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Las campanas de St Patrick’s Armagh sonarán en solidaridad con Notre Dame
Padre Jean-Marc Fournier
Las campanas de la Catedral de San Patricio de Armagh sonarán a las 18.50 horas de esta tarde en solidaridad con el pueblo y los sacerdotes de la Diócesis de París por el incendio que asoló la Catedral de Notre Dame.
El arzobispo Eamon Martin, primado de toda Irlanda y arzobispo de Armagh, anunció el gesto de solidaridad el martes y señaló que el arzobispo Michel Aupetit de París y su rebaño tendrán que reunirse para la misa crismal lejos de su iglesia madre de Notre Dame.
El martes, el Papa Francisco habló por teléfono con el presidente francés, Emmanuel Macron, y expresó su solidaridad con el pueblo de Francia tras el incendio.
En un discurso a la nación, el presidente Macron prometió reconstruir la catedral de Notre Dame en cinco años.
“Tenemos mucho que reconstruir. Sí, reconstruiremos la catedral y la haremos más hermosa y quiero que eso se haga en cinco años”, dijo.
Y agregó: “De nosotros depende convertir este desastre en una oportunidad para unirnos, habiendo reflexionado profundamente sobre lo que hemos sido y lo que tenemos que ser y ser mejores de lo que somos. Nos corresponde a nosotros encontrar el hilo conductor de nuestro proyecto nacional”.
Más de 700 millones de euros ya han sido comprometidos para el fondo de reconstrucción por parte de multimillonarios franceses como Bernard Arnault y Francois-Henri Pinault junto con L’Oreal, la familia Bettencourt Meyers y la compañía francesa de petróleo y gas Total.
El martes, el Papa también envió un mensaje al arzobispo Michel Aupetit de París y le dijo al prelado francés: “Tras el incendio que devastó gran parte de la catedral de Notre Dame, me uno a usted en su dolor, así como al de los fieles de vuestra diócesis, los habitantes de París y todo el pueblo francés”.
Aseguró a todo el pueblo de Francia su cercanía espiritual y su oración durante la Semana Santa, mientras la Iglesia recuerda la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Llamó a Notre Dame “una joya arquitectónica de la memoria colectiva”, y dijo que era “el lugar de muchos grandes eventos y un testimonio de la fe y la oración de los católicos de la ciudad”.
El Papa Francisco expresó su agradecimiento por el coraje de los bomberos que lograron contener el incendio.
“Que la Catedral de Notre Dame vuelva a ser, gracias a los esfuerzos de reconstrucción y la movilización de todos, un signo de la fe de quienes la construyeron”, dijo el Pontífice y agregó que la obra maestra gótica de 860 años representa “la arquitectura y la patrimonio espiritual de París, de Francia y de toda la humanidad”.
Más de 400 bomberos abordaron el enorme incendio y fueron elogiados por su incansable coraje y arduo trabajo.
Entre los que recibieron elogios especiales se encontraba el capellán de la Brigada de Bomberos de París, el padre Jean-Marc Fournier, quien salvó el Santísimo Sacramento y la Corona de espinas de la catedral en llamas el lunes por la noche cuando entró valientemente con los bomberos.
Se temía que la mayoría de los artefactos religiosos se perdieran en el furioso incendio.
El padre Fournier también mostró una gran valentía inmediatamente después del ataque de Bataclan en 2015, cuando atendió a los heridos y oró por los muertos después de que los terroristas del Estado Islámico asesinaran a 89 personas con armas y explosivos.
“Di la absolución colectiva, como me autoriza la Iglesia Católica”, dijo Fournier en ese momento.
El padre Fournier, que tiene unos 50 años, pasó siete años con las fuerzas armadas francesas, incluida una gira por Afganistán.
Por otra parte, el sacerdote irlandés, el padre Aidan Troy, que reside en París y trabaja en la parroquia de San José para la comunidad de habla inglesa y escucha confesiones una vez a la semana en Notre Dame, dijo que la tragedia fue “uno de esos momentos que te tocan el alma”.
Hablando con el tiempos irlandesesEl padre Troy, pasionista, subrayó que Notre Dame es “una parroquia activa y trabajadora, así como un edificio icónico”.
Explicó que se quedó hasta pasada la medianoche viendo arder la catedral del siglo XII.
“Había un estado de ánimo sombrío y de reverencia, y una tremenda sensación de que estábamos viendo algo que se desarrollaba ante nuestros ojos que nadie podría haber imaginado”.
