Papa a los obispos: distribuir en el mundo el vino nuevo que

Papa a los obispos: distribuir en el mundo el vino nuevo que

En un fuerte alegato, en el Salón del Consistorio, en el Vaticano, el Papa volvió a hablar sobre la misión de la Iglesia en el planeta de el día de hoy.

El alegato fue dirigido a los obispos que están haciendo un curso en Roma

Andressa Collet – Localidad del Vaticano

En el final de la mañana de este jueves (13), el Papa Francisco recibió en audiencia a unos 150 nuevos obispos que forman parte en el curso impulsado por la Congregación para los Obispos que concluye el día de hoy.

En el Salón del Consistorio del Vaticano, el Papa Francisco inició su discurso saludando a los nuevos Pastores de la Iglesia “con el toque de Cristo, Evangelio de Dios que excita el corazón, abre los oídos y suelta los labios por el gozo que no falla y no desaparece, pues jamás se compra ni se merece, al revés, ¡es pura gracia!

Al recordar el bello don de Dios que recibieron al entrar en el ministerio episcopal, Francisco dijo que prácticamente “por casualidad” hallaron “el tesoro de la vida”.

Y luego abordó el tema de la santidad, “la labor mucho más urgente” para los pastores:

“No sois el resultado de un escrutinio únicamente humano, sino de una decisión de Arriba.

Por lo tanto, se precisa que no estés dedicado intermitentemente, fielmente en fases alternas, selectivamente obediente, sino que andas llamado a consumarte día y noche.”]

La Iglesia precisa contestar al Pueblo de Dios

El Papa Francisco señaló la necesidad de estar siempre y en todo momento alerta “cuando la luz se apaga” o cuando surgen las tentaciones; ser leal incluso en el momento en que, en el calor del día, se desvanece “la fuerza de la perseverancia”.

Todo ello pues, según el Pontífice, el pueblo de Dios tiene derecho a hallar “en los labios, en el corazón y en la vida” de los obispos el ansiado mensaje que ofrece la “paternidad de Dios”.

“¡La Iglesia no es nuestra, sino de Dios! ¡Él vino antes que nosotros y va a venir tras nosotros! El destino de la Iglesia, del pequeño rebaño, está victoriosamente escondido en la cruz del Hijo de Dios.

Nuestros nombres están grabados en tu corazón; Nuestro destino está en tus manos”.

ha dicho el Santo Padre.

Y añadió: “Cristo sea tu gozo, el Evangelio sea tu alimento”, en especial frente a las familias que frecuentan las parroquias.

“Allí, donde en los corazones hay una frágil pero indestructible seguridad de que la realidad predomina, que amar no es en balde, que el perdón tiene el poder de cambiar y reconciliar, que la unidad siempre vence la división, que la valentía de descuidarse de sí mismo por el bien del otro el bien es mucho más satisfactorio que la primacía intangible del yo. ”

Un ministerio perseverante frente a las propias comunidades de los obispos, donde “lo bueno no suele llevar a cabo estruendos, no es tema de weblogs y no aparece en las portadas”.

Un bien que necesita medrar incluso frente a las nuevas realidades de individualismo y también indiferencia que bloquean los puntos de referencia del Pueblo de Dios: “hasta sus heridas nos pertenecen”, recordó el Papa.

La misión de repartir el vino nuevo a los leales

“Este es el objetivo de la Iglesia: distribuir en el planeta este vino nuevo que es Cristo.

Nada puede desviarnos de esta misión.

Estamos en incesante necesidad de odres nuevos (Mc 2,22), y todo cuanto hacemos jamás basta para hacernos dignos del vino nuevo que estamos llamados a contener y repartir.

Pero, precisamente por eso, los receptores tienen que saber que sin el vino nuevo van a ser, en cualquier caso, tinajas de piedra fría, capaces de recordar la falta, pero no de conceder la integridad.

Que nada te distraiga de ese objetivo: ¡ofrecer tu integridad!”.

El Papa Francisco, entonces, destacó que la santidad –consciente– no ha de ser fruto del aislamiento.

Aconsejó que los obispos acojan a la Iglesia como “una mujer para amar, una virgen para resguardar, una madre para realizar fecunda”; en tierra que debe “ser fértil para la semilla de la Palabra y jamás hollada por cerdos salvajes” (Sal 80, 14).

“No sirve llevar la cuenta de nuestras virtudes, ni un programa de alzamiento, una academia de esfuerzo personal o una dieta que se renueve de un lunes a otro, tal y como si la santidad fuera sólo fruto de la voluntad.

La fuente de la santidad es la felicidad de respaldarse en la alegría del Evangelio y dejar que invada nuestra vida, para que por el momento no tengamos la posibilidad vivir de otra forma”.

“No les avergoncéis de la carne de vuestras Iglesias”

El Papa Francisco acabó su alegato advirtiendo a los obispos que se pregunten qué pueden realizar ellos para santificar a la Iglesia, sin “señalar a los demás, generar chivos expiatorios”, sino más bien haciendo un trabajo juntos y en comunión.

“De ahí que os exhorto a que no os avergoncéis de la carne de vuestras Iglesias.

Entra en diálogo con tus cuestiones.

Pido particular atención al clero ya los seminarios.

No tenemos la posibilidad de responder a los desafíos que disponemos en relación a ellos sin actualizar nuestros procesos de selección, rastreo y análisis.

Pero nuestras respuestas se van a ver privadas de futuro si no alcanzan la hondura espiritual que, en no pocos casos, permitió debilidades escandalosas”.

Tres tutoriales para obispos en Roma

El curso para nuevos obispos, que tuvo como tema “Siervos de la alegría del Evangelio”, es uno de los tres cursos de actualización que se están realizando estos días en Roma, además del designado a los que han cumplido 10 años de episcopado y otro para los 74.

pastores de Territorios de Misión – promovida por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos.

El curso de la Congregación para los Obispos tiene sitio cada seis meses.

Esperamos que le gustara nuestro articulo Papa a los obispos: distribuir en el mundo el vino nuevo que
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
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