Jesucristo: la promesa de vida

A lo largo de la vida y especialmente en Navidad (pues el 25 de diciembre se celebra su nacimiento), los que tienen la fe cristiana no pueden dejar de rememorar Jesús. Las religiones más grandes se fundamentan en su predicación y sabiduría e incluso los no creyentes van a estar de acuerdo en que es por él y el Biblia que existen pautas de comportamiento en el planeta, ahora que tanto las leyes como la ética se fundaron en estas enseñanzas.

A pesar de los distintos conflictos que enfrenta el ser humano, quienes lo adoran saben que ese no es el deseo del Padre. Pues fue en un instante de incomprensiones, guerras y desamor por los demás que Dios envió a su único hijo como propio corderoa fin de que fortaleciera la fe, la Palabra y mostrara a todos que no hay miedo para los que creen en la vida eterna al costado del Señor.

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Es así Jesucristo mostró que la búsqueda del amor en vida es natural para el hombre, en tanto que es fruto de él. Sin embargo, de la misma manera que quieres ser amado, tienes que estudiar a amar en la vida.:

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y ​​con tu mente, y con todas tus fuerzas; este es el primer mandamiento; y el segundo, como este, es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que estos.” – Expresiones del Mesías en Marcos 12: 30-31.

“Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, así como yo les he amado. Nadie tiene mayor amor que este, que alguien dé su historia por sus amigos.” – expresiones de cristo en Juan 15 : 12-13.

La narración de Jesús

Todas las religiones basadas en cristiandad tienen el Nuevo Testamento en la composición de la Santa Biblia. todo esto Evangelio informes desde el nacimiento hasta el momento en que Jesús abandona nuestro plan, regresa al lado del Padre.

Es un sendero de amor de su parte con sus hermanos y acólitos, y al mismo tiempo de odio, donde el hombre muestra la mucho más pura ignorancia y ruindad, hasta el punto de renunciar a la paz interior por el dinero y la lujuria.

Una promesa de Dios

María, prometida en matrimonio con José, quedó embarazada antes de la liturgia. Sin haber tenido nunca relaciones con su prometida, José decidió romper el compromiso a escondidas para que la joven no sufriera represalias por la parte de la familia y la sociedad. Sin embargo, un primer milagro ocurrió en la vida del humilde carpintero, una noche el ángel Gabriel lo visitó entregándole el siguiente mensaje:

“José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Beato es.

Ella va a dar a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, por el hecho de que él salvará a su pueblo de sus errores”.

Evangelio según Mateo 1: 20 – 21

El Nacimiento del Niño Jesús

El 25 de diciembre se festeja el nacimiento del Mesías (fecha elegida después de que se adoptase el cristianismo en Roma, tomando el lugar de la festividad pagana del solsticio de invierno), el año fue precisamente el 4 a.C. Esta fecha quedó marcada durante la historia y es la representación aun del calendario anual adoptado en la mayor parte del mundo, el día es asimismo popular como una de las principales festividades veneradas en múltiples rincones del mundo. Y si bien muchas familias olvidan el verdadero fundamento, lo celebran espontáneamente, pues el nacimiento de Cristo no es más que la representación de la unión y la familia, con el más hermoso sentimiento de deseo de que todo sea mejor a partir de este día.

O hijo de Dios nació en el mucho más humilde de los escenarios, sus padres carnales, María y José, se dirigían a Belén, ya que el líder del Imperio de Roma, César Augusto, ordenó a todos que viajaran a su tierra natal para alistarse en un censo. Y como José era del estirpe de David, y María embarazada era su prometida, debieron realizar este viaje sin tiempo para pensar en su bienestar.

“En aquellos días César Augusto publicó un decreto ordenando el censo de todo el imperio romano.

Este fue el primer censo realizado en el momento en que Quirino era gobernador de Siria.

Y todos fueron a su localidad natal a alistarse.

Así que José asimismo se fue de Nazaret en Galilea a Judea, a Belén, la localidad de David, por el hecho de que era de la vivienda y linaje de David.

Fue a alistarse con María, que se encontraba prometida con él y aguardaba un hijo.

Mientras estaban allí, llegó el momento de que naciera el niño, y ella dio a luz a su primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, por el hecho de que no había rincón para ellos en la posada”.

