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Oración a la Divina Misericordia Oh Sangre y Agua: guía para rezar y pedir misericordia

Oh Divina Misericordia, fuente infinita de ternura que derrama consuelo en los corazones atribulados, me acerco a ti con humildad y fe. En este momento de silencio interior, te confieso mis fallas, mis temores y mis dudas, y te pido que puedas mirar mi vida con la mirada de tu compasión. Yo te suplico, con la certeza de quien sabe que solo en tu misericordia encuentro descanso, un encuentro profundo contigo que transforme mi historia.

Hoy quiero vivir la experiencia de la oh Sangre y Agua que brotaron del Costado de Jesús, señal de tu misericordia que abraza toda herida humana. En cada latido de mi pecho, repito la verdad de que tu Divina Misericordia no se cansa de perdonarme, incluso cuando he caído una y otra vez. Yo te ruego que esta oración a la divina misericordia oh sangre y agua sea un camino de encuentro contigo, un camino que me lleve a la paz que el mundo no puede dar.

Señor Jesucristo, tú eres la fuente de todo bien y la plenitud de la vida. En mi debilidad te pido fortaleza para mirar las cosas con un corazón nuevo, dispuesto a convertir mis pensamientos y mis acciones. Que la gracia de tu misericordia llegue a cada rincón de mi alma, especialmente a las áreas que aún no se han dejado iluminar por tu luz. Que esta oracion a la divina misericordia oh sangre y agua sea para mí un refugio constante en medio de las tentaciones y una brújula que me guíe de regreso a ti cuando me pierdo.

Ayúdame a reconocer mis errores sin condenación, a pedir perdón con sinceridad y a cambiar con la firme resolución de vivir según tu voluntad. Te pido, oh Señor, que tu misericordia abrace mi historia pasada, la limpide de culpas y la RBC de mis culpas, para que pueda caminar ligero hacia un futuro que tú has preparado lleno de esperanza. Que esta oracion a la divina misericordia oh sangre y agua sea también una oración de reconciliación con quienes me rodean, para que nuestras relaciones reflejen tu amor y tu paz.

Extiendo mi plegaria por mi familia, mis amigos y mis compañeros. Te pido que nadie de mi círculo se sienta abandonado o desvanecido ante tus ojos. Que la Divina Misericordia se manifieste como un manto que los cubra, que fortalezca sus corazones y que renueve su fe. Si hay dolor en sus vidas, que la curación de la oh Sangre y Agua comience a fluir en sus interiores, revelando la esperanza que nace de ti. Que cada abrazo, cada palabra de aliento, cada gesto de servicio, sea un testimonio de tu ternura en medio de las pruebas.

En este país y en el mundo entero, te suplico por la paz, por la justicia y por la dignidad de cada ser humano. Que la misericordia que concede tu oh Sangre y Agua ilumine los caminos de la reconciliación entre pueblos, comunidades y familias. Que la vida de los más vulnerables sea protegida y respetada; que el hambre ceda ante la generosidad de quienes comparten lo que tienen; que la verdad y la libertad florezcan donde haya miedo y opresión. Permite que mi oración a la divina misericordia oh sangre y agua sea una semilla de compasión que germine en obras concretas de amor al prójimo.

Te suplico también por quienes padecen enfermedades, por los que llevan cargas invisibles y por los que se sienten abandonados por la esperanza. Que tu misericordia, que se derrama en cada herida, alcance a los médicos y a los cuidadores, para que trabajen con paciencia, ciencia y ternura. Que cada tratamiento sea acompañado de tu bendición, que cada dolor encuentre un alivio que no defraude la dignidad humana. En mis propias limitaciones, te pido que no falten tu consuelo y tu paz, para que pueda sostener a los que me rodean con una mano firme y un corazón abierto.

Esta oración a la divina misericordia oh sangre y agua también es petición de crecimiento espiritual. Dame la gracia de un arrepentimiento profundo que lleve a una conversión verdadera, no fingida, que transforme mis hábitos, mis prioridades y mi manera de amar. Que cada día que pase me acerque más a ti, que mi oración sea una conversación diaria contigo, un diálogo sincero en el que yo pueda decirte: Jesús, yo confío en ti. Que tu misericordia, que brota como fuente en la cruz, sea la energía que impulse mi testimonio de fe en un mundo a veces tibio o cínico.

En mi vida práctica, te pido humildad para servir, paciencia para esperar, y gratitud para reconocer cada regalo que me conceden. Que mi hogar sea un lugar de encuentro contigo y de testimonio de tu divinidad. Que la oracion a la divina misericordia oh sangre y agua se traduzca en acciones de cuidado hacia los que viven contigo: los hermanos y hermanas en la fe, los que comparten mi camino, y quienes aún no te conocen. Que el amor que tú derramas se haga visible a través de mis manos, de mis palabras y de mis gestos diarios.

Te doy gracias, Oh Maestro de misericordia, por cada prueba que me has permitido atravesar. A veces la dificultad ha apretado mi pecho y he sentido que la fe se tambaleaba. Pero al mirar tu Cruz y al escuchar la promesa de tu perdón, encuentro una luz que no se apaga. Me inclino ante ti con gratitud, sabiendo que tu gracia es mayor que mi debilidad. En este caminar, que la oh Sangre y Agua sigan manando para renovar mi esperanza y para sostener mis pasos cuando la ruta se haga oscura.

Yo, que me acerco a ti como pecador-redimido, te pido que me des la fuerza para perdonar a los que me han hecho daño, así como tú nos perdonas en cada oración de tu misericordia. Que la capacidad de perdón sea signo vivo de tu presencia en mi vida, y que el perdón recibido me impulse a ofrecer misericordia a otros. Que, a través de la oracion a la divina misericordia oh sangre y agua, pueda testimoniar que la vida nueva que proviene de ti transforma relaciones, comunidades y estructuras que ya no sirven al bien común.

Concluyo esta oración con la seguridad de que no rezFirst: sin ti no soy nada, pero contigo todo es posible. Que tu amor me guíe en los momentos de oscuridad y que tu misericordia sostenga mi ánimo cuando me sienta débil. En cada jornada, que yo pueda recordar tus palabras: no juzgar, no condenar, sino amar con la ternura de un padre hacia sus hijos. Que mi vida entera sea un acto de confianza en ti, oh Divina Misericordia, oh Sangre y Agua que inundan de gracia el mundo entero.


Jesús, yo confío en ti. Jesús, te adoro. Jesús, te amo. Que esta oracion a la divina misericordia oh sangre y agua permanezca en mi corazón como un himno de esperanza y una promesa de fidelidad. Amén.

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