Las enseñanzas de Santa Clara en tiempos de pandemia

Las enseñanzas de Santa Clara en tiempos de pandemia

Con motivo de la memoria de Santa de Asís conmemorada el día de hoy, el Ministro general de los Monjes Menores escribe a las Clarisas y reflexiona sobre la experiencia de la clausura en la crisis del coronavirus: “En solidaridad con la raza humana que padece, ayúdanos a perseverar en oración”.

Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

Ver el Evangelio viviendo en la obediencia, sin nada propio y en la castidad: este era el deseo de Clara, la “plantita de Francisco”, como ella misma se definió. Y se dio cuenta de esto en el Monasterio de São Damião, a la vera de la iglesia que Francisco había reconstruido.

“Aquí, en escaso tiempo, el Señor, por su misericordia y felicidad, nos multiplicó bastante”, redacta Chiase en la Regla. Y como Francisco animó a las hermanas presas “con muchas exhortaciones y con su ejemplo a amar y observar la santísima pobreza”, también dejó “muchas enseñanzas escritas a fin de que, tras su muerte”, no se apartaran de ella de ninguna manera. Hoy es el Ministro general de los Monjes Inferiores, fr. Michael Perry, escribiendo a las hijas de Clara, las monjas Clarisas.

Desde el encierro, la enseñanza para vivir en las profundidades del espacio

“El Señor no nos salva de la historia, sino en la historia” es el título de la Carta que recuerda el ejemplo del primer fan de San Francisco y nos sugiere ir a mirar con esperanza al mundo que vive la urgencia del coronavirus.

“El recinto es un pequeño campo de guerra en el corazón del planeta, donde no se nos enseña tanto sobre ‘escape del mundo’ sino más bien de qué forma vivir en las profundidades del espacio, accediendo en el tono de las distintas horas del día y la kairós de Dios, alternando la palabra y el silencio para construir relaciones de comunión con la ayuda del Espíritu”, escribe el Ministro general de los Frailes Menores, subrayando que Dios “no nos salva del Covid-19, pero en el Covid-19, él no nos salva de la soledad, pero en la soledad, no nos salva del miedo, sino de nuestros miedos”.

Los tiempos difíciles de la pandemia en los monasterios

En la carta, el p. Perry también cuenta de qué forma muchas comunidades monásticas vivieron los meses más bien difíciles de la pandemia, desde los religiosos que se sintieron consolados “en seguir las liturgias presididas por el Papa Francisco en pequeñas radios”, oyendo “sus homilías que se convirtieron en la base de una forma de la vida achicada a sus elementos esenciales”.

Y recuerda cómo exactamente la misma Clara animaba a quienes la habían seguido en sus opciones de vida: “Hermanas y también hijas mías, no tengáis miedo. Si Dios está con nosotros, nuestros enemigos no tienen la posibilidad de ofendernos. Confía en nuestro Señor Jesucristo, que nos librará del miedo”. Palabras que Clara semeja repetir también estos días, en tiempos de Covid.

También en los monasterios llegó la preocupación por el mañana. Aun de esta manera, una comunidad de Clarisas, comunica el p. Perry, “respondió con generosidad a los llamamientos de los pobres a su puerta” -pese a la preocupación por las dificultades económicas a las que se enfrentaba debido al confinamiento-, pero “los benefactores asimismo llamaron a la puerta del monasterio para ofrecer su contribución”.

“Ayúdanos a atrevernos a ser nuevos tras esta crisis”

“Más que nunca estamos invitados a confiar en la Providencia – exhorta el Ministro general de los Monjes Menores – pues hasta la actualidad el Señor no nos abandonó, ni nos abandonará. Vive en la facilidad, eludiendo todo desperdicio; vivir en solidaridad, dar lo mejor de nosotros para llevar a cabo el bien que podemos hacer”.

a fr. Perry, lo que está pasando también podría ser “una oportunidad para construir un novedoso universo apoyado ya no en el paradigma de la globalización, a nivel comercial o cultural, sino en un retorno a lo local, lo familiar, lo regional.

Y dirigiéndose a las Clarisas añade: “Tenemos vosotros y con la sabiduría de vuestro modo de vida para asistirnos a atrevernos a ser nuevos después de esta crisis”. Y nuevamente: “Nuestros monasterios son reservas de paz, tranquilidad, promesa y compasión para los que están en el frente de guerra”.

Perfume fragante de compasión capaz de consolar a los afligidos y enfermos

Por último, el Ministro de los Frailes Inferiores exhorta a las Clarisas a mantener “los ojos fijos en el Crucifijo” y hace los siguientes deseos: “Que la compasión que podéis mostrar como del corazón de una madre, se convierta en un perfume fragante, con la capacidad de consolar a tantos afligidos y enfermos, de sostener a tan espléndido y entregado personal sanitario, de animar a las familias y de prender el corazón de los jóvenes que el Señor llama a proseguirlo”.

Padre Perry concluye su carta considerando que el coronavirus “nos ha enseñado que estamos todos en exactamente el mismo barco” al atacar “indiscriminadamente a ricos y pobres, poderosos y pequeños, justos y pecadores”, por lo que pide a las monjas: “En solidaridad con ‘ humanidad que padece, ayúdanos a perseverar en la oración para esperar contra toda esperanza: ‘Nuestra asistencia está en el nombre del Señor’”.

Esperamos que le gustara nuestro articulo Las enseñanzas de Santa Clara en tiempos de pandemia
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Cosas interesantes de saber el significado : Dios