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Nuevo sacerdote ordenado para Cork y Ross
El obispo John Buckley de Cork & Ross con el padre Marius O’Reilly, a quien ordenó el domingo pasado.
El obispo John Buckley ordenó al padre Marius O’Reilly al sacerdocio el fin de semana pasado en la ciudad de Cork, la segunda ordenación que la diócesis de Cork & Ross ha celebrado este año.
En su homilía para la ceremonia de ordenación del domingo en la Iglesia de la Presencia Real, el padre Tom Deenihan, secretario diocesano, describió la ordenación como un signo de esperanza.
“Significa que Cristo sigue llamando a los hombres al sacerdocio ministerial, significa que algunos de los que escuchan ese llamado tienen la fe para responder a él y, para nosotros sacerdotes, significa compañeros de trabajo, colegas más jóvenes y, en cierta medida, una validación de nuestro trabajo y una prueba, a pesar de todos los profetas de la fatalidad y de nuestros propios esfuerzos a veces, de que el sacerdocio sigue siendo un llamado válido y valioso”.
El P. Deenihan agregó que para los fieles de las parroquias de la diócesis, significa otro sacerdote que trabajará con ellos, que les celebrará los sacramentos y que se convertirá en miembro de su comunidad de fe.
“Tenemos parroquias en esta diócesis donde la gente teme la pérdida de su sacerdote residente. La ordenación de Marius es bienvenida y una buena noticia para ellos en particular”, dijo el sacerdote de Cork & Ross.
En otra parte de su homilía, el secretario diocesano dijo que una ordenación hoy en Irlanda es “más contracultural que los hippies de los sesenta, los punks de los setenta y cualquier cosa que hayamos presenciado desde entonces o en el medio”.
Dijo que un hombre joven, con calificaciones y experiencia en el mundo de los negocios, tomando promesas de obediencia y celibato y dedicando su vida al trabajo como sacerdote debe apuntar hacia otras realidades.
Agregó que demostró, una vez más, que lo que San Agustín dijo hace siglos todavía se mantiene: ‘Nuestro corazón está inquieto y no descansará hasta que descanse en ti’.
Recordando la publicación del Papa Francisco de Evangelii gaudium en la fiesta de Cristo Rey el año pasado, el padre Deenihan dijo en él que el Papa dijo que el gran peligro en el mundo de hoy, impregnado como está por el consumismo, “es la desolación y la angustia nacidas de un corazón complaciente pero codicioso, la búsqueda febril de placeres frívolos y de conciencia embotada”.
Advirtió que “cuando nuestra vida interior se enreda en sus propios intereses y preocupaciones, ya no hay lugar para los demás, no hay lugar para los pobres”.
“La voz de Dios no se escucha, ya no se siente el gozo silencioso de su amor, y se desvanece el deseo de hacer el bien.”
El P. Deenihan explicó que “El punto de todo esto es que existe una contradicción entre el Evangelio y la cultura contemporánea, entre el Reino de Dios y la ciudad moderna, entre el cristiano y el ciudadano del siglo XXI”.
Sin embargo, subrayó que una condena total de la cultura no es el camino del Evangelio.
“Estamos llamados a comprometernos con la cultura contemporánea y apreciar lo que es del Evangelio en nuestra cultura, no a condenar nuestra cultura o luchar contra ella. ¡Después de todo, la cultura es el contexto en el que se predica el Evangelio!”.
En el rito de la ordenación, el padre Marius prometió obediencia al obispo Buckley ya sus sucesores.
El obispo Buckley rindió homenaje al padre Marius y su familia al final de la ceremonia y dijo que la forma en que una familia responde y apoya una vocación es un signo de la fe de una familia.
El obispo Buckley estuvo acompañado por la obispo Christy Jones, obispo retirado de Elphin y amigo de la familia O’Reilly y el arzobispo Patrick Coveney, un nuncio papal retirado que es de la diócesis.
Más de cincuenta sacerdotes concelebraron la Misa.
El padre Marius es originario de Bishopstown y asistió allí tanto a Scoil como a Colaiste An Spioraid Naoimh.
Después de la escuela, estudió para un BComm en UCC y luego completó una maestría en Marketing en Smurfit Business School (UCD).
Más tarde, el futuro sacerdote trabajó en Londres como consultor empresarial, en el campo de la tecnología de la información y la telefonía móvil, durante varios años, antes de discernir su llamado al sacerdocio.
Cuando se le preguntó acerca de su ordenación el domingo, el padre Marius dijo: “La sensación de paz, alegría y plenitud que siento solo se entiende por las propias palabras del Señor: ‘la paz que doy es un regalo que el mundo no puede dar'”.
