Papa en Fiesta de la Divina Misericordia: Jesús nos quiere

Papa en Fiesta de la Divina Misericordia: Jesús nos quiere

Papa en Celebración de la Divina Misericordia: Jesús quiere que seamos “tejedores” de reconciliación

En el año 2000, en la ceremonia de canonización de Santa Faustina Kowalska, San Juan Pablo II decidió que el segundo domingo de Pascua se llamaría “Domingo de la Divina Misericordia”. En su homilía, el Papa Francisco aseveró que Jesús busca en nosotros testimonios para el planeta de estas expresiones suyas: “¡La paz sea con vosotros!”.

Bianca Fraccalvieri – Novedades del Vaticano

Tejedores de reconciliación: o sea lo que Jesús espera de nosotros, ha dicho el Papa Francisco en su homilía en la Misa conmemorada en la Basílica de San Pedro el Domingo de la Divina Misericordia. La liturgia estuvo encabezada por el Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, Monseñor Rino Fisichella.

El Pontífice comentó el Evangelio de este segundo domingo de Pascua, cuando Jesús se aparece a los acólitos y exhibe sus heridas. En particular, se centró en el saludo “¡Que la paz sea contigo!”, que hace aparición tres ocasiones en este episodio.

Es el saludo del Resucitado que viene al acercamiento de todas y cada una de las debilidades y errores humanos, explicó el Santurrón Padre. Cada exclamación de Jesús corresponde a una acción de la misericordia divina: da alegría; lúcida el perdón; y comodidad a lo largo de la fatiga.

La alegría es fruto de sentirse perdonados de forma gratuita

La primera oportunidad, los discípulos estaban a puerta clausurada, podrían haberse sentido avergonzados por haber descuidado a Jesús en el instante crucial de su historia. En cambio, se regocijaron al verlo.

Se distraen de sí mismos y de sus fracasos y son atraídos hacia la mirada del Señor, donde no hay severidad, sino misericordia. Cristo no se protesta del pasado, sino les transmite la benevolencia de siempre.

“Esta es la alegría de Jesús, la alegría que también nosotros experimentamos cuando experimentamos su perdón”, dijo el Papa. La experiencia de los discípulos también puede ser nuestra, la desolación tras una caída, un pecado o un fracaso. Pero allí mismo el Señor hace todo para ofrecernos su paz a través de una Confesión, las expresiones de un individuo que se aproxima, un consuelo interior del Espíritu, un hecho inesperado y asombroso.

“Sí, la alegría de Dios es una alegría que nace del perdón y que trae paz, una alegría que eleva sin humillar. (…) ¡Porque nada puede ser como antes para quien experimenta el gozo de Dios!”

tejedor de reconciliación

Pero al recibir la clemencia divina, todos y cada uno de los fieles se convierten a su vez en dispensadores de la misma clemencia que recibieron. Jesús dice: “A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados”.

“Y hoy y siempre en la Iglesia, el perdón debe llegarnos así, por la humilde amabilidad de un confesor misericordioso, que sabe que no es poseedor de algún poder, sino cauce de la clemencia, que se derrama sobre los demás el perdón de que él se favoreció primero.”

En este punto, el Pontífice se dirigió directamente a los cientos y cientos de Misioneras de la Clemencia, que participan en su II Acercamiento en Roma, pidiéndoles que no “torturen” a los fieles en la Confesión. “Dios excusa todo: no hay que cerrar las puertas”.

“Sentirnos llamados a esto”, exhortó Francisco, invitando a cada leal a preguntarse si es un “tejedor de reconciliación” en la comunidad, la familia y el trabajo.

“Jesús busca en nosotros presentes al mundo de estas palabras suyas: ‘¡Que la paz sea contigo!’

¡Mi Señor es mi Dios!

Finalmente, la clemencia divina consuela durante la fatiga. En este punto, el Papa comentó la incredulidad de Tomás, lo que no escandaliza a Jesús; al contrario, lo trata con benevolencia, lo que lo transporta a exclamar: “¡Señor mío y Dios santo!”.

“Es una invocación bella”, dijo el Papa, que se puede reiterar a lo largo del día, especialmente en el momento en que experimentamos inquietudes y oscuridad. Por cierto, en Tomé está presente la crónica de cada creyente cuando vive momentos de crisis.

En estas ocasiones, recordó el Papa, Jesús no viene triunfante y con pruebas concluyente, no hace milagros espectaculares, sino ofrece sus heridas.

Y más: también hace conocer las lesiones de los hermanos, por el hecho de que siempre hay quienes están peor. Cuidando las lesiones de los demás, renace en nosotros una exclusiva esperanza.

“Cuando hacemos esto, estamos con Jesús que, con los ojos de alguien probado por la vida, nos mira con clemencia y nos reitera: ‘¡Que la paz sea contigo!'”

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Esperamos que le gustara nuestro articulo Papa en Fiesta de la Divina Misericordia: Jesús nos quiere
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios