Queridos hermanos y queridas hermanas,
Siempre y en todo momento es bueno reflexionar sobre esta enorme riqueza de la Iglesia que es la liturgia.
Acción de Dios en pos del pueblo, continuación de la obra salvífica de Cristo mediante nuestros ritos, de nuestros movimientos, de nuestros cantos, y siempre y en todo momento es bueno entender un tanto mejor el sentido de todo lo que hacemos y empleamos en nuestras celebraciones.
En el presente artículo vamos a reflexionar sobre las vestiduras sagradas o también vestiduras rituales.
Todo cuanto, eminentemente, los ministros ordenados (obispos, presbíteros, diáconos) usan durante las celebraciones, es esencial darse cuenta que no son solo prendas, sino cada una de ellas transporta un significado que siempre y en todo momento debemos poner en práctica.
Toda vestidura litúrgica señala un determinado servicio.
Desde que me coloco un vestido litúrgico, me estoy vistiendo de Cristo, ya que el sacerdote en la celebración actúa “in persona Christi”.
Entonces, poseemos algunas indumentarias, las más usadas, las más frecuentes, y vamos a hablar un poco sobre ellas.
El primero de ellos, el primordial, el alba O el Túnica.
Entre alba y túnica hay una pequeña diferencia, pero el significado es exactamente el mismo.
Representa la pureza de corazón con la que el sacerdote debe acercarse al altar.
Así que es esa túnica blanca que pusimos en primer lugar.
también disponemos el Robó, que simboliza el servicio.
Cristo Siervo nos va a llevar a la Última Cena, cuando Jesús se inclinó, se quitó el manto y empezó a lavar los pies de los discípulos.
La estola sacerdotal se pone sobre los hombros.
La estola de diácono se lleva sobre el hombro.
Ambos tienen el mismo significado, estar al servicio.
Recuérdele al ministro ordenado que está de servicio.
Sobre la túnica y la estola colocamos el Casulla, que es la vestidura solemne que emplean los sacerdotes por los obispos en la celebración de la Eucaristía.
Y ella tiene un simbolismo atrayente.
Vamos a recordar lo que Jesús nos dice sobre el yugo simple y su carga ligera.
La casulla es precisamente el símbolo de este yugo blando, que los ministros organizados acogemos al comandar la Eucaristía.
La estola y la casulla varían según el color litúrgico del día.
asimismo disponemos el Dalmático.
Tiene prácticamente el mismo concepto que la casulla, pero la transporta el diácono.
De esta forma, el sacerdote transporta la casulla y el diácono la dalmática.
Disponemos un símbolo, un cordón que se lleva cerca de la cintura, el Faja que se pone sobre la túnica y la estola, y nos recuerda la supervisión, cuando se nos pide estar con los necesitados por la disponibilidad, por el trabajo.
asimismo tenemos el cabo aspergestambién popular como cubierta de lluvia.
Tiene este nombre porque históricamente siempre se ha empleado al aire libre, tal y como si fuera un impermeable.
Es empleado por curas, diáconos, obispos en celebraciones que no forman parte de la celebración de la Eucaristía.
Se tienen la posibilidad de utilizar en la procesión con el Santísimo Sacramento, en celebraciones de matrimonio, bautizos.
ya el velo humeral que usamos tiene este nombre pues se pone sobre los hombros (húmero).
Y tiene una angosta relación con el acto de contemplar lo sagrado.
Entonces, en la tradición judía, en la sinagoga, la Torá se encontraba cubierta con el velo.
Entonces esto lo heredamos, por ejemplo tradiciones.
Y el velo humeral se utiliza eminentemente en las procesiones con el Santísimo Sacramento.
Conque no ponemos nuestras manos de forma directa sobre la custodia en el momento en que él está manteniendo el Santísimo Sacramento.
Nos ponemos ese velo ya través de ese velo llevamos el muy santo.
también tenemos el Sotana, prenda usada por sacerdotes y diáconos.
Antes del Concilio Vaticano II, los curas solo vestían así.
Entonces hubo una apertura para el uso de ropa de civil.
Pero es esa prenda talar, que cubre todo el cuerpo, de color negro.
De esta manera, en la actualidad ciertos curas utilizan esta sotana, que es precisamente un signo de consagración a Dios, de despojarse de las realidades mundanas y pasajeras y de volver sólo a Dios.
Todavía tenemos otras vestiduras y podemos charlar en otros instantes de las emblemas episcopales, lo que es propio del obispo, pero es bien interesante percibir la riqueza espiritual que nos proporciona la liturgia de la Iglesia.
Y todo cuanto empleamos, todo lo que hacemos tiene un gran concepto y una gran importancia.
Que tú, mi amado hermano, mi querida hermana, tengas una experiencia poco a poco más profunda de Dios por medio de cada Eucaristía donde participes.
*Artículo del P.
Guilherme Franco OctavianoCoordinador de la Comisión Diocesana de Liturgia y gestor parroquial de la Paróquia São Jorge, en la Región Beato André – Este