El Señor es tu apoyo, es la fuerza que te pone de pie, la defensa frente a las batallas, no te desesperes.
Esperé en el Señor con toda seguridad. Se inclinó hacia mí, escuchó mis gritos.
Me sacó de un pozo mortal, de un charco fangoso; Puso mis pies sobre peña, afirmó mis pasos; (Sal 39, 2-3)
El Señor conoce tu corazón y sabe lo que te estuvo molestando, Él te quiere y nunca dejará que te destruya, no tengas miedo, Su gracia está sobre ti.
Así como la candela que arde en el altar es vuestra vida, el Señor viene con el fuego de su Espíritu Santo para reavivar la llama de vuestra Fe, vuestra promesa que ilumina nuestros pasos y os conduce a donde debéis ir.
Fuertes preocupaciones te atacaron, el pecado trató de quitarte la promesa y te mencionó que nada saldría bien, pero el Señor vino a tu salve y tomó la idea de todo y te dio la victoria.
Lucha con la fuerza de lo prominente, sabe que todo va a pasar, serás testigo de días mejores, y esto será fuente de luz y vida para muchos, esta es la gracia de Dios y te acompaña día y noche, confía.
No pierdas la promesa frente a las aflicciones, el Señor está contigo en todo instante.
No hay mal que pueda vencerte.
Si Dios es por nosotros quien contra nosotros.
Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.
¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!
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