Octavo Domingo del Tiempo Ordinario – Un buen hombre quita cosas
Octavo Domingo del Tiempo Ordinario – El hombre bueno saca cosas buenas del buen tesoro de su corazón – Lucas 6:39-45 – 3 de marzo de 2019
En aquél tiempo:
39.Jesús contó una parábola a los acólitos: ‘¿Pueden los ciegos guiar a los ciegos? ¿No van a caer los 2 en un hoyo?40Un acólito no es mucho más grande que el profesor; todo acólito bien formado será como el maestro. 41.¿Por qué razón ves la paja en el ojo de tu hermano, ¿Y no percibes la viga que está en tu propio ojo? 42.¿Cómo puedes mencionarle a tu hermano:hermano, permíteme sacarte la astilla de tu ojo, cuando no ves la viga en tu propio ojo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces puedes ver bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. 43.No hay buen árbol que dé pésimos frutos, ni el árbol malo que da buenos frutos. 44.Todo árbol se reconoce por sus frutos. No se recogen higos de los espinos, ni uvas de plantas espinosas. 45.El hombre bueno toma cosas buenas del buen tesoro de tu corazón. Pero el hombre malo saca cosas malas de su mal tesoro, por el hecho de que su boca charla de lo que está lleno el corazón.
El Papa Francisco mencionó que “todos deseamos, en el día del juicio, que el Señor nos mire con benevolencia, que el Señor olvide las varias cosas malas que hemos hecho en la vida.
Y esto es justo, pues somos pequeños, y un hijo espera esto de su padre, siempre».
Pero “si juzgáis todo el tiempo a el resto, vais a ser juzgados con la misma medida: esto está claro”.
(20 de junio de 2016)
“Cuando conozcamos el fondo sucio y podrido que somos todos nosotros, ya no juzgaremos a nadie.
Si todavía juzgamos, condenamos, es por el hecho de que todavía no nos conocemos como debemos ser conocidos”.
(San Luis Grignion de Montfort)
El Padre Roger Araújo lo afirmaba de este modo: “Hermanos míos, en ocasiones una ceguera envuelve nuestros ojos, y la peor de ellas es aquella en que no nos observamos a nosotros mismos.
Observamos tanto, pero no lo esencial; vemos los problemas del resto, sus defectos, sus males, pero no podemos consultar nuestros defectos, nuestros límites, no podemos consultar lo que está mal en nosotros”.
El Padre Paulo Ricardo explicó: “Esta excesiva indulgencia hacia nosotros y esta excesiva severidad hacia el resto prueba que no observamos las cosas con los ojos de Dios.
De ahí que debemos solicitarle la gracia de poder observarlos mediante su mirada, siempre justa y, al mismo tiempo, comprensiva.
Es, es cierto, una gracia rara, que sólo observamos a la perfección realizada en los enormes santurrones; pero nosotros, que queremos realizar ese llamado: “Sed inmejorables”, no podemos medir ningún esfuerzo para ser como Nuestro Señor, que vio y juzgó todo con un ojo limpio, recto y misericordioso”.
También el Papa Francisco dijo: “Pensemos hoy en lo que el Señor nos comunica: no juzguéis, para no ser juzgados; la medida, el camino, la medida con que juzguemos, va a ser exactamente la misma que ellos emplearán para con nosotros; y, tercero, mirémonos al espéculo antes de evaluar.
‘Pero ese hace esto… este hace el otro…’ ‘Pero, espera un minuto…’, me miro en el espéculo y luego pienso.
A la inversa, voy a ser un hipócrita, porque me coloco en el sitio de Dios y, además de esto, mi juicio es un juicio pobre; le falta algo tan importante que tiene el juicio de Dios, le falta clemencia”.
(20 de junio de 2016)
Conclusión:
“Hay reglas visibles sugeridas por Jesús para no caer en la hipocresía: no evaluar a el resto a fin de que no seamos juzgados con la misma medida; y en el momento en que sentimos la tentación de hacerlo, es mejor mirarse primero al espejo, no para maquillarnos sino para poder ver cómo somos verdaderamente.
Recordando que el único juicio verdadero es el de Dios con su clemencia, el Papa Francisco aconsejó no ceder a la tentación de ponernos en el sitio del Señor, dudando de su palabra”.
(Papa Francisco en 20 de junio de 2016)
Oración:
Señor Jesús, no deseo evaluar a mi hermano.
Pero quiero ver lo que hago y lo que te desagrada.
Deseo poner frente a ti mis malas acciones para que me juzgues con tu sin limites misericordia.
Dame, Señor, un corazón misericordioso y complaciente conmigo mismo y con mis hermanos.
Jesús, por su dolorosa Pasión, ten piedad de mí y del mundo entero.
Amén.
Jane Amábile – Con.
Divino Espíritu Beato
Como esto:
Cargando…
Entrada archivada bajo: Reflejo de la Palabra.
Etiquetas: Octavo Domingo del Tiempo Ordinario.
Esperamos que le gustara nuestro articulo Octavo Domingo del Tiempo Ordinario – Un buen hombre quita cosas
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios