Papa: ante la violencia y la injusticia, la Iglesia debe
“Jesús nos invita a no tener miedo de vivir en el planeta, aunque en ocasiones haya en él condiciones de enfrentamiento y pecado.
Ante la crueldad, la injusticia y la opresión, la Iglesia no puede replegarse en sí ni ocultarse en la seguridad de su propio recinto; no puede dejar su misión de evangelización y servicio”, ha dicho el Papa en su alegato antes del rezo del Ángelus en este quinto domingo del tiempo ordinario.
Estimados hermanos y hermanas, ¡buenos días!
En el Evangelio de el día de hoy (cf.
Mt 5, 13-16), Jesús afirma a sus acólitos: “Nosotros sois la sal de la tierra.
[…].
Vosotros sois la luz del mundo” (vv.
13.14).
Emplea un lenguaje simbólico para indicar a quienes pretenden proseguirlo algunos criterios para vivir su presencia y testimonio en el mundo.
Primera imagen: sal.
La sal es el elemento que da sabor y mantiene y preserva los alimentos de la corrupción.
El discípulo, por consiguiente, está llamado a alejar de la sociedad los riesgos, los gérmenes cáusticos que contaminan la vida de las personas.
Se trata de soportar la humillación ética, el pecado, dando testimonio de los valores de la sinceridad y la fraternidad, sin ceder a las tentaciones mundanas del arribismo, el poder y la riqueza.
Es “sal” el “acólito” que, a pesar de los descalabros cotidianos – por el hecho de que todos y cada uno de los tenemos – se levanta del polvo de sus fallos, volviendo a empezar con valentía y paciencia, cada día, para buscar el diálogo y el encuentro con los demás.
“Sal” es el acólito que no busca el consenso y el aplauso, sino se esfuerza por ser una presencia humilde, constructiva, en lealtad a las enseñanzas de Jesús, que vino al planeta no para ser servido, sino para ser útil.
Y hay tal necesidad de este accionar.
La segunda imagen que Jesús ofrece a sus discípulos es la de la luz: “Vosotros sois la luz del mundo”.
La luz disipa la oscuridad y te deja ver.
Jesús es la luz que disipó las tinieblas, pero aún permanece en el mundo y en las personas.
Es tarea del católico disiparlas, haciendo resplandecer la luz de Cristo y anunciando su Evangelio.
Es un resplandor que asimismo puede derivar de nuestras expresiones, pero que debe, sobre todo, brotar de nuestras “buenas proyectos” (v. 16).
Un discípulo y una comunidad cristiana son luz en el mundo en el momento en que señalan a el resto hacia Dios, ayudando a cada uno de ellos a presenciar su bondad y misericordia.
Un acólito de Jesús es luz en el momento en que sabe vivir su fe fuera de los espacios restringidos, en el momento en que contribuye a remover prejuicios, suprime calumnias y deja entrar la luz de la verdad en ocasiones deterioradas por la hipocresía y la mentira.
Alumbrar.
Pero no es mi luz, es la luz de Jesús.
Somos instrumentos para que la luz de Jesús llegue a todos.
Jesús nos sugiere ir a no tener temor de vivir en el mundo, si bien a veces existan en él condiciones de enfrentamiento y pecado.
Frente a la crueldad, la injusticia, la opresión, el cristiano no puede encerrarse en sí mismo ni ocultarse en la seguridad de su propio recinto.
La Iglesia tampoco puede replegarse en sí misma, no puede abandonar su misión de evangelización y servicio.
Jesús, en la última cena, solicitó al Padre que no sacara a los acólitos del mundo, que los dejase allí en el mundo, sino los resguardara del espíritu de todo el mundo.
La Iglesia se dedica con generosidad y inocencia a los pequeños ya los pobres: este no es el espíritu de todo el mundo, esta es su luz, es la sal.
La Iglesia escucha el grito de los últimos y de los excluidos, por el hecho de que es siendo consciente de ser una comunidad peregrina llamada a prolongar la presencia salvífica de Jesucristo en la historia.
Que la Virgen Santa nos asista a ser sal y luz entre los hombres, llevando a todos, con vida y expresiones, la Buena Noticia del amor de Dios.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Papa: ante la violencia y la injusticia, la Iglesia debe
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios