Muere la franciscana seglar Tuti Spengler en

Tuti fue un apasionado del carisma franciscano

La seglar franciscana Gertrudes Crescence Spengler, cariñosamente llamada Tuti, murió este lunes (29/01), a las 10:30 horas, en Gaspar, Santa Catarina. Es hermana del franciscano Dom Evaristo Spengler, obispo de la Prelatura de Marajó, en el estado de Pará, y lucha desde hace unos años contra el cáncer de mama. Su cuerpo está siendo velado en la Capilla Mortuoria de Gaspar y el entierro será en el Cementerio Municipal de Gaspar poco después de la Misa de Exequias a las 10 am.

Hace unos días Dom Evaristo partió de Marajó para que Gaspar visitara a su hermana. Él, sin embargo, tenía problemas cardíacos y fue ingresado en el mismo Hospital Santa Catarina, en Blumenau, donde Tuti fue hospitalizado. Dom Evaristo se sometió a un cateterismo este lunes y estaba en su habitación recuperándose cuando recibió la noticia de la muerte de su hermana.

Don Evaristo logró el próximo mensaje solamente supo de la muerte de su hermana: “Sentí en ese momento los brazos de Dios abiertos para acogerla para el abrazo definitivo en su Reino. Tuti cumplió fielmente la misión que Dios le confió en esta tierra. Su disposición, ha dicho, era vivir 100 años, vivió 66, pero con tal intensidad que no podemos dudar, fue una vida plena.

Tuti fue un individuo humana hermosa, desprendida, fraterna y amable. Tuti tenía alma franciscana. Pasó por el planeta con sencillez y humildad, centrándose en lo esencial, sin dejarse seducir por los “encantos” del mundo.

Pensando en Tuti, el día de hoy me acordé de un teólogo jesuita que afirma que el asceta moderno es el que entra al Centro Comercial y sale solo con lo que fue a obtener. Tuti no se dejó cautivar por el consumismo. Fue, por ejemplo, la última persona de la familia en tener un teléfono celular. Usó lo que tenía no solo para su propio beneficio, sino más bien continuamente para comunicar en solidaridad con los necesitados.

Todo lo mencionado, a la luz de la fe, me da alegría interior. Me recuerda que “a quien cree, la vida no se le quita, sino que se transforma”.

Jesús mencionó que “si no se echa un grano de trigo en la tierra, no va a dar fruto nuevo”. Y que iría enfrente a preparar rincón para los que le aman. “En la casa de mi Padre muchas moradas hay”. Tuti ya ha encontrado su hogar en el cielo.

Fue el Señor quien dio, el Señor quien tomó. Alabado sea el nombre del Señor.

En ese instante, me agradaría bastante estar con mi familia y amigos en mis últimos instantes, al lado de nuestra Hermana Tuti. El médico mencionó que en este momento, mi frágil corazón debe permanecer en el hospital para ser monitoreado durante 48 horas. Pero sé, mi corazón, mi mente y mi espíritu están contigo y Tuti. Estoy feliz de que Dios me haya concedido la gracia de pasar los últimos días junto a ti.

Mi gratitud y mi abrazo fraterno a todos y cada uno de los que ahora están unidos a Tuti en la fe y la oración.“, completó don Evaristo, dando la bendición de San Francisco:

¡Que el Señor nos bendiga y nos guarde, Muéstrenos su rostro y tenga misericordia de nosotros, Vuelva a nosotros sus ojos y nos dé la paz!

No hay ninguna persona, en la Parroquia de San Pedro Apóstol de Gaspar, que no conozca a Tuti. Fue incansable en su distribución a la Iglesia ya su familia. Para que os hagáis una idea, fue Ministra de la Fraternidad Santo Antônio de Gaspar de la Orden Franciscana Seglar a lo largo de tres mandatos. Se transformó en acólita de San Francisco cuando era adolescente en el momento en que acompañaba a su madre a las reuniones de la OFS. Le preocupaba la lenta renovación de su Fraternidad: “Veo que nuestras Fraternidades van reduciendo y son pocos los que hoy desean profesar en una orden religiosa”, lamentó.

Aparte de la OFS, Tuti siempre y en todo momento estuvo implicada en algún emprendimiento o ministerio parroquial. En la Celebración de São Pedro, la producción de prácticamente 15.000 pasteles dependía de él. ¡Y todo se hizo con alegría! No escatimó esfuerzos en este sistema a la red social. Actualmente era vicecoordinadora del Consejo Pastoral Parroquial (CPC) de la Matriz.

Fray Germano Guesser pasó 12 años como párroco en Gaspar y conoció bien a Tuti y su familia. “Aparte de ser cercana como franciscana seglar, también era hermana de nuestro cohermano fray Evaristo. Siempre y en todo momento estuvimos cerca. Ella fue una madre, hermana, amiga y consejera para nosotros. En la Parroquia, referencia para todos”, dijo emocionado fray Germano, quien viajó a Gaspar apenas supo que su estado se había deteriorado.

A familiares y amigos nuestras oraciones y condolencias! ¡Descansa en paz Tuti!