Evangelio según Lucas 2: 1 – 7

El ángel entonces visitó a 3 buenos pastores que estaban en el campo con sus ovejas y les anunció el nacimiento del Niño Jesús, al poco tiempo pudieron ver al ángel subir al cielo y adjuntado con otros recitar loas y celebrad con cantos el cariño del Señor.

“No poseas miedo. Os traigo una buena nueva que va a traer alegría a todo el pueblo: El día de hoy en la ciudad de Belén les ha nacido un Salvador, que es Jesús, el Hijo de Dios. Esto les servirá de señal: Hallaréis a un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre”. – Lucas 2:10-12

Huyendo de Herodes el Grande

El procurador de roma Herodes (popular como Rey de Judea debido a tal poder) se enteró del nacimiento de Cristo, y furioso con la situación deseó asesinar al niño. Este odio fue impulsado por el hecho de que el “Rey” era detestado por su pueblo por ser hijo de una madre idumea. No obstante, consiguió positivos puntos de vistas del Imperio De roma que dirigía una gran parte de la región y por lo tanto se convirtió en alguien de esencial rango.

Entonces, los 3 Reyes Magos llegaron al territorio buscando al hijo del Señor, el Rey Prometido. Este cuestionamiento fue lo que despertó la ira del tirano, y haciéndose pasar por un óptimo tipo, ordenó a los 3 Reyes que llevaban valiosos regalos al niño que descubrieran su ubicación y se lo dijeran más tarde para que él también pudiese proceder a reverenciarlo. Como es natural, esa no era su verdadera intención.

Engañado por los Reyes Magos que comprendieron el auténtico deseo de Herodes y no retornaron a su palacio, se encolerizó y ordenó una enorme matanza en todo el territorio. Muchos inocentes pagaron con su historia, varios niños fueron arrebatados de los brazos de sus progenitores y asesinados a sangre fría.

Jesús, de nuevo fue protegido por el Padre celestial que envió un ángel a José:

“Y cuando se habían ido, he aquí, un ángel del Señor se apareció a José en un sueño, diciendo: Levántate, y toma al niño ya su madre, y huye a Egipto, y quédate allí hasta que yo te diga; por el hecho de que Herodes buscará al niño para matarlo.

Y él se levantó, tomó al niño y a su madre a la noche, y salió a Egipto.

Y estuvo allí hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliese lo dicho por el Señor por medio del profeta, en el momento en que dijo: De Egipto llamé a mi hijo. – Mateo 2:13-15

“Pero cuando murió Herodes, he aquí, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto,

diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel; porque los que buscaban la vida del niño están muertos.

Entonces él se levantó, tomó al niño y a su madre, y se fue a la tierra de Israel”. Mateo 2:19-21

Contra la Casa del Padre

Uno de los pasajes bíblicos más conocidos de Jesús en su infancia es su aparición en el Templo. Con solo 12 años, él y su familia iban en un largo viaje al Templo para festejar la Pascua (fecha que luego fue cambiada para representar la resurrección de Cristo), pero ese año el niño desapareció. Era una multitud que peregrinaba hacia el lugar para alabar al Señor, y José y María no hallaron al niño.

Al regresar al Rincón Santurrón, encontraron al muchacho enseñando los mandamientos de Dios a los sacerdotes y también instructores del sitio. Todos miraban con incredulidad al chaval que parecía haber vivido con los suyos. Padre, pues los datos de sus historias eran ricos y tal era su sabiduría sobre las Escrituras.

Al ser regañado por Mary por apartarse de su lado, respondió:

“¿Por qué me procurabas? ¿No sabíais que en casa de mi Padre me es requisito estar? – Lucas 2:49

bautizado de adulto

Ahora adulto, Jesús se halló con Juan el Bautista a orillas del Jordán. Ansiaba su bautismo, pero Juan no se sentía digno de él. Cristo, sin embargo, solicitó humildemente el acto del bautismo, diciendo que era el deseo del Padre.

Juan Bautista, aceptando su misión, lo ungió en las aguas del río, y en ese instante se abrieron los cielos:

“Y cuando Jesús fue bautizado, subió después del agua, y hete aquí, los cielos le fueron abiertos, y vio al Espíritu de Dios que descendía como paloma y se posaba sobre él.

Y he aquí, una voz del cielo dijo: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia”. – Mateo 3: 16,17.

