BURGOS, 21 de julio. 21/03:26 pm (ACI).- El obispo Mauricio (1213-1228) bendijo, el 20 de julio de 1221, la primera piedra de la construcción de “un imponente edificio de fe” que se mantiene estable después de ocho siglos. De esta forma se refirió Monseñor Mario Iceta, Arzobispo de Burgos, a la Santa Iglesia Catedral en la celebración de su Dedicación.
Construida según los parámetros de la arquitectura gótica de la época, la catedral de Burgos es “morada de amor y misericordia”, pensamiento de “promoción cultural, económica, social y de primer orden”, merced a personas e instituciones que, hace 800 años De sus años, “la cuidan y la miman con cariño”.
El arzobispo subrayó que el sentido último y teológico de la catedral está representado en el atrio de Santa María, que canta las excelencias de la Madre de Dios: “Pulchra est et Decora” (“Es puro y precioso”). El rey Fernando III, el Santo, que impulsó la construcción de la catedral, se encomendó a Nuestra Señora con estas expresiones. Ahora, el actual arzobispo volvió a María de la misma manera, para pedir el fin de la pandemia.
Un concierto de campanas de toda la ciudad de Burgos antecedió a la misa celebrada en la catedral, que comenzó tras una procesión de cruces y estandartes de todos los arciprestes, sin presencia de público, gracias a las limitaciones sanitarias que entraron en vigor ese mismo día. . La procesión recorrió las calles que rodean el templo hasta entrar en la Puerta Santa, abierta para celebrar el Año Jubilar. La archidiócesis también estuvo representada con terrenos de múltiples lugares de la provincia de Burgos.
En la Misa estuvieron presentes representantes de todas las autoridades pastorales diocesanas, civiles, militares y académicas, además del Cardenal Arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, el representante de la Charla Episcopal, Luis Argüello, el Arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, el obispo de Santander, Manuel Sánchez, el de Astorga, Jesús Fernández, y el emérito de Burgos, Fidel Herráez, y de Jaén, Ramón del Hoyo, tal como los abades de Silos y San Pedro de Cardeña. Entre ellos estaba asimismo el obispo electo de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García Cadiñanos, a quien el arzobispo obsequió con su próxima insignia episcopal.
El canto litúrgico de la misa estuvo al cargo de la Orquestra Sinfônica de Burgos y el coro Orfeón Burgales. Tras la misa, la sociedad burgalesa rindió homenaje a la catedral, con los bailes de los Gigantillos y Gigantones, el ayuda de cámara español y el himno de la región.
Posteriormente, los frailes benedictinos de São Domingos de Silos cantaron vísperas en la catedral, que recibió una iluminación particular. La día finalizó con un concierto de la orquesta de la RTVEfuegos artificiales y concierto de la artista Rozalén, en el Coliseum de Burgos.
Al día después, actuaron los Boy Singers of Vienna. Asimismo se instaló una tarta gigante, con 800 velas.
Hace cuatro años, la fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos 2021 inició la organización de los actos conmemorativos de tan singular aniversario, que se alargará un año más.
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