Papa a miles de católicos en Abu Dabi: Be Oases
La misa en el Zayed Stadium, en Abu Dabi, fue el último deber del Papa en Emiratos Árabes Unidos. Miles de leales acompañaron la homilía en la que Francisco trató las bienaventuranzas como “un mapa de vida”, puesto que “no son para los superhombres”, sino más bien para los que se combaten a la santidad cotidiana. Citando a san Francisco, el Papa recordó “que el cristiano parte armado sólo de su fe humilde y de su amor concreto”.
Andressa Collet – Ciudad del Vaticano
El estadio Zayed, en Abu Dhabi, recibió este martes (5) a cientos de leales para la misa con el Papa Francisco en un instante culminante para la red social católica de la Península Arábiga. El recinto, con capacidad para 45.000 personas, se quedó pequeño para la existencia de tantos leales: caldeos, coptos, greco-católicos, greco-melquitas, latinos, maronitas, sirio-católicos, siro-malabares y siro-malankarases, tantos por lo que se repartieron cerca de 135.000 entradas para que la ceremonia se pudiera ver desde el exterior, en pantallas gigantes. Las autoridades locales informaron que un total de 180.000 personas estuvieron presentes en la celebración (dentro y fuera del estadio).
“Sed contentos”, ha dicho el Papa
En la homilía, pronunciada en italiano por el Pontífice, pero traducida simultáneamente al árabe, el Papa Francisco empezó dando un consejo primordial para vivir como cristiano: ser felices, mensaje básico de Jesús, que no es una receta a cumplir, ni un conjunto complejo de doctrinas a entender. “Queridos hermanos y hermanas, en la alegría de encontraros, esta es la palabra que vine a deciros: feliz!”, dijo el Pontífice, haciéndonos pensar que, para Jesús, felices son los pobres, los mansos y los que continúan justos, y no los ricos y poderosos.
“¿Quién tiene razón: Jesús o el mundo? Para comprender, veamos de qué manera vivió Jesús: pobre en cosas y abundante en amor, curó muchas vidas, pero no perdonó a la suya. Vino a ser útil y no a ser servido; enseñó que no es grande el que tiene, sino más bien el que da. Justo y manso, no resistió y se dejó condenar inmerecidamente. Y de esta manera Jesús trajo el amor de Dios al planeta. Solo así venció a la muerte, al pecado, al temor y a la misma mundanalidad: únicamente con el poder del amor divino”.
“El día de hoy, aquí juntos, pidamos la felicidad de redescubrir el atractivo de continuar a Jesús, de imitarlo, de no buscar otra cosa que a Él y su humilde amor. De hecho, es en la comunión con Él y en el amor a el resto donde se encuentra el sentido de la vida en la tierra. ¿Crees eso? ”
La polifonía de la fe
A continuación, el Papa describió y agradeció la forma en que se vive la “polifonía de la fe” de los católicos en los Emiratos Árabes Unidos, “que edifica la Iglesia”. Ha recordado que continuar el camino de Jesús no significa ser siempre feliz y, por este motivo, reconoce que no es fácil “vivir lejos de casa y quizás sentir, aparte de la falta de los cariños más estimados, la indecisión de la futuro”. Frente a la prueba, “puede ocurrir que nos creamos solos”, en estos momentos, no obstante, el Señor “pasea a nuestro lado”, “es experto en hacer cosas nuevas, sabe abrir caminos aun en el desierto ( cf. es 43, 19)”.
Viviendo las Bienaventuranzas
Francisco habló luego de las Bienaventuranzas, que, para vivirlas, siguiendo el ejemplo de Jesús, no requieren “hazañas extraordinarias”, basta efectuar la “única obra de arte, posible para todos: la de nuestra vida”. .
“Las bienaventuranzas son un mapa de vida: no solicitan acciones sobrehumanas, sino más bien la imitación de Jesús en la vida cotidiana. Nos invitan a sostener puros nuestros corazones, a practicar la mansedumbre y la justicia suceda lo que suceda, a ser misericordiosos con todos, a vivir en la aflicción unidos a Dios. Es la santidad de la vida diaria, que no requiere milagros ni signos expepcionales. Las Bienaventuranzas no son para los superhombres, sino para los que se combaten a los retos y pruebas de cada día. Quien las vive a la manera de Jesús, purifica el planeta. Es como un árbol que, aun en terrenos áridos, diariamente absorbe aire contaminado y restaura el oxígeno”.
“Espero que estéis de este modo, bien arraigados en Jesús y dispuestos a realizar el bien a los que les son cercanos. Que vuestras comunidades sean oasis de paz. ”
Contentos los mansos y los pacificadores
El Papa acabó deteniéndose brevemente en dos bienaventuranzas. En el primero, “Bienaventurados los mansos” (monte 5, 5), Francisco nos invitaba a no atacar, sino a mantener el comportamiento de Jesús, de ser mansos, incluso frente a los acusadores. Luego el Pontífice citó a San Francisco:
“Ni riñas ni disputas: en aquella época en que muchos partían vestidos con pesadas armas, San Francisco recordaba que el católico parte armado solo con su fe humilde y su amor concreto. La mansedumbre es esencial: si vivimos en el planeta a la forma de Dios, vamos a ser canales de su presencia; en caso contrario no daremos fruto.”
Sobre la segunda bienaventuranza, “Bienaventurados los pacificadores” (monte 5, 9), el Papa instó a fomentar la paz, comenzando por la comunidad donde vivimos. Una Iglesia que persevera en la palabra de Jesús y en el cariño fraterno, dijo Francisco, da frutos.
“Para vosotros pido la gracia de conservar la paz, la unidad, cuidarnos unos a otros en una bella fraternidad, donde no hay cristianos de primera y de segunda. Que Jesús, que los llama “bienaventurados”, les conceda la felicidad de continuar adelante sin desalentarse, medrando en el cariño “unos a otros y por todos” (1 Tes 3,12). ”
Esperamos que le gustara nuestro articulo Papa a miles de católicos en Abu Dabi: Be Oases
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Cosas interesantes de saber el significado : Dios