En un mundo tan lleno de odio y venganza, que semeja caminar cada día sin rumbo, sin una dirección adecuada, hete aquí, el Señor nos ofrece a la que es bienaventurada y llena de felicidad, y por si fuera poco, su verdadero valor asimismo. nos ofrece como su madre, María.
María modelo de mujer, madre, sierva, guerrera, de obediencia a la voluntad de Dios y que aboga con su hijo Jesús por todos nosotros.
En María, Dios nos descubrió el papel y el valor mucho más bello e esencial de la mujer, la que da vida, modelo de determinación, fuerza y valentía y que no se queda callada ante las situaciones.
Si el día de hoy te sientes desamparado, temeroso e impotente para combatir, abre tu corazón a la Madre de Jesús, tu madre.
Tal como la palabra de Dios nos retrata en la fiesta de las Bodas de Caná, en pleno auge de esa celebración de alegría y amor, falta el vino, María intercede frente su hijo Jesús y pide un milagro.
Si a ti también te falta lo que necesitas en tu vida, justo ante ti está la que protege de las pretensiones de sus hijos, la madre del Señor y su madre vienen a ayudarte.
Ella no escatima sacrificios en soliciar a su hijo Jesús, lo mismo se hace el día de hoy en tu vida si te diriges a ella.
¡Pídele a la madre que el Hijo responda!
Mujer, tu vida es un soplo de Dios, de su amor, es una semilla que la tierra acogió y Dios regó, tienes belleza, tienes valor.
¡Que Dios bendiga a todas y cada una de las mujeres!
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