Papa en Misa en Bari: elijamos el amor,
“Si deseamos ser discípulos de Cristo, si deseamos llamarnos cristianos, este es el camino. Amados por Dios, nos encontramos llamados a querer; perdonado, perdonar; tocados por el cariño, dando amor sin aguardar a que otros empiecen; salvados de forma gratuita, para no buscar ningún beneficio en el bien que hacemos”, dijo el Papa en la Misa conmemorada este domingo en la localidad italiana de Bari, al término del Encuentro de reflexión y espiritualidad “Mediterráneo, frontera de paz”.
Raimundo de Lima – Localidad del Vaticano
“Ahí está la revolución de Jesús, la mucho más grande de la historia: del enemigo al odio, al enemigo al amor; del culto del lamento a la cultura del don. ¡Si pertenecemos a Jesús, este es el sendero!” De esta forma lo señaló el Papa en la misa conmemorada este domingo por la mañana (23/02) en la ciudad de Bari, en el sur de Italia, al término del Acercamiento de reflexión y espiritualidad “Mediterráneo, frontera de la paz”, impulsado por la Charla Episcopal (CEI), ocasión donde Francisco se reunió con los patriarcas, cardenales, obispos y curas participantes.
En la homilía de la celebración, encabezada en Corso Vittorio Emanuele II, en el centro de Bari, el Santurrón Padre se centró en la página del Evangelio de este séptimo domingo del tiempo ordinario, en cuyas lecturas somos llamados a la santidad.
Francisco resaltó que en él Jesús cita la antigua ley de “ojo por ojo y diente por diente”, que ya era un progreso, por el hecho de que impedía represalias mucho más graves, para decir que el Hijo de Dios va más allí, ¡considerablemente más allí!
Llamados a la Ley del Amor
“Yo, no obstante, les digo que no os resistáis al malvado” (Mt 5, 39). Pero ¿cómo, Señor? Si alguien piensa mal de mí, si alguien me hace daño, ¿no puedo pagarles en clase? “No” – dice Jesús. No violencia, no crueldad, destacó el Pontífice.
¿Cuál es la razón por la que Jesús nos solicita que amemos incluso a los que nos hacen daño? preguntó el Papa, respondiendo:
“Pues el Padre, nuestro Padre, quiere siempre a todos, aun cuando no sea correspondido. Él ‘hace salir su sol sobre buenos y pésimos, y hace llover sobre justos y pecadores’ (Mt 5,45)”.
Francisco recordó que Jesús “no levantó la mano contra los que lo condenaron injustamente y lo mataron cruelmente, sino les abrió los brazos en la cruz. Y excusó a los que le clavaron los clavos en las muñecas”.
Perdonado, llamado a perdonar
“Si queremos ser discípulos de Cristo, si queremos llamarnos cristianos, este es el camino. Amados por Dios, estamos llamados a amar; perdonado, perdonar; tocados por el cariño, dando amor sin esperar a que otros comiencen; salvos gratuitamente, no para buscar ganancia en el bien que hacemos.”
“’Amad a vuestros enemigos y orad por los que os persiguen‘. Es la novedad cristiana, la especificidad cristiana”, enfatizó. “Orad y amad: o sea lo que debemos realizar; y no solo con los que nos aman, no solo con los amigos, no solo con nuestra gente, porque el cariño de Jesús no conoce fronteras ni barreras. El Señor nos solicita el coraje de un amor sin cálculo. Porque la medida de Jesús es el cariño sin medida”.
El mandamiento del amor está en el corazón del Evangelio
Cuántas ocasiones descuidamos sus pedidos, comportándonos como todos los otros, observó el Papa, y añadió:“El mandamiento del amor no es una fácil provocación; está en el corazón del Evangelio. En cuanto al amor a todos, no busquemos disculpas, ni proclamemos la prudencia que nos es cómoda. El Señor no fue prudente, no se comprometió, nos pidió el extremismo de la caridad. Es el único extremismo cristiano: el del amor”.
Francisco también mencionó que la adoración a Dios es contraria a la cultura del odio. Y se combate la civilización del odio el culto de la lamentación.“¡Cuántas ocasiones nos quejamos de lo que no hemos recibido, de lo que está mal! Jesús sabe realmente bien que varias cosas están mal, que siempre va a haber alguien que quiera hacernos daño, aun alguien que nos perseguirá. Pero para nosotros, Jesús solo nos pide que oremos y amemos”.
Camino de Jesús: amor activo, humilde, llevado al radical
En el “Getsemaní” de hoy -subrayó-, en nuestro planeta indiferente y también injusto, donde la agonía de la esperanza parece estar presente, “el católico no puede actuar como esos discípulos que, primero, empuñaron la espada y luego huyeron. ¡No! La solución no es desenvainar una espada contra alguien, ni escapar de los tiempos que vivimos. La solución es el sendero de Jesús: amor activo, amor humilde, amor llevado ‘al extremo’”.
Francisco concluyó aseverando que con su amor sin límites Jesús eleva el nivel de nuestra humanidad, y que si la misión fuera imposible, el Señor no nos habría pedido que la alcancemos.
No te conformes con medias tintas
“Pero solo es difícil. Es una felicidad que debemos soliciar. Suplicando a Dios la fuerza para querer, diciéndole: ‘Señor, ayúdame a querer; enséñame a perdonar’”, añadió.
“No nos dejemos condicionar por el pensamiento común –fue la exhortación final del Beato Padre–, ni nos contentemos con medias tintas. Admitamos el desafío de Jesús, el desafío de la caridad. Vamos a ser verdaderos cristianos y el mundo va a ser mucho más humano”.
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