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La unidad de los cristianos no debería ser “solo por una semana”
Padre Damian McNeice Foto de Michael Debets
El primer presidente católico del Consejo de Iglesias de Dublín instó a los miembros a hacer de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos “algo más que reunirse para momentos de alabanza”.
En su sermón para el servicio inaugural de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos 2015, el padre Damian McNeice instó a sus hermanas y hermanos en otras iglesias cristianas a no permitir que este tiempo sea “solo por una semana” como lo es para una película o un mostrar.
También dijo que no deben regresar sin cambios cuando regresaron a sus diversas comunidades cristianas.
En la liturgia en la Iglesia de San Bartolomé de Irlanda en Dublín, el sacerdote destacó que las Iglesias cristianas en 2015 se encuentran “en la cúspide de muchos aniversarios importantes” que requerirán el “trabajo conjunto de nuestras Iglesias por lo que el Papa Juan Pablo II se refirió como la ‘curación de los recuerdos’.”
Señaló que estaban en medio de recordar la Gran Guerra; que en abril se conmemoraría el centenario del horror del genocidio armenio de 1915 y que Irlanda se enfrentaba a los preparativos para el centenario del Levantamiento de 1916 y el aniversario de la Batalla del Somme.
“Ecuménicamente, hay preparativos para el 150 aniversario de la fundación del Ejército de Salvación en julio, para el Sínodo ‘pan-ortodoxo’ en 2016, el Sínodo actual del Papa Francisco sobre la Familia y un próximo documento sobre ecología, y el 500 aniversario de la Reforma que viene en 2017.”
El padre McNeice rindió homenaje a la asistencia la semana pasada de muchos representantes del Consejo de Iglesias de Dublín a una Eucaristía organizada por el arzobispo Martin en solidaridad con el pueblo de Francia, que también reconoció el sufrimiento en el norte de Nigeria y Pakistán.
“Es en ese contexto que estamos juntos para inaugurar otra Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos”, dijo.
También se refirió al teólogo ortodoxo, Paul Evdokimov, quien escribió: “No es suficiente decir oraciones, uno debe convertirse, ser oración, la oración encarnada. No es suficiente tener momentos de alabanza. Toda la vida, cada acto, cada gesto, incluso la sonrisa del rostro humano, debe convertirse en un himno de adoración, en una ofrenda, en una oración. Uno no debe ofrecer lo que tiene, sino lo que es”.
Concluyó desafiando a los reunidos el domingo con preguntas extraídas del Evangelio del día: “¿Hacia dónde es ‘necesario’ que caminemos ahora? ¿Dónde está nuestra necesaria Samaria? ¿Cómo nos asombrará el Señor con la novedad? ¿Le permitiremos? ¿Qué cubos innecesarios tendremos que dejar?”
