Vaticano, 02 de agosto. 21/01:51 pm (ACI).- La Congregación para la Educación Católica ha publicado una instrucción “para la app de la modalidad de educación a distancia en las Universidades y Facultades Eclesiásticas”, firmada por su Prefecto, el Cardenal Giuseppe Versaldi, y por su secretario , Monseñor Angelo Vicenzo Zani.
En el documento, el dicasterio de la Santa Sede enfatizó que el tema de la educación a distancia no brotó últimamente, gracias a la pandemia de covid-19. Tuvo sus orígenes en el año 2000, en el momento en que “el impacto de la comunicación digital en el planeta de la capacitación y la educación puso de manifiesto el extenso panorama de la ‘educación a distancia’”, que “no es solo un aspecto de innovación tecnológica introducido en el planeta de la formación universitaria. , pero asimismo un elemento capaz de editar profundamente la civilización académica y reescribir la lógica de los procesos de educación y aprendizaje, tal como los objetivos de la formación”.
El documento cita la Constitución Apostólica veritatis gaudiumdifundida por el Papa Francisco el 8 de diciembre de 2017, quien expresó “interés por esta forma de enseñanza” y afirmó que, “desde hace varios años”, la Congregación para la Educación Católica concedió “a algunos Institutos Superiores de Ciencias Religiosas, la posibilidad de instruir ciertas asignaturas a distancia, siempre que se cumplieran ciertos requisitos en materia de formación social”.
A partir de ese instante, las facultades eclesiásticas y las universidades “tienen la oportunidad, previa aprobación de este Dicasterio, de realizar proyectos de estudio en los que parte de los cursos puedan efectuarse a distancia”.
Si bien fue anunciada por la Oficina de Prensa de la Santa Sede el 2 de agosto, la novedosa instrucción data del 13 de mayo de 2021 y tiene como objetivo “sugerir pautas y reglas para la app de la modalidad a distancia en las Facultades y/o universidades eclesiásticas”.
En sus consideraciones preliminares, relata la Constitución Apostólica veritatis gaudiumque introdujo aspectos esenciales de las cuestiones similares con la educación a distancia, incluido “el avance de las tecnologías informáticas, los métodos pedagógicos recientes y la colaboración en red”.
La “oferta didáctica inclusiva que incluye parcialmente la modalidad de educación a distancia”, según el archivo, debe ser “la de grados canónicos (licenciatura, licenciatura y doctorado) en instituciones académicas eclesiásticas erigidas o aprobadas por la Congregación para la Educación Católica y la de otros títulos, para los que la Congregación ha concedido la aprobación con el nihil obstat”.
Entre los temas importantes, el archivo: recuerda “la urgente necesidad de ‘hacer redes’ entre las distintas instituciones”; insta a que “en las diversas Facultades eclesiásticas se apliquen oportunamente métodos didácticos y pedagógicos recientes, capaces de promover mejor el compromiso personal de los estudiantes y su ‘participación activa’ en los estudios”; fomenta la disponibilidad de “medios informáticos, profesionales, audiovisuales, etc., que sirvan de ayuda a la docencia y la investigación”; invita a las facultades eclesiásticas, de una misma zona o de un territorio más extenso, “a colaborar entre sí para poder la relación generalmente llamada interdisciplinar, que se hace poco a poco más necesaria”.
Además de esto, el artículo pide: “salvaguardar los encuentros” entre la red social académica mediante “la clase dada en un salón de clases con presencia física de los estudiantes (clase ordinaria)”; que la “clase presencial online” sea impartida por el profesor “en tiempo real y directamente, por medios telemáticos, en presencia de los estudiantes que, además, podrán interactuar tanto con el instructor como con sus compañeros”; que existan “sesiones poco comúnes”, en las que los alumnos tienen la posibilidad de ser convocados a un espacio físico en horarios específicos; que hay “la reunión personalizada (individual o en pequeños grupos)” y las reuniones primordiales, “que se complementan con otros medios comunes, como los medios educativos, aparte del estudio personal y el tiempo destinado a la lectura, comprensión y realización de los actividades propias de cada especialidad”.
La instrucción de la Congregación para la Educación Católica estimó que el estudiante “que usa la modalidad de educación a distancia puede ser evaluado de 2 maneras, compatibles entre sí y complementarias”. Son: “evaluación continua”, que se puede efectuar “mediante una plataforma telemática”; y la “evaluación final”, que certifica que el estudiante ha conseguido los conocimientos y capacidades, siendo “preciso aprobar esta prueba o examen para ser aprobado en la especialidad”.
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