La sociedad irlandesa necesita someterse a muchas verdades: obispo McKeown

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La sociedad irlandesa necesita someterse a muchas verdades: obispo McKeown

La sociedad irlandesa necesita someterse a muchas verdades y muchos hechos alternativos deben ser desacreditados, dijo el obispo de Derry.

En su homilía de Pascua, el obispo Donal McKeown advirtió que la resurrección individual y comunitaria no se producirá simplemente cambiando los líderes políticos o las fronteras.

“No habrá resurrección para Irlanda si no vamos más allá de las narrativas egoístas y abandonamos los hechos alternativos. Solo por la verdad podemos ser liberados”, dijo.

Le dijo a la congregación reunida en la Catedral de San Eugenio en Derry el domingo que aquellos que cuentan una historia incómoda sobre el cuidado residencial o el asesinato, la negligencia social o las malas leyes a menudo no serán bienvenidos por los fuertes.

“Pero las piedras pesadas deben ser removidas por personas pequeñas y por la gracia”, afirmó.

El Dr. McKeown agregó que “las narrativas doradas de una iglesia 100% santa o héroes 100% abnegados deben ser desacreditadas si queremos dejar de ser prisioneros del pasado. Solo así muchas personas pueden experimentar la posibilidad de la resurrección”.

Refiriéndose a los titulares de los últimos días – ‘Bomba mata a decenas de evacuados sirios’, ‘Corea del Norte lista para ataque nuclear’ – dijo que podrían inducirnos a pensar que Jesús había perdido el tiempo el Viernes Santo y que la Resurrección está en en el mejor de los casos, ilusiones y, en el peor, autoengaño culpable.

El obispo dijo que podría parecer una apuesta más segura distraernos de la Cruz y la Resurrección centrándonos en el fútbol o en películas de fantasía.

“Puede que no cambien el mundo, pero pueden adormecer la sensación de impotencia cuando se enfrentan a la aparente locura que marca nuestra sociedad y las luchas entre las figuras a veces extrañas que creen que gobiernan la tierra”.

Pero es precisamente en medio de la desesperación y de los sueños destrozados que hablan los relatos de Resurrección, subrayó.

“En nuestro propio tiempo, a menudo pensamos que estaremos más seguros si enterramos la verdad. Todo el mundo lo hace, desde nosotros mismos hasta los gobiernos. Cubre la verdad con la fría roca del silencio y la gente podría olvidarse de la fea verdad que deja cicatrices en el rostro de la sociedad”.

Continuó: “Hemos enterrado a muchas personas y muchos hechos, y a menudo esperamos que el tiempo borre su memoria. Pero Resurrección me dice que no se puede matar la verdad y enterrarla. La verdad será libre y sólo ella nos hará libres”.

El obispo sugirió que por eso mucha gente hacía cola antes del Domingo de Resurrección para desahogarse en el sacramento de la Reconciliación.

Dijo que los eventos de Semana Santa son una invitación a reflexionar sobre cómo respondemos a la muerte.

“No hubo nada florido o superficial acerca de cómo los amigos de Jesús tomaron su cuerpo maltratado y lo pusieron en una tumba.

“Nuestra cultura parece tentada a usar palabras más suaves: él falleció, ella falleció. Pero la muerte es dura ya menudo trágica. Por eso la Iglesia nos pide a todos que nos presentemos ante el Señor con nuestro dolor y nuestra pérdida, identificados y yaciendo bajo nada más que la Cruz”.

Reconoció que estos son tiempos difíciles para aquellos que eligen estar en la iglesia para la Pascua.

“Para muchos de nuestros contemporáneos, el mensaje que llevamos ha sido dañado por el pecado que siempre ha marcado a la Iglesia. Pero Jesús nos invita a no tener miedo de hacer retroceder la pesada piedra por miedo a lo que podamos encontrar allí y a hablar la verdad en nuestra realidad”.