Papa defiende dignidad de pobres y trabajadores en misa

A lo largo de la “Missa do Galo”, en la Nochebuena, el Papa Francisco defendió la dignidad de los pobres y trabajadores en el mundo de hoy, haciendo un paralelismo con lo que se ve en el pesebre de Jesús.

Para Francisco, el mayor pedido de Navidad es soliciar la “gracia de la pequeñez” en un planeta tan deseoso de enormes imágenes, honores y altos cargos.

“O sea lo que tenemos que pedir para Navidad: la felicidad de la pequeñez. Señor, enséñanos a querer la pequeñez y ayúdanos a comprender que este es el sendero hacia la auténtica excelencia. Pero, ¿qué significa acoger la pequeñez? El primer punto es creer que Dios está en las pequeñas cosas de la vida, desea estar en nuestras realidades cotidianas, en los movimientos sencillos que hacemos en casa, en la familia, en la escuela, en el trabajo. Es en nuestra vida ordinaria que haremos cosas extraordinarias”, ha dicho a los leales.

“Y este es un mensaje de gran esperanza por el hecho de que Jesús nos enseña a apreciar y redescubrir las pequeñas cosas de la vida. Si está con nosotros allí, ¿qué nos falta? Dejemos atrás la búsqueda de la excelencia que no disponemos. Renunciemos a las quejas y los ceño fruncidos, a la avaricia que nos deja insatisfechos”, continuó.

En otra parte de la homilía, Francisco advirtió quiénes son los “pequeños” en nuestra sociedad de hoy. “Es querer a los más pequeños, servir a Jesús en los pobres. Son los mucho más parecidos a Jesús, que nació pobre y es en ellos que se honra a Jesús”, añadió.

Para el líder católico, la Nochebuena debe tener solo una preocupación para los cristianos, que es “herir el amor de Dios, herirlo desdeñando a los pobres con nuestra indiferencia” por el hecho de que son “los preferidos de Dios”.

Comentando de los trabajadores, el Papa trazó un paralelo entre los pastores, que eran los “más cercanos a Jesús porque trabajaban” y la sociedad actual. Según Jorge Mario Bergoglio, los pastores asimismo eran pobres y “no podían escoger su horario de trabajo”, por lo que debían proseguir el paso de sus cabras.

“Jesús nació allí, cerca de los pastores, cerca de la periferia. Él es donde se prueba la dignidad del hombre. Llegó a los excluidos y se revela a ellos, no a personajes cultos y también esenciales, sino más bien a los trabajadores pobres”, apuntó.

En un pasaje más duro, Francisco mencionó que “es importante dignificar al hombre con el trabajo, pero asimismo dignificar el trabajo del hombre por el hecho de que él es el amo, no el esclavo del trabajo”. “En el Día de la Vida, digámoslo de nuevo: no mucho más muertes en el trabajo. Y trabajemos en ello”, dijo.

Hablando todavía de riqueza y pobreza, el Papa solicitó una nueva mirada al belén en la que se perciba que, junto a Jesús, “pobres y ricos”, en la figura de los pastores y los Reyes Magos, se intercalan y todo se congrega en una forma diferente forma conjunta. “Todo se une cuando el centro es Jesús.

No nuestras ideas de lo que es Jesús, sino quién es él”.

La celebración de este año, en contraste a lo sucedido en 2020, contó con la asistencia de cerca de 1.500 fieles y se hizo en la Basílica de San Pedro. No obstante, el Pontífice mantuvo su determinación de festejar la misa dos horas antes de la hora tradicional, como sucedió el año pasado, aun sin que Italia viviera bajo toque de queda.

Fuera de la institución, en la Plaza São Pedro, cientos y cientos de personas también fueron a proseguir la celebración.