“La misericordia no abandona a los que se quedan atrás”. papa
“En esta Fiesta de la Divina Clemencia, el anuncio más encantador llega a través del discípulo mucho más retrasado. Sólo hacía falta él, Thomas. Pero el Señor lo esperaba. La misericordia no abandona a los que quedan atrás”, ha dicho el Papa mientras celebraba la Misa del segundo domingo de Pascua en la Iglesia del Espíritu Beato ‘en Sassia’.
Bianca Fraccalvieri – Ciudad del Vaticano
El Papa Francisco salió esta mañana del Vaticano para caminar unos metros hasta la Iglesia del Espíritu Beato ‘in Sassia’, al lado de la Curia General de los jesuitas, para festejar la Misa de este segundo domingo de Pascua.
Y lo hizo en el mismo lugar donde, 20 años antes, San Juan Pablo II instauró el Domingo de la Clemencia al canonizar a la polaca Hna. Faustina Kowalska.
Como en los ritos de Semana Santa, no hubo fieles. En la homilía, el Pontífice comentó el Evangelio de Juan y la semana que los discípulos pasaron tras la resurrección del Profesor, una semana marcada por una “horrible incredulidad”.
Frente este sentimiento, Jesús regresa en medio de ellos para comunicar que Dios no se cansa de prolongar su mano para levantarnos. Y esta “mano” es exactamente clemencia. Dios no es un jefe con quien ajustar cuentas, sino el Padre que siempre y en todo momento nos levanta.
“Hoy, en esta iglesia que se ha convertido en un santuario de la misericordia en Roma, en el domingo que San Juan Pablo II dedicó a la Divina Clemencia hace veinte años, acojamos con confianza esta leyenda”, ha dicho el Papa.
El Papa advierte sobre el virus de la indiferencia
Entregar nuestras miserias al Señor
A Santa Faustina, Jesús le ha dicho: «Yo soy el amor y la misericordia en persona; no hay pobreza que pueda sobrepasar mi misericordia» (Todos los días, 14/IX/1937). Una frase que sorprendió a la santa fue en el momento en que Cristo le solicitó que ofreciese lo que es realmente de el -también nuestro-, su miseria.
Asimismo nosotros tenemos la posibilidad de cuestionarnos si hemos mostrado nuestras caídas al Señor o si existe algún pecado, remordimiento, herida o resentimiento que nos guardamos. “El Señor espera que le llevemos nuestras miserias, a fin de que descubramos su clemencia”.
En la mitad de los acólitos, Jesús exhibe sus lesiones y solicita a Tomás que las toque, conociendo el cariño.
“Tomás, que había llegado tarde, cuando abraza la misericordia sobrepasa a el resto acólitos: no cree sólo en la resurrección, sino asimismo en el cariño sin limites de Dios. Y hace la profesión de fe más sencilla y bella: “¡Señor mío y Dios mío!”. (Jo 20, 28).”
Esta es la resurrección del acólito, explica Francisco, que tiene rincón en el momento en que su humanidad, frágil y herida, entra en la humanidad de Jesús. Es la misma fragilidad que estamos ensayando en este momento de reclusión.
En esta Fiesta de la Divina Misericordia, el aviso mucho más cautivador llega a través del discípulo mucho más atrasado. Solo hacía falta él, Thomas. Pero el Señor lo esperaba.
“La misericordia no deja a los que se quedan atrás”.
El virus de la indiferencia egoísta
Mientras pensamos en una recuperación de la pandemia, advirtió el Pontífice, es exactamente este peligro el que se cuela: olvidar quién queda atrás.
“El riesgo es que nos golpee un virus aún peor: el de la indiferencia egoísta. Se transmite desde la iniciativa de que la vida mejora si me va mejor, que todo irá bien si me va bien”.
El virus se contagia en el momento en que se escoge a la gente, se desecha a los pobres, se inmola a los que se quedan atrás “en el altar del avance”.
“Es hora de eliminar las desigualdades, remediar la injusticia eso atenta contra la salud de toda la raza humana de raíz!”, exhortó.
Repartir bienes no es ideología, es cristianismo
La comunidad cristiana primitiva practicó la misericordia, como se detalla en el libro de los Hechos de los Apóstoles: los fieles “tenían todo en común. Vendían la tierra y otros recursos y repartían el dinero entre todos, según las pretensiones de cada uno de ellos» (En 2, 44-45). “Esto no es ideología”, recordó Francis. “Es el cristianismo”.
En esa comunidad, tras la resurrección de Jesús, solo quedó uno. Hoy parece acontecer lo contrario: una pequeña parte de la raza humana ha avanzado, al paso que la mayoría se quedó atrás. Y el Papa insistió:
“No pensemos sólo en nuestros intereses. Aprovechemos esta prueba como una oportunidad para elaborar el mañana de todos. Sin descartar a absolutamente nadie: a todos. Por el hecho de que, sin una visión de conjunto, no va a haber futuro para absolutamente nadie”.
Hagamos como el apóstol Tomás, concluyó el Papa: aceptemos la misericordia, que es la salvación de todo el mundo. Y seamos misericordiosos con los más débiles: solo así reconstruiremos un mundo nuevo.
Esperamos que le gustara nuestro articulo “La misericordia no abandona a los que se quedan atrás”. papa
y todo lo relaciona a Dios , al Santo , nuestra iglesia para el Cristiano y Catolico .
Cosas interesantes de saber el significado : Dios