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Obispos publican hallazgos generales de encuesta del Vaticano
Las respuestas de los católicos irlandeses al cuestionario del Vaticano sobre la familia han identificado algunos de los “enormes desafíos” que enfrentan las familias hoy en día según los obispos irlandeses.
El jueves, la Conferencia Episcopal Irlandesa emitió su primera declaración formal sobre los comentarios recibidos por las 26 diócesis del país.
Los encuestados identificaron las graves dificultades económicas, el desempleo y la emigración, así como la violencia doméstica, el abandono y otras formas de abuso, la infidelidad y las constantes presiones sobre el “tiempo en familia” como problemas que causan dificultades a las familias irlandesas.
Según los obispos, algunos encuestados expresaron una preocupación particular por la cantidad limitada de apoyo estatal para el matrimonio y la familia.
Según el IBC, se recibieron miles de respuestas al cuestionario ‘Desafíos pastorales para la familia en el contexto de la evangelización’.
Los obispos dijeron que estas respuestas ya están ayudando a informar los preparativos para la Reunión Extraordinaria del Sínodo de los Obispos del próximo octubre en Roma.
También brindan a los obispos irlandeses un marco “para considerar cuestiones pastorales importantes relacionadas con el matrimonio y la familia”.
Los resultados generales de la encuesta se hacen eco de los revelados por el arzobispo Diarmuid Martin hace dos semanas para la diócesis de Dublín y los recopilados por la encuesta adaptada de la Asociación de Sacerdotes Católicos, que fue respondida por 1.562 personas.
En su declaración del jueves, los obispos dijeron que deseaban “animar y acompañar con amor a quienes luchan por vivir la vida en familia”.
Reconocieron que muchos de los que respondieron al cuestionario expresaron dificultades particulares con las enseñanzas de la Iglesia sobre sexo extramatrimonial y cohabitación de parejas no casadas, divorcio y nuevo matrimonio, planificación familiar, reproducción humana asistida, homosexualidad.
“La enseñanza de la Iglesia en estas áreas sensibles a menudo no se experimenta como realista, compasiva o que mejora la vida”, revelaron.
Algunos encuestados lo vieron como desconectado de la experiencia de la vida real, dejándolos sintiéndose culpables y excluidos.
“Reconocemos nuestra responsabilidad como obispos de presentar fielmente la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia de una manera positiva y atractiva, mientras mostramos compasión y misericordia hacia aquellos que tienen dificultades para aceptarla o vivirla”, dijo la Conferencia Episcopal.
Afirmaron que el apoyo al matrimonio y la vida familiar es fundamental para lo que la Iglesia enseña y vive.
“El matrimonio es un sacramento, un signo del amor de Dios, que refleja el amor de Cristo por su Iglesia. El don de Dios de la familia, basada en el amor de marido y mujer y abierta a la vida, es un don que la Iglesia busca proteger y apreciar”.
Como célula original de la sociedad, la familia es esencial para la formación de los miembros de la sociedad, dice el comunicado. “Es un lugar donde la generosidad, la ternura, el perdón, la estabilidad, el cuidado, la aceptación y la verdad se pueden enseñar y aprender mejor”.
Los padres, dijeron los obispos, son “los primeros y mejores maestros de sus hijos en la fe”. La comunidad parroquial tiene un papel importante en ayudar a los padres a llevar a sus hijos a Jesucristo y guiarlos por los caminos de la fe.
Los obispos alentaron a los fieles a participar en diálogos y debates continuos sobre los temas críticos del matrimonio y la familia, particularmente durante los próximos dos años.
Señalaron la próxima conferencia que será facilitada por el Consejo Episcopal para el Matrimonio y la Familia el próximo 14 de junio.
El Sínodo Extraordinario en el Vaticano en octubre será seguido por una Asamblea Ordinaria del Sínodo en 2015, también tendrá como tema la ‘Familia’.
Además, el Encuentro Mundial de las Familias tendrá lugar en Filadelfia en septiembre de 2015.
Los obispos irlandeses pidieron a la gente, a los sacerdotes y religiosos que oren por las familias y por el éxito de estos encuentros, en línea con la reciente petición del Papa Francisco en su Carta a las Familias del 25 de febrero.
