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“La fe debería dejarte desafiándote a ti mismo” – Arzobispo Martin
El arzobispo Diarmuid Martin siendo entrevistado por Patsy McGarry del Irish Times en la Catedral de San Patricio, Dublín, como parte de la serie de charlas Aware Resilience realizadas en conjunto con Veritas. Foto cortesía: Lynn Glanville.
Como sacerdote, es muy difícil celebrar las misas fúnebres de tus padres, dijo el arzobispo Diarmuid Martin de Dublín, al recordar la muerte de su madre y su padre con meses de diferencia en el mismo año.
En una sesión de preguntas y respuestas con la periodista del Irish Times, Patsy McGarry, que se llevó a cabo en ayuda de los servicios de apoyo de Aware para quienes sufren de depresión y se sienten suicidas, el arzobispo dijo que la muerte de su madre fue una completa sorpresa.
Su padre estaba en el hospital en el momento de morir y el personal médico le pidió al joven cura que no le revelara a su padre que su madre había fallecido, ya que habría socavado su salud. Sus padres murieron cuando solo tenían 68 y 69 años.
“Hacer frente a la muerte no es fácil”, reconoció el arzobispo Martin y dijo para la persona que enfrenta la muerte: “Debe ser terriblemente solitario morir en medio de equipos médicos”.
Dijo que él y su hermano habían enfrentado su pérdida juntos y que eso habría hecho felices a sus padres.
Cuando se le preguntó si la fe era y es parte de su mecanismo de supervivencia, el arzobispo dijo: “La fe no es una zona de confort. La fe debería dejarte incómodo. La fe debería dejarte desafiándote a ti mismo”.
También recordó haber estado en zonas de guerra como Burundi, donde se produjeron tiroteos y bombardeos. En un hospital allí se había encontrado con monjas que atendían a una niña de cinco años que se recuperaba de un intento de decapitarla.
“Su abuela estaba sentada junto a su cama; ella tenía resiliencia; estas son las cosas que han influido en mi fe”.
Hablando en la Catedral de San Patricio en Dublín en un evento patrocinado por Veritas, el Arzobispo dijo que su fe encapsulaba tres cosas: la dignidad de cada persona tal como Dios la creó; que Dios nos creó como una familia y debemos expresar eso en la forma en que vivimos; y que Dios nos dio un hogar en la tierra que debemos cuidar.
Dijo que la fe debe unir estos tres elementos en lugar de centrarse solo en uno u otro de ellos.
“La fe es importante para mí. Tengo mi propia fe simple e inadecuada. Pero la fe también puede convertirse en una zona de confort en la que las personas pueden alejarse de las realidades de la vida. La fe puede dañar a las personas. La Iglesia creó personas que están dominadas por la culpa y los escrúpulos, y de eso no se trata la fe en Jesucristo. La fe debería liberar a la gente”, comentó, refiriéndose a algunas de las cartas desagradables que ha recibido a lo largo de los años de quienes afirman que no está haciendo su trabajo.
Hablando de algunas de las cosas que le hubiera gustado haber hecho mejor en sus años como arzobispo, dijo que le hubiera gustado tener una mejor relación con sus sacerdotes, ya que hubo momentos en los que no había entendido sus desafíos.
