Sorocaba (SP) – Después de un año y un par de meses de trabajo, la Fraternidad Franciscana Bom Jesus 2 Aflitos inauguró este domingo 8 de octubre la réplica de la Portiúncula de Assis en Sorocaba. El masón Aldevino da Silva tuvo el privilegio de abrir las puertas de la iglesita, construida en el claustro del Convento, tras la celebración eucarística de las 10 horas, presidida por el párroco fray Benedito Gonçalves y concelebrada por fray André Becker, fray Gilberto Pisticelli y Fray Marcos Antônio de Andrade, Magíster en Teología en Petrópolis.
Fray Gilberto brindó animación litúrgica y una catequesis sobre los símbolos que se pusieron en esta nueva Porciúncula. Explicó que esta celebración no es una consagración, pues solo puede ser realizada por el Arzobispo de Sorocaba, Don Júlio Endi, que el día de hoy tuvo la confirmación en Cerquilho. Fray Gilberto también informó que el Ministro Provincial, Fray Fidêncio Vanboemmel, no pudo presidir la Celebración por la desaparición de su hermana. Estuvieron presentes conjuntos OFS de Porto Feliz, Santos y Bauru.
En procesión se presentaron ciertos símbolos en la Misa: la llave de la Capilla, la reliquia de San Francisco, la llave del Sagrario, la imagen del Niño Jesús y las flores que quedarán en el altar. Después de la Celebración Eucarística, fueron conducidos en procesión al Claustro. Frei Dito, responsable de toda la coordinación artística de la obra, aún en el Acto Penitencial, recordó que la Porciúncula es la puerta al paraíso y debe recordarnos “el cariño y la clemencia de Dios”.
En su homilía, para explicar todo el significado histórico y espiritual de la Porciúncula para la Orden Franciscana, fray Gilberto recordó pasajes de la vida de Francisco desde su conversión, en el momento en que recibió el llamado a restaurar la Iglesia de Cristo en ruinas. “Al comienzo, Francisco restaura las iglesias de Asís, como São Damião, São Pedro, hasta el momento en que encuentra Santa Maria dos Anjos. Allí quedó tan profundamente encantado por la Porciúncula porque ahora tenía un gran cariño por la Madre de Dios, que trajo al planeta a su hijo Jesús”, recordó el Guardián de la Fraternidad.
Según fray Gilberto, la novedosa vida de Francisco empezó en Porciúncula, cuando se fue a vivir allí con algunos de sus primeros compañeros. “En 1212 es Clara quien comienza allí una nueva vida y, en 1216, tiene rincón el Perdón de Agarráis”. La Porciúncula se convierte en el lugar original de los monjes. “El 3 de octubre de 1126 murió en la Porciúncula. Debía ser allí, donde todo había empezado”, añade el fraile.
Además de todo el significado histórico de la Portiúncula, Fray Gilberto reveló que en la Portiúncula de Sorocaba había una preocupación por ofrecer más símbolos de la mística franciscana. “Jamás imitaremos a la Porciúncula. Hicimos una réplica, en exactamente las mismas dimensiones 7×4 metros, tratando de sostener muchas de las especificaciones de esta pequeña iglesia, pero ofreciendo otros símbolos franciscanos que tienen la posibilidad de acrecentar nuestra fe. Tres columnas pueden resumir la espiritualidad franciscana: la Encarnación, por lo que tendremos al Niño Jesús en el altar, las vidrieras de María y el Ángel, además de la piedra del altar que recuerda a Greccio; la segunda columna teológica es el Crucifijo de San Damião, que recuerda la Pasión de Cristo. Es el Cristo que dice Francisco, arrodillado y llorando: ‘Mi Dios y Mi todo’; y la Eucaristía, Cristo Resucitado”, enseña fray Gilberto.
Por si todos estos símbolos no fueran suficientes, la iglesita va a tener una reliquia de San Francisco en el piso. “Esta reliquia reproduce un exágono y el piso es como la capilla de los Estigmas de Monte Alverne. Hubo prácticamente mil piezas de mármol y grano que reparar y cincelar para formar este piso”, agregó.
“Queremos que esta Porciúncula no sea solo un edificio, que no sea un precioso templo, que la multitud diga: ¡Ay, qué cosa tan hermosa hicieron!, sino algo que nos toque el corazón, que nos cambie la vida, que brinde conversión, que brinden oración frente Dios, a fin de que cambiemos nuestra forma de vivir y profundicemos en el Santo Evangelio”, destacó el fraile.
“Esperamos que esta capilla toque muchos corazones. No hablo simplemente de plañir desde afuera, sino más bien de plañir desde el corazón, que fomente una exclusiva vida, una exclusiva actitud, que dé novedosa vida a nuestra Parroquia, a nuestra región, a nuestra localidad. Que bastante gente regresen a esta capilla del Muy santo Sacramento y sean acogidas por Dios. Que aquí logren sentir el calor del amor de Dios”, deseó.
Aparte de ser ahora la Capilla del Muy santo Sacramento, los monjes rezarán diariamente el Laudes a las 8 con la multitud.
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BENDICIÓN DE LA NUEVA PORCIUNCULA
El pueblo salió en procesión de la iglesia por la calle lateral y se instaló en el claustro del Convento. Los frailes bendijeron todos y cada uno de los símbolos, comenzando por la iglesia, que fue inaugurada por el albañil Aldevino da Silva y fray Dito bendijo la imagen de San Francisco en el exterior. “La Porciúncula fue construida en el siglo VI. De esta manera, afirma la tradición, São Bento habría pasado por el hecho de que estaba bajo el cuidado de los monjes benedictinos. La imagen exterior, antes de la construcción de la basílica sobre la capilla, tenía el significado del beato bendiciendo Agarráis”, recuerda fray Gilberto. Posteriormente, todos los símbolos – la llave del sagrario, la reliquia de San Francisco, la cruz de San Damião, el Niño Jesús – fueron bendecidos y colocados en sus lugares correspondientes.
Fray Dito concibió la capilla según los moldes de Porciúncula, que fueron completados por Fray José Antônio Cruz Duarte en el momento en que vivía en Roma. Pero la torre es menos barroca y la testera conserva la vidriera del frente, así como la vidriera sobre el Sagrario, en tanto que era el edificio mucho más viejo de Agarráis. En torno a 1739, se puso un panel frente a la Porciúncula y cerró esta ventana.
En el centro, sobre el altar, Fray Dito pintó una enorme imagen del Crucifijo de São Damião, que hace juego con los ladrillos rústicos. Fue iniciativa suya crear la pequeña iglesia en el centro del Claustro. La Fraternidad acogió el emprendimiento y las dos Parroquias se involucraron en las campañas para viabilizar la construcción. “Entre los vitrales fue un regalo de la Orden Franciscana Seglar y las puertas, en cedro, fueron donadas por la Familia de Fray André Becker. Además, el albañil fue donado por la Paróquia Santurrón Antônio”, explicó fray Gilberto, considerando que el material mucho más caro fue el piso, en grano y mármol.
En la celebración, fray Gilberto agradeció a todos los monjes – recordó también al difunto fray Antônio Lopes -, feligreses y benefactores que ayudaron a hacer realidad este sueño en Sorocaba. Fray Dito, a su vez, tomó la palabra y agradeció especialmente a fray Gilberto, alabando su aptitud de “constructor”.
Según fray Gilberto, en este momento comienza un trabajo de divulgación para anunciar la nueva “joya” franciscana. “El próximo noviembre, nuestro clero va a tener una asamblea aquí para entender esta capilla”, dijo.
Comunicado de la Provincia de la Inmaculada Concepción