Papa: examen de conciencia para dejar espacio
En la capilla de Casa Santa Marta, el Papa Francisco festejó la Misa y recordó que en el corazón del hombre, cada día, luchan el “espíritu del mundo” y el “espíritu de Dios”.
Bárbara Castelli – Ciudad del Vaticano
El corazón del hombre es como un “campo de batalla”, donde se enfrentan 2 “espíritus” distintos: uno, el de Dios, nos conduce “a las buenas proyectos, la caridad y la fraternidad”, el otro, el de todo el mundo, nos impulsa “ hacia la vanidad, el orgullo, la autosuficiencia y el chismorreo.” De esta forma lo destacó el Papa Francisco, celebrando la Misa en Casa Santa Marta. El punto de inicio de las reflexiones del Pontífice fue la Primera Lectura, en la que “el apóstol Pablo enseña a los corintios el sendero para tener la mente de Cristo”, un camino marcado por el abandono en el Espíritu Beato. En efecto, es el Espíritu Santo quien nos lleva a “conocer a Jesús”, a tener exactamente los mismos “sentimientos”, a entender el “corazón”.
La eterna lucha entre el bien y el mal
Francisco recordó que “el hombre dejado a su suerte no entiende las cosas del Espíritu”:
“Hay dos espíritus, 2 formas de pensar, sentir, accionar: el que me transporta al Espíritu de Dios y el que me transporta al espíritu de todo el mundo. Y esto sucede en nuestras vidas: todos contamos estos 2 ‘espíritus’, por de esta manera decirlo. El Espíritu de Dios nos transporta a las buenas proyectos, a la caridad, a la fraternidad, a venerar a Dios, a saber a Jesús, a hacer muchas buenas proyectos de caridad, a rezar: eso. Y el otro espíritu del mundo, que nos lleva hacia la vanidad, el orgullo, la suficiencia y la habladuría: un sendero completamente diferente. Nuestro corazón – afirmaba un beato – es como un “campo de guerra, un campo de guerra donde luchan estos dos espíritus”.
Superando las tentaciones como Jesús
“En la vida cristiana”, por tanto, “hay que batallar para dejar rincón al Espíritu de Dios” y “expulsar el espíritu de todo el mundo”. Y un “examen de conciencia” períodico, sugirió el Pontífice, asiste para “detectar las tentaciones”, a aclarar de qué manera marchan estas fuerzas contrapuestas.
“Es muy sencilla: contamos este enorme don, que es el Espíritu de Dios, pero somos débiles, somos pecadores y también contamos la tentación del espíritu del mundo. En este combate espiritual, en esta guerra del espíritu, es necesario ser campeones como Jesús”.
No animales, sino más bien Hijos de Dios
Cada noche, concluyó el Papa, los cristianos deben repensar el día pasado para ver si predominan la “vanidad” y el “orgullo” o si consiguen imitar al Hijo de Dios.
“Para saber lo que pasa en el corazón. Si no hacemos eso, si no sabemos lo que pasa en nuestro corazón, y no digo esto, la Biblia afirma esto, somos como ‘animales que no comprenden nada’, van adelante con el instinto. Pero no somos animales, somos Hijos de Dios, bautizados con el don del Espíritu Santurrón. Por ende, es importante comprender lo que pasó en mi corazón el día de hoy. Que el Señor nos enseñe siempre y en todo momento, todos y cada uno de los días, a examinar nuestra conciencia”.
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