Papa: como los mártires, déjate consolar
En la Misa en la capilla de Casa Santa Marta, el Papa habló de consuelo y también hizo referencia a los mártires de el día de hoy, como los coptos asesinados en la playa de Libia.
Débora Donnini – Ciudad del Vaticano
El Señor nos consuela con inocencia, como las mamás que acarician a sus hijos en el momento en que lloran. De este modo lo dijo el Papa Francisco en su homilía en la Misa celebrada esta mañana (11/12) en la capilla de Casa Santa Marta, pidiendo a las personas a dejarse consolar por Dios sin oponer resistencia.
Escucha el informe con la voz del Papa Francisco
No te resistas al consuelo
La Primera Lectura extraída del Libro del Profeta Isaías (Is 40,1-11), de hecho, es precisamente una invitación a la consolación: “Consolad, consolad a mi pueblo – afirma tu Dios”, porque “la expiación de sus culpas fue logrado”. Es, por tanto, el “consuelo de la salvación”, destacó el Papa, la buena noticia de que “fuimos salvados”. Cristo Resucitado, en esos 40 días, hace exactamente eso con sus acólitos: consolar.
Pero “no queremos correr riesgos” y “oponemos la resistencia al consuelo”, como si “estáramos mucho más seguros en las aguas turbulentas de los inconvenientes”. “Estamos atrapados en este pesimismo espiritual”, dijo el Papa.
Ternura: palabra eliminada del diccionario
Francisco citó a los niños que, en las audiencias públicas, chillan y lloran porque, al verlo vestido de blanco, creen que es el médico o la enfermera a punto de poner una inyección. Nosotros asimismo somos un tanto de esta manera, pero el Señor dice: “Consolad, consolad a mi pueblo”.
¿Y de qué manera consuela el Señor? Con ternura. Es un lenguaje que los profetas de las desventuras desconocen: la inocencia. Es una palabra cancelada por todos y cada uno de los vicios que nos distancian del Señor: vicios clericales, vicios de cristianos que no desean desplazarse, tibios… La inocencia da miedo. “Hete aquí que el Señor Dios viene con la conquista, he aquí la victoria por delante”: de esta forma concluye el pasaje de Isaías. “Como pastor, apacienta el rebaño, recoge los corderos con la fuerza de sus brazos y los transporta en su seno; él mismo conduce a la madre oveja.” Esta es la manera del Señor de consolar: con ternura. Las madres, cuando sus hijos lloran, los acarician y los tranquilizan con inocencia: una palabra que el planeta de hoy, de hecho, ha eliminado del diccionario. Sensibilidad.
Consuelo en el momento del martirio
El Señor nos invita a dejarnos consolar por Él y esto asistencia también a la preparación de la Navidad. Y hoy, en la oración de la colecta, recordó el Papa, solicitamos la felicidad de la exultación franca, de esta alegría simple pero franca:
Y, por contra, diría que el estado frecuente del católico debe ser el de consolación. Asimismo en momentos bien difíciles: los mártires entraron cantando al Coliseo; los mártires de hoy –pienso en los obreros coptos en la playa de Libia, decapitados– murieron diciendo “¡Jesús, Jesús!”: hay consuelo, dentro; una alegría asimismo en el instante del calvario. El estado habitual del católico debe ser el de consolación, que no es exactamente lo mismo que el optimismo, no: el optimismo es otra cosa. Pero el consuelo, esa base efectiva… Hablamos de gente brillante, positiva: la positividad, la iluminación de los cristianos es consuelo.
El Señor llama a nuestra puerta con cariño
En los instantes en que se padece no se siente consuelo, pero un católico no puede perder la paz “porque es un don del Señor” que la proporciona a todos, incluso en los instantes más bien difíciles.
La convidación del Papa, por tanto, es soliciar al Señor en esta semana de preparación a la Navidad que no tenga temor y que se deje consolar por Él, refiriéndose asimismo al Evangelio de el día de hoy (Mt 18,12-14):
Que yo asimismo me prepare a la Navidad al menos con la paz: la paz del corazón, la paz de tu presencia, la paz que dan tus caricias”. “Pero yo soy un pecador…” – sí, pero ¿qué nos dice el Evangelio de hoy? Que el Señor consuele como el pastor; si pierde una de las suyas, la va a buscar, como aquel hombre que tenía 100 ovejas y una de ellas se perdió: la va a buscar. De esta manera hace el Señor con todos nosotros. No quiero la paz, me resisto a la paz, me resisto al consuelo… pero Él está a la puerta. Él llama para que abramos nuestro corazón para dejarnos consolar y dejarnos en paz. Y lo realiza sutilmente: llama a la puerta con caricias.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Papa: como los mártires, déjate consolar
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios