La historia del belén como fuente de inspiración para nuestros

Llegó el instante en que las familias se organizan para montar el árbol de Navidad y el belén. Esta es la Temporada de Adviento, que comienza precisamente cuatro domingos antes de Navidad y se extiende hasta la primera víspera del nacimiento de Jesús. En 2019, comenzó el domingo 1 de diciembre. Según la tradición cristiana, este es el día correcto para la asamblea.

Historia

A principios de diciembre, muchas familias dejan levantados sus árboles de Navidad y belenes, simbolizando la unión de la familia en torno a la fe cristiana, vivida eminentemente en las semanas de diciembre que preceden a la llegada de Nuestro Señor Jesucristo.

La historia del belén comienza en el siglo XIII y fue construída por San Francisco de Asís en 1223, en el momento en que instaló la representación en una cueva en Italia, reproduciendo así la escena del nacimiento de Jesús a los campesinos. En ese instante, la Iglesia no permitía que se realizaran representaciones rituales en las parroquias, pero San Francisco pidió que se levantara la prohibición, para recordar a la gente la natividad de Jesucristo.

concepto y valores

El pesebre representa el nacimiento de Jesús. El montaje reproduce el itinerario de espera de la llegada del Salvador. Dios envió al ángel Gabriel para comunicar a la Virgen María, que daría a luz a un niño llamado Jesús. María acepta el llamado y, al lado de su esposo José, el carpintero, viajan de Nazaré a Belém.

De ahí la tradición cristiana de esperar el turno del 24 al 25 de diciembre para poner al Niño Jesús en un pesebre, como ademán de humildad y simbolismo del que nació ‘pobre’ para socorrer a la raza humana de errores, puesto que en la misma ilustración del belén se contempla al Niño recién nacido entre los animales y los pastores, en la naturaleza, esto es, Dios haciéndose humano en un ambiente simple.

En la escena siguen mostrándose los Reyes Magos (nombrados únicamente en el Evangelio de Mateo), guiados por una estrella que conduce al Salvador (comúnmente utilizada en los belenes). En la ocasión, el trío agasaja al niño con oro, incienso y mirra.El Papa San Gregorio Magno († 604), en una de sus homilías, explica el concepto de todos los dones que recibió Jesús: que Él es rey, con el oro; quien es Dios, con el incienso (en tanto que el incienso se emplea para el sacrificio a Dios); y que es mortal, con mirra (que embalsama los cuerpos de los fallecidos).

carta del papa

Pie. Felipe Cosme Damião Sobrinho, párroco de la Paróquia Nossa Senhora da Candelária, en São Caetano, y instructor de la Facultad de Teología Nossa Senhora da Assunção – PUC SP, cita la Carta Apostólica “Admirabile Signum”, del Papa Francisco, – presentado a principios de diciembre – que charla del concepto y valor del belén.

Dice: “siguiendo los pasos de Francisco de Agarráis, en una visita a Greccio, en la diócesis de Rieti, en Italia, donde pudo localizar los orígenes del belén en el santuario y asimismo en una capilla. El belén levantado por San Francisco, en medio del bosque, en la Navidad de 1223, que reunía el auténtico belén, el belén de Belén, donde Cristo nació entre nosotros y fue puesto entre la paja para mostrarnos la señal de humildad y pobreza, un nuevo rumbo de vida y felicidad para toda la humanidad”, resalta.

signo de humildad

También según el p. Felipe, el belén debe exhibirnos que Dios se realizó pequeño para enriquecernos, como tan claramente lo atestigua el Nuevo Testamento.

“La visita de Jesús, asumiendo nuestra condición humana, nos abre horizontes de vida novedosa, donde como María y José, como esperanza probada, debemos aprender a adorar al Señor. Debemos estudiar a venerar al Señor en anticipación del reino definitivo, siendo una Iglesia al servicio de la vida, que debe disponer su tienda entre el pueblo”, señala.

El sacerdote deja un mensaje motivador para los leales este diciembre.

“Abramos nuestros hogares para acoger tantos belenes, visitemos nuestras iglesias, recemos frente a los belenes y alabemos a Jesús, hijo bendito de la Virgen María y del Padre Eterno, que nacido en Belén desea ofrecernos todo el Pan de Vida, el Pan de la Paz, su propia vida”, destaca.