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Las iglesias no se pueden utilizar para la literatura de campaña.
Se ha instruido a los sacerdotes y parroquias de la archidiócesis de Dublín para que se aseguren de que sus iglesias no se utilicen para la difusión de literatura de campaña de ninguna fuente antes de los próximos referéndums o campañas electorales.
En una guía emitida por la oficina de comunicaciones de la diócesis, también se recuerda a los párrocos y rectores de iglesias que son responsables de verificar la idoneidad de cualquier publicación que esté a la venta o distribuida gratuitamente en sus iglesias o terrenos eclesiásticos.
El aviso establece que las iglesias, debido a su accesibilidad pública, “son propensas a la colocación de literatura política y de campaña”.
A la luz de los próximos referéndums de mayo sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo y la reducción de la edad de los candidatos para participar en las elecciones presidenciales de 35 a 21 años, la arquidiócesis subraya que las iglesias no son lugares apropiados para la distribución de literatura de carácter puramente electoral o de campaña. naturaleza, durante referéndums o campañas electorales.
Se les dice a las parroquias que se debe hacer todo lo posible para garantizar que sus iglesias no se utilicen para la difusión de literatura de campaña de ninguna fuente.
Las pautas también subrayan que el material de la campaña no debe distribuirse en ninguna circunstancia a través de las escuelas.
En otra parte, el aviso recuerda a las publicaciones parroquiales que los boletines distribuidos en nombre de una comunidad parroquial no deben utilizarse como vehículo para la expresión de puntos de vista personales.
Más bien, el enfoque de cualquier boletín parroquial o sitio web y redes sociales debe ser circular información sobre liturgias, eventos parroquiales, contactos parroquiales, avisos de defunción y eventos caritativos relacionados con la comunidad parroquial local y la arquidiócesis en general, afirma la guía.
El párroco o administrador, o una persona designada por él, “debe ejercer control editorial sobre el boletín parroquial y otras plataformas de medios” y la oficina de comunicaciones diocesana “está disponible para asesorar más” cuando haya dudas sobre la naturaleza de un artículo o publicación enviada para su publicación impresa o en línea.
