Palmas y la Pasión del Señor – Mateo 21, 1-11 y San
Palmas y Pasión del Señor – Mateo 21, 1-11 y Mateo 27, 11-54 – 5 de abril de 2020
Palmas – San Mateo 21, 1-11
“1. Se acercaron a Jerusalén. En el momento en que llegaron a Betfagé, cerca del monte de los Olivos, Jesús envió a 2 de sus acólitos,* 2. diciéndoles: “Id al pueblo de enfrente. Pronto vas a encontrar una burra atada y su potro con ella. Desátalos y tráemelos. 3. Si alguien os dice algo, decidle que el Señor los necesita y que se los va a devolver sin demora.” 4. De esta manera, en este hecho, se cumplió el oráculo del profeta: 5. Di a la hija de Sión: Hete aquí tu rey viene a ti, lleno de mansedumbre, montado en un asno, en un pollino, hijo del el que lleva el yugo (Zc 9,9). 6. Los acólitos fueron y cumplieron la orden de Jesús. 7. Trajeron el asno y el pollino, los cubrieron con sus mantones y lo hicieron montar. 8. Entonces la multitud tendió sus mantones a lo largo del sendero, cortó ramas de los árboles y las tendió a lo largo del sendero. 9. Y toda aquella multitud, que le precedía y le seguía, chillaba: “¡Hosanna al hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!”* 10. Cuando entró en Jerusalén, toda la ciudad estaba alborotada, preguntando: “¿Quién es éste?”. 11. La multitud respondió: “Es Jesús, el profeta de Nazaret de Galilea”.
Pasión del Señor – San Mateo 27, 11-54
11. Jesús se presentó ante el gobernador, quien le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?”. “Sí”, respondió Jesús. 12. Él, no obstante, no respondió a las acusaciones de los príncipes de los sacerdotes y de los jubilados. 13. Pilato le preguntó: “¿No escuchas todos los testimonios que levantan contra ti?”. 14. Pero, con gran admiración del gobernador, no deseó contestar ninguna acusación. 15. Era práctica que el gobernador soltase un preso a solicitud del pueblo en todos y cada fiesta de Pascua. 16. Ahora bien, había en ese tiempo un preso famoso llamado Barrabás. 17. Pilato se dirigió a la multitud reunida: “¿A cuál queréis que os suelte: a Barrabás oa Jesús, que se llama el Cristo?” 18. (Él sabía que habían entregado a Jesús por envidia.) 19. Mientras estaba sentado en el tribunal, su esposa le mandó decir: “No le hagas nada a ese justo. Fui atormentado hoy por un sueño acerca de ti.” 20. Pero los príncipes de los sacerdotes y los ancianos persuadieron a la gente para que solicitara la liberación de Barrabás y matasen a Jesús. 21. Entonces el gobernador tomó la palabra: “¿A cuál de los 2 deseas que te suelte?”. Ellos respondieron: “¡Barrabás!” 22. Pilato preguntó: “¿Qué, ya que, voy a hacer de Jesús, llamado el Cristo?” Todos respondieron: “¡Sé crucificado!”. 23. El gobernador volvió a preguntar: “¿Qué daño ha hecho?” Y gritaron aún más fuerte: “¡Sé crucificado!” 24. Pilato vio que nada asistía, sino que, por contra, la agitación crecía. Logró que le trajeran agua, se lavó las manos enfrente del pueblo y ha dicho: “Soy inocente de la sangre de este hombre. ¡Esto es dependiente de ti!”. 25. Y todo el pueblo respondió: “¡Su sangre sea sobre nosotros y sobre nuestros hijos!” 26. Luego soltó a Barrabás, hizo azotar a Jesús y lo entregó a fin de que lo crucificaran. 27. Los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio y lo rodearon con todo el pelotón. 28. Le rasgaron la ropa y le pusieron un manto escarlata. 29. Entonces trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le pusieron un palo en la mano. Doblando sus rodillas frente él, afirmaron con broma: “¡Salve, rey de los judíos!”. 30. Le escupían en la cara y, tomando la vara, le golpeaban en la cabeza. 31. Después de burlarse de él, le quitaron la cubierta y le entregaron su ropa. Entonces se lo llevaron para crucificarlo. 32. Al salir, hallaron a un hombre de Cirene llamado Simón, a quien forzaron a llevar la cruz de Jesús. 33. Llegaron al rincón llamado Gólgota, es decir, el sitio de la calavera. 34. Le brindaron a beber vino mezclado con hiel. Lo probó, pero se negó a beber.* 35. Después de crucificarlo, se repartieron sus vestidos entre sí, echando suertes. De esta manera se cumplió la profecía del profeta: Repartieron entre sí mis vestidos, y sobre mi mantón echaron suertes (Sal 21,19). 36. Se sentaron y observaron. 37. Sobre su cabeza colgaron un escrito trayendo el motivo de su crucifixión: “Este es Jesús, el Rey de los judíos”. 