Hoy, frente tu cansancio y mal, el Señor viene a daros lo destacado y lo mucho más hermoso de su corazón para consolaros a nosotros, vuestra madre María Santísima.
Recibe este obsequio que Jesús te dio desde lo alto de la cruz: “¡Madre, aquí está tu hijo, hijo, aquí está tu madre!”
Siéntete abrazado y amado por María tu madre, no poseas miedo ni temor de recibir ese amor que sana tu corazón tan sufrido y herido por todas las experiencias negativas del falso amor.
Mírala y encuentra la mirada de Jesús para ti, Jesús desea restaurar tu corazón mediante María, desea reavivar el cariño entre tú y tu madre biológica, entre tú y tu familia y también de todos los que viven contigo.
No seas más ciervo de los errores que cometiste, de las agresiones y rechazos que sufriste.
Es posible que tu madre biológica aun te haya fallado con el cariño y la atención que mereces, perdónala, ella es humana y asimismo puede estar cargando los traumas de la falta de amor.
Recibe el amor de aquella que Jesús escogió como madre y que asimismo es tuya y desea devolverte tu felicidad.
Eres amado y bello, alégrate, tienes un Padre, tienes una Madre.
Toma posesión de esta felicidad recibida y recuerda siempre y en todo momento en todos y cada situación de tu vida lo que Jesús te afirma de nuevo: “¡Mírala (a María) y espérame, no poseas miedo de recibirla como Madre!”
¡¡¡Dios te bendiga a ti y a tu familia!!!
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