Los portugueses celebran 8 siglos de presencia

La Orden Franciscana llegó a Portugal en torno a 1217, incluyendo, entre los primeros conventos, los de Guimarães, Alenquer y Beato Antão dos Olivais, en Coimbra, que después de la canonización de Santo Antônio, pasó a llamarse Beato Antônio dos Olivais, como se encontraba allí. que este enorme beato portugués vestía el hábito franciscano. Son ocho siglos de presencia franciscana en Portugal.

Para festejar este jubileo, la Familia Franciscana Portuguesa efectuará tres congresos. El primer acontecimiento va a ser en Coimbra, en el Convento de São Francisco, los días 16 y 17 de junio, y la primera charla será impartida por Saul Antônio Gomes, quien abordará este período histórico de la Orden Franciscana en Portugal.

Fr. Joaquim Cerqueira Gonçalves hablará sobre el “Espíritu evangelizador y misionero del franciscanismo en Portugal”, con referencia a los mártires de Marruecos y San Antonio. También va a haber una presentación del libro “El Convento-Iglesia de Santo Antônio dos Olivais (1217-2017)”, de Antônio Correia Góis.

La escalinata de la Iglesia de Santo Antônio 2 Olivais también será escenario, en la noche del 16 de junio, de un espectáculo de fado de Coimbra, después de una celebración religiosa, presidida por el obispo de Coimbra, D. Virgílio do Nascimento Antunes , y una cena en un restaurante de esta zona Alta de la región, según notificó fr. João Dias Vicente, OFM.

Se realizarán otros 2 eventos, en Oporto y Guimarães, los días 20 y 21 de octubre, y en Lisboa y Arrábida/Setúbal, entre el 25 y el 28 de abril de 2018.

HISTÓRICO

Desde muy temprano, los acólitos del Poverello de Agarráis se establecieron en Portugal. Los primeros en llegar, en 1217, fueron fray Gualter y fray Zacarías. En 1219, los cinco mártires de Marruecos pasaron por Portugal, los primeros de la Orden Franciscana, cuyas reliquias, traídas a Coimbra en 1220, llevaron a Beato Antônio de Lisboa a vestir el hábito franciscano, convirtiéndose en el primer franciscano portugués.

Dedicándose, desde el principio, casi exclusivamente al ministerio de la predicación y la celebración de los sacramentos, no tardó en abrirse en ciertos conventos academias para la enseñanza de la gramática, la filosofía y la teología. El de Lisboa fue elevado a la categoría de Estudio General de la Orden (1340) y también incorporado a la Facultad de Lisboa en 1453. Los franciscanos, cumpliendo su vocación misionera, se embarcaron en las primeras expediciones de los Descubrimientos.

Desde el principio de su fundación, la Orden Franciscana comenzó a diversificarse en múltiples ramas, según carismas y circunstancias de vida. En el siglo XIV resaltan 2 familias prácticamente independientes: Conventuales y Observantes. Estas dos ramas, en 1517, con el Papa León X, se independizaron ciertamente, cada una con su Ministro General.

Más tarde, en 1568, por bula del Papa Pío V, se extinguió la Provincia de los Conventuales y, con ella, la rama de los Franciscanos Conventuales en Portugal. Por consiguiente, desde 1568, los Frailes Inferiores Conventuales estuvieron ausentes en la historia eclesiástica de Portugal, hasta el año 1967, según el sitio Frailes Conventuales de Portugal (

En la segunda mitad del siglo. XVIII, se agudiza la crisis interna de los institutos religiosos en Portugal. Las invasiones francesas, las luchas políticas entre liberales y absolutistas y la consiguiente guerra civil, marcaron esta época. Tras la expulsión de los jesuitas por el Marqués de Pombal, en 1773, D. Pedro IV extinguió los conventos de las Turbes (1832) y de todo el Reino y Ultramar en 1834, incorporando sus bienes al Tesoro Nacional y realizando de los monjes ‘ salidas’. La Ilustración del siglo XVIII no entendió la dimensión contemplativa de la vida religiosa; El liberalismo consideró los votos religiosos como un ataque a la independencia individual y suprimió el estatus social y económico de los institutos religiosos.

Había miles de franciscanos en Portugal. Tras la extinción de las Órdenes Religiosas masculinas con el decreto del 28 de mayo de 1834, fue solo treinta años después que se inició la restauración de la Orden Franciscana en tierras de Santa María, desde una pequeña comunidad de Varatojo, donde la austeridad y el dinamismo apostólico siempre y en todo momento se mantuvieron. .

En 1891 se restableció la actual Provincia portuguesa de la Orden Franciscana, descendiente del viejo árbol que durante seis siglos se había extendido por nuestra tierra. Entre 1891 y 1910 hubo un período de consolidación y desarrollo de la Orden en Portugal, dedicándose al ministerio pastoral, la predicación y la educación primaria. Se abrieron nuevos campos de acción: comunicación, asistencia social y formación de jóvenes. Y los frailes siguieron la obra misionera en el conjunto de naciones africano.

La proclamación de la República, 1910, provocó, una vez más, la dispersión y el exilio de los monjes, quienes respondieron de manera creativa a la hostilidad, intensificando el ministerio de la predicación, continuaron invirtiendo en comunicación, abriendo talleres de tipografía y encuadernación, lo que llevó a la fundación de la Editorial Franciscana en 1954. Se crearon 2 instituciones: una de solidaridad popular, la Obra da Imaculada Conceição e Santo Antônio (Caneças, 1952) y otra escuela, el Externato da Luz (Lisboa, 1958).

En cuanto a las misiones, en Mozambique se continuó la inmensa obra de evangelización ahora iniciada y se introdujo el movimiento de la Unión Franciscana Misionera (1923). En 1932 se abrió la Misión de Guinea-Bissau. La revolución de 1974 provocó el regreso de varios misioneros, que comenzaron a realizar labores evangelizadoras en las parroquias.

En Portugal, entre las actividades de los monjes, que hoy suman 127, se encuentran la obra misionera (Mozambique, Guinea y Cabo Verde), la predicación popular, la actividad pastoral en las parroquias y también iglesias de las Comunidades, la enseñanza, la comunicación, la difusión del dinamismo misionero por la parte de la Unión Misionera Franciscana, y la difusión de la espiritualidad franciscana con particular atención a la Familia Franciscana y los movimientos vinculados a ella.