38. Al tiempo, 2 ladrones fueron crucificados con él, uno a su derecha y otro a su izquierda. 39. Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo: 40. “¡Tú, que destruiste el templo y lo reedificaste en tres días, sálvate a ti mismo! ¡Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz!”. 41. También se burlaban de él los primordiales sacerdotes, los redactes y los ancianos: 42. “¡Él salvó a otros y no puede salvarse a sí mismo! Si es rey de Israel, ¡baja en este momento de la cruz y creeremos en él! 43. Confió en Dios, Dios no lo quiera en este momento, si lo quiere, porque dijo: ¡Yo soy el Hijo de Dios! 44. Y los ladrones, crucificados con él, también lo injuriaban. 45. Desde la hora sexta hasta la hora novena, las tinieblas cubrieron toda la tierra. 46. Cerca de la hora novena, Jesús exclamó a gran voz: “Eli, Eli, lammá sabactáni?” – que significa: “Dios mío, Santo dios, ¿por qué razón me has descuidado?”* 47. Dadas estas expresiones, varios de los que estaban allí afirmaron: “Llama a Elías”. 48. Rápidamente, uno tomó una esponja, la empapó en vinagre y se la presentó en la punta de un palo para que bebiera. 49. Los otros dijeron: “¡Déjalo ir! Observemos si Elías viene en su ayuda. 50. Jesús volvió a publicar un gran grito, y entregó el alma. 51. Y hete aquí, el velo del templo se rasgó en 2, de arriba abajo, la tierra tremió, las rocas se partieron.* 52. Los sepulcros se abrieron, y los cuerpos de muchos justos se levantaron. 53. Dejando sus tumbas, entraron en la ciudad santa tras la resurrección de Jesús y se se dieron a conocer a muchas personas. 54. El centurión y sus hombres que protegían a Jesús, antes del temblor de la tierra y de todo lo que sucedía, decían entre sí, poseídos de enorme temor: “¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!”.
Fuente – Biblia católica online
“Con las ramas en nuestras manos, proseguimos los pasos de Jesús cuando entró en Jerusalén y camino a la cruz. La liturgia solemne nos introduce en la Semana Santa, centro del gran hecho de nuestra fe: el secreto de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor. Acojamos y bendigamos al que viene a nosotros como un humilde servidor”. (Liturgia diaria)
El Papa Emérito Benedicto XVI dijo que “el Domingo de Ramos es la enorme puerta de entrada a la Semana Santa, la semana donde el Señor Jesús camina hacia la culminación de su vida terrena. Sube a Jerusalén para cumplir plenamente las Escrituras y ser clavado en el madero de la cruz, trono desde el que reinará para siempre, atrayendo hacia sí a la raza humana de siempre y ofertando a todos el don de la redención”.
El Papa Francisco ha dicho: “Jesús entra en Jerusalén. La liturgia nos invitaba a intervenir y participar en la alegría y celebración del pueblo que es capaz de ovacionar y loar a su Señor; alegría que se desvanece, dando paso a un regusto amargo y doloroso una vez que acabamos de oír la historia de la Pasión. En esta celebración parecen cruzarse historias de alegrías y sufrimientos, de errores y aciertos que forman parte de nuestro períodico vivir como discípulos, pues logra develar sentimientos y contradicciones que hoy, frecuentemente, asimismo aparecen en nosotros, hombres y mujeres de en esta ocasión…”
Fructificando la espera mesiánica de la multitud, Jesús no entra triunfante en Jerusalén, sino montado en un burro, transporte de los pobres, aseverando de esta manera su mesianismo pacífico, y cumpliendo la profecía de Zacarías. (Día a Día Ed. Paulus)
Dom Henrique Soares da Costa enseñó: “Las ramas que llevamos en nuestras manos significan que reconocemos a Jesús como el Mesías de Israel, prometido por Dios. También significan que nos encontramos dispuestos a proseguirlo como el Siervo que da su historia en la cruz. Te llevamos estas sucursales a casa. Debemos tenerlos en un espacio visible a lo largo de todo el año, para recordarnos nuestro compromiso de continuar a Cristo por un camino de humildad y desprendimiento…”
El Papa Francisco explicó: “Las aclamaciones a la entrada en Jerusalén y la humillación de Jesús. Los gritos de celebración y la carnicería feroz. Este doble secreto acompaña todos los años la entrada de la Semana Santa con los dos instantes propios de esta celebración: al comienzo, la procesión de las palmas y los ramos de olivo y, a continuación, la lectura solemne del relato de la Pasión”.