Los Apóstoles y la Edad Adulta

Debido a la voluntad del Señor por la cual Jesús fue enviado, por el momento no continuaría entre los hombres. Su mayor periodo de enorme enseñanza duró poco mucho más de 3 años. Para que nada se perdiese, entre los muchos discípulos que le seguían, escogió a 12 Apóstoles, en quienes puso plena seguridad a fin de que se cumpliera lo esperado por el Padre. Ellos son: Santiago (hijo de Alfeo), Andrés, Mateo, Pedro, Juan, Santiago (hijo de Zebedeo), Bartolomé, Simón Zelote, Tomás, Felipe, Judas Tadeu y Judas Iscariote.

âeurosœLlamó a sus discÃpulos, y de entre ellos escogió a doce, a los que llamó apóstoles†– Lucas 6:13.

Las pruebas y vejaciones por las que pasó Cristo en la tierra fueron incontables. El hombre, siempre con un espíritu lleno de ambición y avaricia, rechazó cualquier mensaje y enseñanza pacífica, pues para entender el amor de Jesús, tendría que dejar su lujuria y poder.

Resucitó a la gente, amó a los paganos, salvó a los incrédulos, alimentó a los necesitados, curó a los enfermos, efectuó incontables milagros, realizó acciones inviábles para los humanos, sembró su sabiduría, limpió la Casa de Dios, nadie lo juzgó, no odió. , no dudó de la Palabra del Padre, lloró en silencio, padeció en silencio y sobre todo: amó a todos incondicionalmente, dando la propia vida en beneficio de los hombres.

la crucifixión

Traicionado por el valor de 30 piezas de plata, Jesús fue juzgado. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, solo cumplió su papel, ¿se ajusta a los hombres juzgarlo culpable? Recuerde que inmediatamente después del incidente, su vergüenza y remordimiento fue tal que se suicidó. Recuerda asimismo que quien realmente dio la última oración no fue Judas, sino más bien la población. Fue el pueblo el que solicitó la crucifixión de Cristo, si bien Poncio Pilato no le vio culpa alguna, y ahora lo había torturado a fin de que la multitud se calmara, sin éxito.

Como último recurso, el Gobernador decidió hacer uso de una tradición judía de dejar en libertad a un individuo condenada a muerte: allí estaban Cristo y Barrabás. Una vez más la multitud lo traicionó, pagó su amor con el sacrificio más ruin y lamentable de la época. De esta manera, en frente de los que lo amaban a él ya su madre, Cristo marchó cargando su pesada cruz a la espalda, fue escarnecido con una corona de espinas y fue crucificado en el Suplicio. Sus manos y pies estaban perforados con clavos y le daban de tomar vinagre todos los días.

La resurrección

Como se encontraba predicho, al tercer día Jesús resucitó. María Magdalena fue la primera en verlo y después también se apareció a sus acólitos.

“Mientras que hablaban de esto, Jesús mismo se puso en medio de ellos y les ha dicho: “¡La paz esté con ustedes!”.

Estaban sobresaltados y asustados, pensando que veían un espíritu. Él les dijo: “¿Por qué estáis turbados, y por qué razón brotan inquietudes en nuestros corazones?Mira mis manos y mis pies. ¡Soy yo mismo! Tócame y vas a ver; un espÃritu no posee carne ni huesos, como veis que yo tengo†.

Mencionado lo anterior, les mostró las manos y los pies. Y como ellos todavÃa no creÃan, tan llenos estaban de gozo y de asombro, les preguntó: ¿Tenéis algo de comer aquÃ? Le dieron un trozo de pescado asado,Y comió en su presencia.

Y les ha dicho: O sea lo que les dije en el momento en que aún estaba con nosotros: Todo cuanto está escrito sobre mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Cánticos, debe cumplirse.

Entonces les abrió el comprensión, a fin de que comprendieran las Escrituras. Y les dijo: Escrito está que el Cristo padecería y resucitaría de entre los muertos al tercer día, y que en tu nombre el arrepentimiento para el perdón de los pecados sería predicado a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Nosotros sois presentes de estas cosas. Os envío la promesa de mi Padre; pero permaneced en la localidad hasta el momento en que seáis investidos de poder desde lo alto. – Lucas 24: 36-49.

la imagen de cristo

Una de las imágenes más conocidas de Jesús es la que tiene los dedos de la mano derecha levantados y la mano izquierda apuntando al corazón.

Los dedos levantados simbolizan las dos vidas de Cristo, la Divina y la humana, los 3 dedos de abajo son su acompañamiento: la Santísima Trinidad. Su mano izquierda apunta a su enorme corazón, con la capacidad de sacrificarse por todos.

oracion de jesus

Nuestro Padre

“¡Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre! Venga tu reino, hágase tu intención, así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdónanos nuestras deudas, como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos dejes caer en la tentación, mas líbranos del mal, pues tuyo es el Reino, el poder y la gloria por siempre y en todo momento. ¡Amén!” – Mateo 6:9-13.

Oración a Jesús Crucificado

“¡Aquí estoy, mi buen y muy, muy dulce Jesús! Humildemente postrado en tu presencia, te solicito y suplico con todo el fervor de mi alma, que te dignes grabar en mi corazón los más vivos sentimientos de fe, promesa y caridad y de verdadero arrepentimiento por mis errores, y estable propósito de enmendar . En espíritu, contemplo con enorme cariño y dolor, tus cinco llagas, teniendo presente las expresiones que puso en tu boca el profeta David, buen Jesús: Horadaron mis manos y mis pies y contaron todos mis huesos”.

Novena a Jesús

Oración de apertura para cada día

“¡Oh, Señor y Dios santo!

Animado por tu amabilidad sin limites y por los continuos favores que concedes a los que imploran ante tu imagen, clemencia y perdón, vengo a ti: ¡Oh! Padre mío, Jesús Nazareno, para sugerirte mis humildes dones y presentarte las pretensiones de mi pobre alma.

Confieso que te he insultado con enormes faltas, las cuales he repetido sin cesar; pero ahora arrepentido, los detesto y me propongo, ayudado por nuestra felicidad, enmendarme. Movido, pues, por estos sentimientos, os suplico: ¡Oh! ¡Buen Jesús mío!, que, mediante los dolores de vuestra Pasión, respondáis a las súplicas que les dirijo en esta Novena, si son de vuestro agrado y beneficio para mi alma. Amén.”

Oración final para cada día.

“¡Oh, mi dulce y amado Padre, Jesús Nazareno! Al considerar tu amor y la amabilidad con que me has acogido en este día, un grito de gratitud escapa de mis labios y el recuerdo de tus misericordias llena mi alma, y ​​has sufrido toda clase de castigos y trabajos y muerte de cruz.

También a mí, llegando a la cima de todo bien, nos das en el Sacramento del altar, queriendo ser nuestro manjar, único y perpetuo compañero. Por nuestro amor, te presentas en esta imagen Coronado de espinas, atado con cuerdas duras y vestido con un hábito de humildad y paciencia.

¡Gracias, Señor, por todo!, y para corresponder a tus favores, te solicito la felicidad de cumplir siempre tu ley, imitar tus virtudes y vivir y fallecer en tu amor. Amén.”

Tras cada día rezar asimismo: 3 Padrenuestros, 3 Avemarías y 1 Gloria. Trata de mentalizar la felicidad que precisas todo el tiempo.

Primer día

“Ha llegado la hora de la Pasión. Jesús va con sus discípulos al Huerto de los Olivos, y allí, de rodillas, ora y ofrece sus dolores a su Padre Eterno. El espectáculo de las afrentas y de la desaparición próxima es tan horrible que parece desmayarse hasta sudar sangre. Solo estaba animado por el pensamiento de que hacía la intención de su Padre y que nuestra salvación dependía de su muerte en la cruz. Haz, Jesús mío, secar tu sudor, aborreciendo mis pecados, causa de tu Pasión y muerte.”

Segundo día

“Judas llega con sus soldados para arrestar a Jesús. Sale a su encuentro, y al recibir el beso del acólito traidor, los judíos caen sobre Jesús como lobos sobre un manso Cordero. Encarcelado, por tanto, con gruesas cuerdas, Jesús es llevado, entre insultos y golpes, como un criminal, a la presencia del Sumo Sacerdote. Concédeme, Jesús mío, que sea manso y humilde como Tú, tolerando el desprecio de mis prójimos”.

Tercer día

“¿Quién puede declarar lo que Jesús padeció por los judíos?

Los ministros del Señor pasan la noche vituperándolo y maltratándolo ignominiosamente, algunos le escupen en la cara y Herodes lo desprecia. Aun Pedro, su leal acólito, se abochorna de conocerlo. ¿Y he de quejarme de las penas que he merecido por mis pecados? Señor, algo deseo sufrir por tu amor.”

Cuarto dia

“Los judíos claman por la muerte en la cruz del Salvador. Pilato, temiendo las amenazas del pueblo, cree que va a poder aplacarlo si ordena castigar a Jesús. Atado, ya que, a una columna, el Divino Maestro es azotado tan bárbaramente por los soldados que su cuerpo queda totalmente despedazado y cubierto de Lesiones y Sangre. Oh, Divino Redentor, hazme querer la mortificación que necesito para eliminar mis errores.”

Quinto día

“Ya que Jesús había afirmado que él era Rey, los soldados de Pilato deseaban reírse de su realeza. Por ello ordenan a Jesús que se siente; Y sobre sus hombros desnudos echaron un manto de púrpura, clavaron sobre su cabeza una corona de espinas afiladas, y en sus manos pusieron una caña como un cedro. Unos de rodillas se burlaban de Él indignamente, otros lo llenaban de esputo, y con la caña le golpeaban en la cabeza con ella, clavándole poco a poco más las espinas, y yo, ante esta triste escena, no aprenderé a tener paciencia, padecimiento por el que sufrió por mí?

Sexto día

“Pilato, al ver la figura lastimosa de Jesús después de la Coronación de Espinas, pensó que los judíos se conmoverían con sólo verlo. Llevan a Jesús al público y dicen: He aquí el Hombre: Mira aquí al hombre; No acercamiento la causa de la desaparición. Pero los judíos, en el momento en que vieron a Jesús y oyeron las expresiones del Presidente, respondieron a gritos: “Crucifícale, crucifícale”. Oh, Jesús mío, en el momento en que oiga los desprecios de los judíos y las blasfemias de muchos cristianos, protestaré en mi corazón diciendo ¡Viva Jesús! “¡Bendito sea su Beato Nombre!”.

séptimo día

“Dada por Pilato sentencia de muerte contra Jesús, los judíos se apuraron a hacer la ejecución. Vuelven a vestir a Jesús con su túnica, cargan sobre sus hombros una pesada cruz, y lo obligan a caminar con los pies atados por las calles de Jerusalén, la gente corre tras Jesús, deseosa de llenarlo de insultos. El Salvador, tan agotado, cayó al suelo múltiples veces, y los soldados temiendo que se desmayara en el sendero, obligaron al Cirineo a asistirlo hasta el Martirio. Haz, Jesús mío, que yo sea tu cirineo, llevando la cruz que me quieres enviar por amor y no por obligación.”

octavo día

“Casi sin vida, Jesús llegó al Calvario, y los crueles soldados lo clavaron en la cruz con gruesos clavos. En la mitad de gritos e insultos, lo levantaron y Jesús cayó en el tormento mucho más horrible. Al oír los insultos de sus contrincantes, el Salvador levantó la voz y solicitó perdón para ellos y salvación para nosotros. No fueron los judíos, ¡Oh! tolerante Jesús mío, que te crucificó, pero mis errores. Por eso afirmaré de forma continua: Jesús mío, clemencia.”

noveno día

“¡Oh, mi amado Jesús! ¡Qué bien representa tu imagen de Nazareno cuánto hiciste y sufriste por nosotros! Cautivo de los que tanto te injuriaron y maltrataron, nos diste ejemplo de paciencia insuperable. En nuestra patria entrarás como Rey de amor, que riges y riges los corazones de tus esclavos y devotos. ¡Oh, buen Jesús! Rige y rige los afectos de mi corazón, a fin de que te sirva como mi Dios y Señor. ¡Amén!”

Quizás la palabra que queda por entrenar entre los fatales es: empatía. Imagina la empatía como el sendero hacia el cariño, piensa en cómo Jesús padeció no solo por su dolor físico, sino al notar lo bajo que puede llegar una persona en cuanto al poder, al notar a distintas hermanos y hermanas padecer heridas que son los frutos. de una sociedad individualista y también injusta. La reflexión que queda es: ¿valió la pena todo? ¿Es el hombre capaz de amar verídica e incondicionalmente?

Es viable ser feliz sin tener que pasar por encima de nadie, quizás lo que Cristo verdaderamente quiso enseñar fue a ejercer la empatía, el respeto y el cariño por encima de cualquier otra cosa.

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