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La sencillez espiritual y existencial es un acto de testimonio, dice el Papa Francisco a los cistercienses
Papa Francisco dirigiéndose al Capítulo General de la OCSO en Asís
Las comunidades trapenses brindan un valioso testimonio contracultural en la sociedad consumista de hoy, dijo el Papa a los miembros del capítulo general de la Orden de los Cistercienses de Estricta Observancia (OCSO), que se reúne actualmente en Asís.
La orden está dividida en dos capítulos, uno masculino y otro femenino, pero celebran una reunión capitular general conjunta una vez cada tres años “para fomentar la paz y la caridad entre ellos, y para tomar las decisiones adecuadas para mantener el patrimonio y la unidad de la Orden”. .
En una audiencia papal especial este fin de semana, el Papa Francisco dijo a los participantes en la reunión del capítulo general: “Desde el principio, los Cistercienses de Estricta Observancia se han dado a conocer por su gran sobriedad de vida, convencidos de que concentrarse en la esencia, y por eso, para alcanzar más fácilmente la alegría del encuentro esponsal con Cristo, debe ser una ayuda válida. Este elemento de sencillez espiritual y existencial conserva todo su valor de testimonio en el contexto cultural actual, que con demasiada frecuencia conduce al deseo de bienes efímeros e ilusorios paraísos artificiales”.
El Santo Padre dijo a los monjes y monjas presentes: “A lo largo de su historia, vuestra orden ha conocido momentos de gracia y momentos de dificultad; pero siempre ha perseverado en la fidelidad a la secuela christi [‘walking in Christ’s footsteps’, a common reference to choosing the monastic life], teniendo como finalidad la gloria de Dios y el bien del pueblo. Siguiendo el camino de vuestra tradición espiritual, leed el estado actual de la Orden en sus sombras y luces, y en la novedad del Espíritu, identificad con valentía nuevas posibilidades y ocasiones para testimoniar vuestro carisma en el presente de la Iglesia y de la sociedad.”
La existencia separada de la orden del resto de la familia cisterciense tiene sus raíces en un movimiento de reforma interna que comenzó en la década de 1660 en la abadía de La Trappe en Normandía, Francia, de ahí el nombre ‘trapense’ para los miembros de la orden. Los reformadores sintieron que la orden cisterciense había comenzado a relajarse en su observancia de la Regla de San Benito y en 1692, se otorgó reconocimiento papal al nuevo grupo conocido como la Orden de la Estricta Observancia Cisterciense (OCSO). Al igual que la Orden Cisterciense de Observancia Común (OCist), que fue fundada en 1098, los monjes y monjas trapenses visten túnicas blancas sobre sus hábitos.
En Irlanda, hay seis fundaciones OCSO: la Abadía de Nuestra Señora de Belén en Portglenone, Co Antrim; la abadía de Bolton en Moone, condado de Kildare; Abadía de Mellifont en Co Louth; Abadía de Mount Melleray en Co Waterford; Mount St Jerome Abbey, cerca de Roscrea, en Co Offaly, y el único monasterio cisterciense para mujeres de Irlanda, St Mary’s Abbey en Glencairn, Co Waterford.
El blog del Capítulo General se encuentra en cgen-ocso.blogspot.it
