Nuestra fe debe ser una fe del siglo XXI: Arzobispo

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Nuestra fe debe ser una fe del siglo XXI: Arzobispo

ANIVERSARIO DE LA PROTECCIÓN DE LOS NIÑOSSiempre habrá una tensión en la relación entre la Iglesia y la sociedad y el mensaje de Jesús debe vivirse dentro de las realidades culturales del mundo en el que vivimos, dijo el arzobispo Diarmuid Martin el domingo.

Hablando en la Iglesia de Nuestra Señora del Camino en Kilternan, que ha sido renovada recientemente, el Arzobispo advirtió que la fe nunca es una huida de la realidad.

“No es una zona de confort en la que podamos retirarnos e ignorar las cuestiones difíciles y exigentes de hoy. Nuestra fe debe ser la fe del siglo XXI”, dijo.

Debido a que la fe es un llamado al testimonio, dijo el arzobispo a los feligreses de Kilternan, la fe debe vivirse en cualquier mundo en el que vivamos, pero nunca pertenece a ese mundo y debe permitirnos discernir y romper con lo convencional en cualquier momento individual.

“Esto no es fácil”, reconoció y agregó: “Fácilmente podemos convertirnos en víctimas de las insuficiencias y engaños de la cultura en la que vivimos. Podemos quedar atrapados y no ver la superficialidad de muchos aspectos de la vida.

Criticó a los muchos que hoy denuncian los errores del pasado reciente en nuestra sociedad y economía irlandesas, pero olvidan rápidamente “cuánto todos nosotros, a nuestra manera, éramos parte de una cultura de celebridad vacía en los días de prosperidad en Irlanda”.

En su homilía del domingo, el arzobispo Martín dijo que el mensaje de Jesús no es un mensaje que pueda dejarnos cómodos o pasivos.

“Lo contrario de la profecía y el testimonio es la conformidad vacía. Lo opuesto a la integridad no es solo la deshonestidad sino también la apatía y la resignación y el no hacer nada”.

Sin embargo, el mensaje de la Iglesia debe ser un mensaje de esperanza y de alegría.

No obstante, reconoció que hay muchas razones para estar preocupados por la Iglesia hoy.

“El número de asistentes a Misa ha disminuido, debido a una visión diferente de la vida y la decisión de muchos de vivir su vida sin ninguna referencia a Dios, así como por los escándalos y cómo se manejaron”.

Subrayó que la restauración de una iglesia nunca es sólo una cuestión de restablecer la belleza del pasado. “Se trata de la renovación, se trata del futuro”, dijo.