Papa: “Como yo os he amado” es la novedad del mandamiento

Papa: “Como yo os he amado” es la novedad del mandamiento

“El cariño que se manifestó en la Cruz de Cristo y que Él nos llama a vivir es la única fuerza que convierte nuestro corazón de piedra en un corazón de carne; que nos hace capaces de amar a nuestros contrincantes y de perdonar a quienes nos han insultado (…).

El cariño de Jesús en nosotros crea puentes, enseña nuevos caminos, desata el dinamismo de la fraternidad”.

Jackson Erpen – Ciudad del Vaticano

“Como yo os he amado”: ​​un amor “universal, incondicional y sin límites, que halla su vértice en la Cruz”.

Esto es lo más reciente en el mandamiento del amor que Jesús encomienda a sus acólitos antes de dejar este mundo.

El Evangelio de Juan propuesto por la liturgia de este V Domingo de Pascua inspiró la reflexión del Papa antes de rezar el Regina Coeli con los miles de peregrinos de varias unas partes del mundo presentes en la Plaza de San Pedro, en un domingo lluvioso.

Francisco comenzó explicando que el Evangelio del día nos transporta al Cenáculo, exactamente “para hacernos oír ciertas palabras que Jesús dirigió a los discípulos en el “alegato de despedida” antes de su Pasión.

Después de haber lavado los pies a los Doce, les dice: ‘Les doy un mandamiento nuevo: que les améis los unos a los otros.

Como yo les he amado, de esta manera asimismo debéis amaros los unos a los otros’”.

El nuevo

“¿En qué sentido Jesús llama ‘nuevo’ este mandamiento?”, pregunta el Papa, recordando que “ahora en el Viejo Testamento Dios había mandado a los integrantes de su pueblo a amar a su prójimo como a sí mismos”.

Y exactamente el mismo Jesús -añade el Santurrón Padre- afirmaba a quienes le preguntaban por el mayor mandamiento de la Ley que “el primero es amar a Dios con todo el corazón y el segundo amar al prójimo como a uno mismo”.

Entonces, ¿qué hay de nuevo, por qué llamarlo el “nuevo mandamiento”?:

“El viejo mandamiento del amor se realizó nuevo, por el hecho de que se completaba con este añadido: “como yo les he amado”, “amaos unos a otros como yo os he amado”.

La novedad está toda en el amor de Jesucristo, aquel con el que dio su historia por nosotros.

Se trata del amor de Dios, universal, incondicional y sin límites, que halla su cúspide en la Cruz.

En ese instante de extrema humillación, en ese momento de abandono al Padre, el Hijo de Dios mostró y dio al planeta la plenitud del amor”.

En la Pasión, la enseñanza del amor total

Y fue pensando en la Pasión y agonía de Cristo, que “los acólitos comprendieron el significado de aquellas palabras: “Como yo os he amado, así también vosotros debéis amaros los unos a los otros”.

Jesús nos amó primero – recuerda Francisco – nos amó pese a nuestras fragilidades, nuestras limitaciones y nuestras fragilidades humanas:

Fue Él quien nos hizo dignos de su amor que no conoce límites y nunca acaba.

Al ofrecernos el mandamiento nuevo, nos pide que nos amemos unos a otros no sólo y no tanto con nuestro amor, sino con el de el, que el Espíritu Santo infunde en nuestro corazón si lo invocamos en la fe.

De esta manera, y solo de esta manera, tenemos la posibilidad de amarnos unos a otros no solo como nos amamos a nosotros mismos, sino más bien como Él nos amó, esto es, mucho mucho más”.

Del amor de Cristo en la Cruz brota una fuerza transformadora

El amor de Dios por nosotros – dijo el Papa – es considerablemente mayor que el cariño que nos disponemos a nosotros mismos.

Y conscientes de ello, “podemos diseminar por doquier la semilla del amor que renueva las relaciones entre las personas y abre horizontes de promesa”.

“Jesús siempre y en todo momento abre horizontes de promesa, su amor abre horizontes de esperanza”

Un amor que “nos hace hombres nuevos, hermanos y hermanas en el Señor, y nos convierte en el nuevo pueblo de Dios, es decir, la Iglesia, en la que todos están llamados a querer a Cristo y en él a amarse los unos a los otros”.

“El amor que se manifestó en la Cruz de Cristo y que Él nos llama a vivir es la única fuerza que transforma nuestro corazón de piedra en un corazón de carne; la única fuerza capaz de transformar nuestro corazón es el amor de Jesús, si también nosotros amamos con este amor.

Y este amor nos hace capaces de amar a nuestros contrincantes y de perdonar a quienes nos han insultado”.

¿Soy capaz de perdonar a los que me hacen daño?

Y el Papa hace una pregunta, para que cada uno de ellos responda en su corazón:

“¿Soy capaz de querer a mis enemigos? Todos tenemos gente, no sé si contrincantes, pero que no están de acuerdo con nosotros, que están “del otro lado”; o alguien tiene personas que le hicieron daño. ¿Soy con la capacidad de querer a estas personas? Ese hombre, esa mujer que me hirió, que me ofendió. ¿Soy con la capacidad de perdonarlos? Cada uno de ellos responde en su corazón”.

“El amor de Jesús – concluyó el Papa – nos hace ver al otro como miembro actual o futuro de la comunidad de amigos de Jesús; nos impulsa al diálogo y nos asiste a escucharnos ahora conocernos.

El amor nos abre al otro, transformándose en la base de las relaciones humanas.

Los hace capaces de superar las barreras de sus propias debilidades y prejuicios”.

“El cariño de Jesús en nosotros crea puentes, enseña nuevos caminos, desencadena el dinamismo de la fraternidad”

Que la Virgen María nos asista con su maternal intercesión –éste fue el pedido final del Pontífice– a recibir de su Hijo Jesús el don de su mandamiento y del Espíritu Beato la fuerza para practicarlo en la vida de cada día.

Canonesas de la Cruz

Al saludar a los peregrinos ya los distintos conjuntos presentes en la plaza de San Pedro, el Santurrón Padre dirigió un cordial saludo a los causantes de la Comunidad de Sant’Egidio, llegados de diferentes países; a los peregrinos polacos, particularmente a los Scouts, acompañados por el Ordinario Militar, que asistió en el 75 aniversario de la batalla de Montecassino, pero asimismo a las “Canonesas de la Cruz, en el centenario de su fundación”.

La Congregación fue fundada en Lima en 1919 por la Madre Teresa de la Cruz (en el siglo, Teresa Candamo Álvarez-Calderón (1875-1953)), con la aprobación del Arzobispo de Lima, Don Emilio Francisco Lisson Chaves.

Como “Canonesas de la Cruz” propone la sigla CdIC como Centro Diocesano, aprobada el 16 de septiembre de 1919.

Su Estatuto, por su parte, en 1925.

El carisma primordial es la catequesis y la animación ritual en las parroquias.

Las hermanas están presentes en Argentina, Chile, Perú, Venezuela, Albania, Italia.

La Casa General está en Lima.

Esperamos que le gustara nuestro articulo Papa: “Como yo os he amado” es la novedad del mandamiento
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios

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