“El Evangelio de la Pasión según Mateo describe el desarrollo de juicio y condenación del justo más especial: Jesús. Los opositores, ahora mismo, se unen para acusar y condenar injustamente al hombre de Nazaret como subversivo. Es una víctima del imperio, que no admite oposición. La vida leal al Padre lleva a Jesús a no tener miedo ni abandonar de la misión que Dios le había encomendado. Su acólito es el que lo sigue y permanece con él, incluso frente a peligros, y transporta su cruz.” (Liturgia día tras día)
Mons. José María dijo: “Después de la procesión (de Ramos) uno se sumerge en el misterio de la Pasión de Jesucristo: En Is 50 4-7 detalla al Siervo sufriente, en la esperanza de la victoria final. Observamos en él a la persona misma de Jesucristo. En Fl 2,6-11 disponemos la clave primordial de todo el secreto de este Domingo de Ramos: ¡Jesús se vejó y de ahí que Dios lo exaltó! En el texto de Mc 15,1-39, nos encontramos llamados a contemplar la PASIÓN y MUERTE de Jesús. Que durante la Semana Santa podamos sacar varios frutos de la meditación de la Pasión de Cristo”.
Dom Henrique Soares da Costa dijo que: “lo que él (Jesús) efectuó en su vida, acogiendo, excusando, curando, restaurando la promesa… es decir, dándose a nosotros y por nosotros, ahora lo consumará hasta la desaparición y la muerte ¡En el cruce! Admitir este servicio es reconocer que Cristo murió por nosotros, dando su vida por nosotros… y de este modo agradecerle de todo corazón, como Pablo, que exclama: “Él me amó y se entregó a sí mismo por mí” (Gal 2,20). Seamos agradecidos con él: ¡vivamos también nosotros para él!”.
El Padre César Augusto dijo que “entramos en la Semana Santa, donde profundizaremos en el saber del amor de Cristo por nosotros y, consecuentemente, seremos agraciados con más amor. ¡Que lleguemos a la Pascua de la Resurrección más como el Cristo obediente!”.
Conclusión: (San Bernardo)
“¡Qué diferentes eran unas voces y otras! ¡Fuera, fuera, crucifícale y bendito el que viene en el nombre del Señor, Hosanna en las alturas! ¡Qué distintas son las voces que en este momento lo aclaman Rey de Israel y dentro de unos días afirmarán: No contamos otro rey que César! ¡Qué distintas son las ramas verdes y la Cruz, las flores y las espinas! a los cuales antes de extenderles sus vestiduras, al cabo de un tiempo le despojarán de las suyas y echarán suertes sobre ellos.”
Oración: (Prefacio)
En efecto, es justo y necesario, es nuestro deber y nuestra salvación, darte gracias siempre y en todo momento y en todo rincón, Señor, Padre santurrón, Dios eterno y todopoderoso, por Cristo nuestro Señor. Inocente, Jesús quiso sufrir por los pecadores. Beato, deseaba ser condenado a morir por los delincuentes. Su muerte borró nuestros errores y su resurrección nos trajo novedosa vida. Por él, los ángeles cantan tu grandeza y los santos proclaman tu gloria. Concédenos asimismo asociarnos a sus alabanzas, cantando (diciendo) con una sola voz:
Jane Amábile – Con. Divino Espíritu Santurrón
Como esto:
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Esperamos que le gustara nuestro articulo Palmas y la Pasión del Señor – Mateo 21, 1-11 y San
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios