Rodeo (SC) – “La profesión que proclamas el día de hoy en esta iglesia es, en efecto, una contestación de amor y de fe a una decisión divina, a una llamada divina”.
Fue tal como el Ministro Provincial, Fray Fidêncio Vanboemmel, animó y animó a los trece jóvenes frailes a tomar en sus manos los votos temporales de pobreza, obediencia y castidad a lo largo de la Celebración Eucarística de este lunes (08/01), en la Igreja Matriz São Francisco de Assis, en Rodeio, un pequeño pueblo de Santa Catarina en el Valle de Itajaí.
Tras un “año de prueba”, los novicios y la Fraternidad Provincial esperaban este instante tan especial en la vida del Hermano Menor.
La Celebración, que comenzó a las 19 horas, fue concelebrada por el Definidor fr.
Evandro Balestrin y el Guardián de la Fraternidad del Noviciado, fr.
José Antônio Cruz Duarte.
Monjes de toda la Provincia Franciscana de la Inmaculada Concepción, el P.
Arnaldo Allein, de la Parroquia de Ascurra, familiares y la red social de Rodeio participaron de este momento histórico en la vida de trece jóvenes novicios (siete brasileños y seis angoleños): Fray Alberto Capingala Martinho Sambei, fr.
António Sacaputo Maimo, fr.
Bruno Gonçalves Cezário, fr.
Diego Martendal, fr.
Eduardo José Cavita Camunha, fr.
Inoc Joaquim João, fr.
João Baptista Culiaquita, fr.
João Manoel Zechinatto, fr.
José Victor de Camargo Medeiros, fr.
Marcelo Días Soares, Fray Rodrigo José Silva, Fray Ruan Felipe Sguissardi y Fray Silvério Munga Cajonde.
Fr.
Domingos Macuva Paulo (FIMDA) permanecerá como novicio unos meses mucho más puesto que se encuentra en tratamiento de salud.
La celebración cobró mayor intensidad litúrgica en la celebración del Bautismo del Señor.
Fray Fidêncio señaló que cuando Jesús sale de las aguas después de ser bautizado, empieza a efectuar lo que el Siervo de Dios debe realizar.
“La profesión religiosa que celebramos el día de hoy tiene su fundamento precisamente en este Siervo de Dios que fue bautizado por Juan Bautista en el río Jordán.
La profesión religiosa que festejamos aquí esta tarde en la fiesta del Bautismo del Señor tiene su fundamento en exactamente el mismo sacramento del Bautismo.
Tal como por la profesión religiosa nos consagramos a Dios comenzando una nueva vida como religiosos, de esta manera todo cristiano está llamado por el bautismo a vivir esta nueva vida.
Y vivimos esta novedosa vida de distintas maneras, de diferentes maneras.
Vivimos nuestro bautismo entregándonos como cristianos al servicio de la evangelización, en el anuncio de la buena nueva.
Nosotros también somos estos Siervos del Siervo de Dios en el momento en que nos ponemos a disposición de la acción del Espíritu Santo de Dios en nosotros para caminar por el mundo realizando el bien”, enfatizó fray Fidêncio.
Dirigiéndose a las profesas, dijo que esta llamada de Dios es una llamada a realizar lo que “fue el bautismo en la historia personal de cada uno de vosotros”.
“Queridas novicias, profesas, vuestra vocación es la vocación del Siervo de la Biblia.
Tu vocación no es una decisión personal y estoy seguramente en todo el año de Noviciado te has preguntado frecuentemente o te has puesto frente Dios como San Francisco se puso ante el Crucificado para rezar por el discernimiento.
La profesión que ceremoniosamente proclamáis el día de hoy en esta iglesia es, en efecto, una contestación de amor y de fe a una decisión divina, a una llamada divina”, resaltó.
“Eso nunca lo tienes que olvidar.
Esta llamada no se puede borrar.
Esta convocatoria no puede quedar en una fecha lejana.
Esta fecha: el 8 de enero de 2018, un lunes por la tarde, debe ser la fecha de cada día de vuestra vida consagrada.
Dios los eligió de esta forma, Dios los llamó de esta manera y también estoy seguro, mis estimados profesores, que Dios, en muchos momentos a lo largo del año, los tomó de la mano a cada uno de ustedes.
No con una mano abstracta, una mano invisible, sino más bien con manos concretas.
Las manos específicas de fray Abel, las manos específicas del guardián fray José Antônio, las manos específicas del profesor fray Samuel, las manos específicas de fray Rafael, las manos concretas de fray Rozântimo, las manos específicas de fray Pedro.
Sí, Dios les llevó de la mano, exactamente para conduciros a la esencia de nuestra mística, a la esencia de nuestra espiritualidad franciscana”, enseñó.
Entre los momentos más bellos y centrales de la profesión es en el momento en que los novicios ponen sus manos en las manos del Ministro Provincial.
“Son manos humanas también, manos muy humanas, pero es un acto de fe.
Es un acto de ponerse totalmente en las manos de Dios para decir: condúceme, Señor, como siervo para la misión profética que quiero que cumplas.
Por todas estas manos fuisteis formados, pero sobre todo fuisteis llamados y constituidos para ser Siervos, para llevar también, como religiosos franciscanos, vuestro bautismo a las mayores consecuencias a fin de que, por esta vida consagrada, por este bautismo, seáis para el mundo de el día de hoy luz y vida”, explicó.
Al final, recordó que San Francisco insiste en sus textos en que jamás debemos apagar el Espíritu del Señor y su santa manera de obrar en nosotros.
“Por lo tanto, este espíritu del Señor que guió al profeta en el Antiguo Testamento, mediante Juan el Bautista, este Espíritu del Señor está actuando de manera enigmática, pero de manera fuerte e intensa en la vida personal de todos ustedes.
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De ahí que, hermanos míos, ¡ánimo! No tengáis temor de ser siervos de Dios con fidelidad, con humildad, como enseñan san Francisco y santa Clara de Asís”, añadió el Ministro provincial.
EL RITO
Después de la Liturgia de la Palabra, el Maestro de novicios, fr.
Samuel Ferreira de Lima, llamó a cada uno de ellos y los presentó al Ministro provincial, quien logró el pedido: “Solicitamos humildemente, fr.
Fidêncio Vanboemmel y a todos y cada uno de los hermanos, que a admitiros a la sagrada profesión en la fraternidad de los hermanos inferiores”.
Fray Fidêncio respondió entonces: “Bendito sea Dios, que te eligió para caminar con nosotros en la vida nueva”.
Los profesos se aproximaron al Ministro Provincial y se les preguntó si estaban dispuestos para consagrarse a Dios y buscar la perfección de la caridad según la Regla y Constituciones de la Orden Seráfica.
Entonces, de rodillas, con las manos en las manos del Ministro Provincial, hicieron su profesión religiosa.
Luego, cada integrante profeso firmó el archivo de profesión, expresando conque su vida está puesta bajo el plan de Dios, y cada nuevo profeso recibió del Provincial la Regla y Constituciones de la Orden de los Monjes Inferiores.
El rito concluyó con los monjes abrazando la paz a los nuevos profesos en un gesto de acogida y comunión con la Fraternidad Provincial.
Fray João Manoel Zechinatto charló representando a los novicios y rindió un precioso homenaje
AGRADECIMIENTOS
El Ministro Provincial agradeció en especial a la Fraternidad formadora del Rodeo, tal como a la comunidad y familiares de las novicias.
Fray João Manoel Zechinatto tomó la palabra representando a los novicios y comenzó dando merced a Dios, familiares y amigos.
“Si somos fruto, es porque venimos de un buen árbol.
Y si el día de hoy nos haces algún honor, sabe que no nos pertenece, te lo dedicamos a ti que con esmero te superaste, oraste y ayudaste a mantener esta vocación dada por el Señor”, ha dicho.
Agradeció a la Provincia Franciscana de la Inmaculada Concepción y también a la Fundación Inmaculada Madre de Dios de Angola en la persona del Ministro Provincial, Fr.
Fidêncio Vanboemmel.
“Gracias por acogernos en la caridad como hijos de esta Orden.
No disponemos ni oro ni plata, pero poseemos nuestra vida y, con la felicidad y el espíritu del Señor, queremos, justa y francamente, dedicarla al servicio de esta Fraternidad Provincial”, prometió.
Se agradeció singularmente a la Fraternidad que formó el Noviciado.
“A nuestro querido fray Abel que, en el silencio y la oración, nos señala el sentido pleno de ‘por toda mi vida te voy a ser leal’; a fray Rozântimo por su presencia fraterna y gozosa entre nosotros; a nuestro vicario, fray Rafael, siempre preparado en su trabajo y en su precaución por esta casa y por todos nosotros; a nuestro párroco y vicemaestro Frei Pedro que con empeño, dedicación y esmero nos acompañó durante este año en la formación musical y litúrgica; a nuestro guardián, fray José Antônio, por velar, animar y proteger nuestra Fraternidad; y nuestro especial agradecimiento a nuestro maestro, Fray Samuel! Gracias por toda la inocencia y vigor que emite de tu ser hermano y menor; por ser nuestro amigo y hermano mayor, que junto a él está acompañando, dirigiendo y siendo ejemplo.
Gracias a todos por ser Historia en nuestra historia”, especificó, añadiendo merced a la Red social ya la Familia Franciscana.
Entre los momentos más emotivos de la celebración: todas las novicias fueron a saludar a fr.
Abel Schneider, de más de 90 años y con movilidad limitada.
Y mostró su cariño hacia su cuidador Frei Rodrigo
Habló, con emoción, de los hermanos que hicieron este sendero.
“La gratitud es únicamente una palabra, pero la gratitud que brota de nuestros corazones va alén de las palabras.
Gratitud eterna por la vida y la vocación de cada hermano.
Colosal gratitud a todos y todo por estar aquí hoy”.
Y concluía: “San Francisco, en el final de su historia, dijo: ‘¡Volvamos a comenzar, hermanos, que poco o nada hemos hecho!’ Pero, ¿quién dirá que este poco es verdaderamente poco? Lo que es nada a los ojos de todo el mundo ya puede serlo todo a los ojos de Dios.
Hermanos míos, de todo un poco ya ha comenzado aquí, sí, en esta tierra santa, en este año santo empezamos nuestro Fraile Menor.
Ahora: ¡La navegación es precisa! ¡No solos, siempre y en todo momento juntos y como hermanos!”.
El guardián del Noviciado, Fray José Antônio, agradeció singularmente a todos los bienhechores del Noviciado, que frecuentemente, en silencio, en el anonimato, asisten a esta casa de capacitación.
“La formación no es sólo un acto del profesor, del vicemaestro, del guardián o de la Fraternidad formadora, sino debe participar toda la Comunidad, así sea a través de la oración, ya sea mediante la ayuda material, o a través de el consejo en el momento en que sea oportuno.
Todo lo mencionado es un sendero para que estemos juntos construyendo a los que van a ser los futuros ministros y hermanos de todos nosotros”, dijo fray José, invitando a todos a participar de un coctel en el claustro.
Los neoprofesos angoleños viajarán este martes a São Paulo y, el día 11, viajarán a Angola, donde van a estudiar Filosofía a lo largo de tres años y después regresarán a Brasil para realizar un Curso de Teología en el Centro Teológico Franciscano de Petrópolis.
Los frailes brasileiros en este momento tomarán el Curso de Filosofía en Curitiba, pero residirán en la Fraternidad São Boaventura en Campo Largo.
Comunicado de la Provincia de la Inmaculada Concepción