Papa en el Ángelus: seamos testigos de la alegría de
Vea la totalidad del discurso del Beato Padre antes de la Oración del Ángelus Mariano el 17 de febrero de 2019.
Estimados hermanos y hermanas, ¡buenos días!
El Evangelio de el día de hoy (Lc 7, 17,20-26) nos presenta las Bienaventuranzas en la versión de San Lucas.
El artículo se articula en 4 bienaventuranzas y cuatro mandamientos formulados con la expresión “¡ay de vosotros!”.
Con estas expresiones, fuertes y también incisivas, Jesús nos abre los ojos, nos hace ver con la su mira más allá de las apariencias, se aleja de la superficie y nos enseña a discernir las situaciones con fe.
Jesús afirma bendecido los pobres, los hambrientos, los afligidos y los perseguidos; Es alarma los que son ricos, saciados, sonrientes y aclamados por la multitud.
La razón de esta paradójica bienaventuranza reside en que Dios está cerca de los que sufren e participa para liberarlos de su esclavitud; Jesús ve esto, ahora ve la bienaventuranza más allá de la verdad negativa.
Y, además, el “Ay de nosotros”, dirigido a los que hoy viven bien, se utiliza para “despertarles” del peligroso engaño del egoísmo y para abrirles a la lógica del amor hasta el momento en que haya tiempo.
La página del Evangelio de hoy nos invita, ya que, a reflexionar sobre el concepto profundo de tener fe, consistente en confiar absolutamente en el Señor.
Se trata de derruir los ídolos mundanos para abrir el corazón al Dios vivo y verdadero; sólo Él puede ofrecer a nuestra vida esa plenitud deseada o difícil de alcanzar.
Son bastantes, en verdad, aún el día de hoy, los que se proponen como distribuidores de felicidad: garantizan éxitos a corto plazo, enormes retornos al alcance de la mano, soluciones mágicas a cada problema, etcétera.
Y aquí es simple caer sin saberlo en el pecado contra el primer mandamiento: la idolatría, sustituir a Dios por un ídolo.
La idolatría y los ídolos semejan cosas de otros tiempos, pero en realidad son de todo ¡los tiempos! Describen algunas actitudes contemporáneas mejor que varios análisis sociológicos.
Por eso Jesús nos abre los ojos a la verdad.
Estamos llamados a la felicidad, a ser bendecidos, y lo somos desde el instante en que nos ponemos del lado de Dios, de su Reino, del lado de lo que no es efímero, sino que dura para la vida eterna.
Somos contentos si nos reconocemos en la necesidad ante Dios y si, como él y con él, estamos cerca de los pobres, de los afligidos y de los hambrientos.
Nos volvemos capaces de alegría cada vez, poseyendo los recursos de este mundo, no hacemos ídolos a los que vendemos nuestra alma, sino somos capaces de comunicar con nuestros hermanos y hermanas.
Sobre esto hoy la liturgia nos invita, una vez más, a interrogarnos ahora practicar la verdad en nuestro corazón.
Las Bienaventuranzas de Jesús son un mensaje decisivo que nos motiva a no sustituir nuestra creencia en las cosas materiales y pasajeras, a no buscar la felicidad siguiendo a los vendedores de humo, a los profesionales de la ilusión.
El Señor nos asiste a abrir los ojos, a capturar una observación más penetrante de la realidad, a sanar de la miopía crónica que nos contamina el espíritu mundano.
Con su Palabra paradójica nos motiva y nos hace reconocer lo que realmente nos enriquece, nos satisface, nos ofrece alegría y dignidad.
En fin, lo que realmente da sentido y plenitud a nuestra vida.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Papa en el Ángelus: seamos testigos de la alegría de
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios