María, la bella y transparente Solemnidad de la Inmaculada

♦ ¿Qué tenemos la posibilidad de añadir a todo lo que ahora se escribió y dicho sobre Maria da Nazaré, sobre Maria Imaculada? Hija de una tierra oriental, fue visitada de manera particular por el Alto.

Mujer pura y transparente, llena de orden y tejida con armonía.

Sin mácula Nada en ella se oponía a Dios.

Era una parte del remanente beato, el remanente de los pobres de Yahweh.

El Altísimo quiso obrar en ella maravillas insospechadas.

Haz tu nido allí.

En la celebración de la Inmaculada, nuestra mirada se vuelve hacia una obra de arte de la bondad de Dios: una mujer inmaculada de nacimiento.

Armonía, belleza, transparencia.

♦ “Oh Virgen Santísima, que llenaste de asombro a los ejércitos angelicales.

Estupendo prodigio en los cielos: ¡una mujer vestida de sol, llevando la luz en sus brazos! Profundo prodigioso en los cielos: ¡el lecho virginal que acoge al Hijo de Dios! Estupendo prodigio en los cielos: el Señor de la ciudad de los ángeles se hizo Hijo de la Virgen.

Los ángeles acusaron a Eva; ahora cubren de gloria a María, pues él levantó a Eva de su caída e hizo ingresar en el cielo a Adán, que había sido expulsado del paraíso.

Ella es la mediadora del cielo y de la tierra, en ella se cumplió su unión” (San Epifanio).

♦ “Dios le dio a María su propio Hijo, el unigénito de su corazón, igual a él, a quien amaba como a sí mismo.

En el seno de María formó a su Hijo, no otro, sino exactamente el mismo, a fin de que por naturaleza fuera verdaderamente uno y el mismo Hijo de Dios y de María.

Toda la creación es obra de Dios y Dios nació de María.

Dios creó todas y cada una de las cosas, y María dio a luz a Dios.

Dios, que hizo todo, se formó a sí mismo en el seno de María.

Y de esta manera rehizo todo cuanto había hecho.

El que puede llevar a cabo todo de la nada, no quiso rehacer sin María lo que había sido profanado.

En consecuencia, Dios es el Padre de todas y cada una de las cosas creadas y María la madre de todas y cada una de las cosas creadas.

Dios es el Padre de la creación universal, y María la madre de la redención universal.

Porque Dios engendró a aquel para quien todas las cosas fueron hechas, y María dio a luz a aquel para quien todas y cada una de las cosas fueron salvadas.

Dios engendró a aquel sin el cual nada existe completamente, y María dio a luz a aquel sin el que nada completamente es bueno” (San Anselmo).

• Una pequeña letanía a Nuestra Señora:

María del amor, María de nuestra tierra, María del mar, María de los caminos, María de las encrucijadas, María de la cruz, María de la aflicción, Madre de la inocencia, Madre del amor, Madre del cielo, Madre de toda hermosura, Madre de los vitrales, Madre del sol, Madre de las estrellas, Madre del Altísimo.

Fray Almir Guimarães