno según su condición, para la transformación de todo el mundo. Recibido una sola vez, el Bautismo ilumina nuestra vida, guiando nuestros pasos hacia la Jerusalén del Cielo.
Una marca
“Hay un antes y un después del Bautismo”, destacó Francisco.
El Sacramento presupone un sendero de fe, que llamamos catecumenado, evidente tratándose de un adulto que pide el Bautismo. Pero también los pequeños, desde la antigüedad, son bautizados en la fe de sus progenitores. En este punto, el Pontífice respondió a quienes cuestionan por qué bautizar a los pequeños y no aguardar que, una vez mayores, ellos mismos soliciten el Sacramento. “Eso significa no tener seguridad en el Espíritu Beato”, respondió, porque es Él quien hace crecer y madurar las virtudes cristianas. Todos deberían tener esta ocasión, “no se olviden de bautizar a los niños”, aconsejó el Papa.
“Cristificar”
“Nadie merece el Bautismo”, explicó el Pontífice, en tanto que siempre es un don gratis para todos, mayores y recién nacidos. “Las promesas bautismales que renovamos todos los años en la Vigilia Pascual deben ser renovadas cada día a fin de que el Bautismo “cristifique” a la persona que lo recibió, convirtiéndolo verdaderamente en otro Cristo”.
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