Papa Francisco: Di “no” a la corrupción
Durante el mes de febrero, el Papa Francisco invita a todos a rezar Que los que tienen poder material, político o espiritual resistan cualquier tentación de corrupción.
En su homilía durante la Santa Misa en la Capilla de Santa Marta, el 8 de noviembre de 2013, el Papa Francisco comentó la parábola del mayordomo deshonesto (Lc 16, 1-8).
El Santo Padre comenzó: “El Señor nos habla de nuevo sobre el espíritu del mundo, sobre la mundanalidad: cómo funciona esta mundanalidad y cuán peligrosa es. En su oración después de la Última Cena del Jueves Santo, Jesús suplica al Padre que no permita que sus discípulos caigan en la mundanalidad”.
El Papa reafirmó que “la mundanalidad es el enemigo”, y “el diablo se complace mucho” en vernos vivir según sus caminos. Señaló al mayordomo deshonesto descrito en el Evangelio como un ejemplo de mundanalidad. “Algunos de ustedes podrían decir: ‘¡Pero este hombre solo hizo lo que todos hacen!’. ¡No, no todos! Algunos administradores de empresas, administradores públicos, administradores del gobierno… pero quizás no muchos. Es una actitud de tomar atajos, de tomar el camino fácil para ganarse la vida”.
“El maestro alaba al mayordomo deshonesto en el Evangelio”, prosiguió el Papa. “Él está elogiando el soborno. El hábito de sobornos y coimas es un hábito mundano y extremadamente pecaminoso…. Dios nos mandó a traer pan a casa a través del trabajo honesto”. En cambio, “este mayordomo estaba dando pan sucio a sus hijos para que comieran. Y sus hijos, que tal vez fueron educados en costosas universidades y se criaron en círculos muy cultos, fueron alimentados con basura por su padre. Porque al traer a casa pan inmundo, su padre perdió su dignidad. Y esto es un pecado grave. Puede empezar con un pequeño soborno, pero es como una droga”.
El Papa Francisco explicó, de hecho, que es un pecado grave “porque va contra nuestra dignidad”. “Esa dignidad por la que nos une nuestro trabajo. No a través de sobornos y coimas. No a través de esta adicción a la astucia mundana. Cuando leemos en los periódicos o escuchamos a alguien en las noticias hablar sobre corrupción, quizás pensemos que corrupción es solo una palabra. Esto es corrupción: no ganarnos dignamente el pan de cada día”.
Sin embargo, señaló el Santo Padre, hay otro camino, una ruta alternativa a la astucia mundana. Es el camino de la “inteligencia cristiana”. Este camino, dijo, “nos permite ser astutos pero no conforme al espíritu del mundo. Jesús mismo lo dijo: sed astutos como serpientes, sencillos como palomas”. Unir estas dos realidades es una gracia y un don del Espíritu Santo, dijo el Papa. “Esta astucia cristiana es un don; es una gracia que el Señor nos da. Pero tenemos que pedirlo”.
El Papa Francisco luego centró su atención en las familias de los mayordomos deshonestos del mundo. “Quizás hoy”, dijo, “sería bueno que todos oráramos por tantos niños que reciben pan sucio de sus padres, porque también ellos tienen hambre; tienen hambre de dignidad”.
El Santo Padre concluyó invitando a todos los presentes “a pedir al Señor que cambie el corazón de aquellos que son devotos de la diosa del soborno” para que “entiendan que la dignidad proviene del trabajo noble, del trabajo honesto, del trabajo diario”. trabajo, y no del camino fácil que al final te despoja de todo”. Porque cuando se enfrentan a la muerte, dijo, “esta pobre gente que pierde su dignidad por la práctica del soborno no se lleva el dinero que ganó; sólo se llevan su falta de dignidad. Oremos por ellos”.
Homilía: © Copyright 2013 – Libreria Editrice Vaticana
El Video del Papa de febrero: www.catholicireland.net/the-pope-video-february-2018/
