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Irlanda será consagrada al Inmaculado Corazón de María
El Primado de toda Irlanda, el Cardenal Sean Brady, ha confirmado que encabezará un Acto de Consagración que encomendará el país al Inmaculado Corazón de María en la Fiesta de la Asunción.
A él se unirá el Arzobispo Eamon Martin, Arzobispo Coadjutor de Armagh, quien actuará como el celebrante principal y predicador en la Misa en el Santuario de Knock durante la Novena anual a Nuestra Señora de Knock.
Se espera que obispos, sacerdotes y laicos de todo el país se unan a los dos prelados para la ceremonia especial que se produjo como resultado de una decisión de la Conferencia Episcopal Irlandesa en su reunión de junio. La liturgia de la ceremonia ha sido ideada por el Centro Nacional de Liturgia en Maynooth.
La Oración de Consagración encomendará las familias, los hogares y las diócesis de Irlanda a Jesús a través del Inmaculado Corazón de María y llamará a Nuestra Señora a velar por los jóvenes de Irlanda.
En un comunicado, los obispos católicos dijeron que como la Iglesia universal está celebrando actualmente un Año de la Fe, es apropiado que el Acta de Consagración “traiga a la mente a la mujer de fe por excelencia y pida sus oraciones por el pueblo de este país. .”
Hablando sobre la ceremonia, el Cardenal Brady explicó: “En su reciente encíclica para el Año de la Fe, el Papa Francisco nos invitó a dirigirnos a María, Madre de la Iglesia y Madre de nuestra Fe. Estoy muy contento de que los obispos católicos irlandeses hayan decidido en su reunión de junio consagrar Irlanda al Inmaculado Corazón de María”.
“Tengo muchas ganas de estar en nuestro Santuario Nacional en Knock el 15 de agosto para pedir la bendición maternal de María sobre el pueblo de Irlanda. La Fiesta de la Asunción es uno de los días más grandes del año en Knock, con obispos, sacerdotes y personas presentes para la apertura de la Novena”.
“Invito a la gente de Irlanda a venir a Knock ese día o a unirse a este hermoso acto devocional rezando la oración de encomienda en sus hogares e iglesias parroquiales”.
La consagración a Nuestra Señora está bien atestiguada en la tradición de la Iglesia. Se entiende como la “encomienda” de la persona consagrada a Nuestra Señora.
Según la enseñanza de la Iglesia, la consagración “es un reconocimiento consciente del papel singular de María en el Misterio de Cristo y de la Iglesia, de la importancia universal y ejemplar de su testimonio del Evangelio, de la confianza en su intercesión y de la eficacia de su patrocinio, de las muchas funciones maternas que tiene, ya que es verdadera madre en el orden de la gracia para todos y cada uno de sus hijos”.
El acto de consagración se hace “al Padre, por Cristo en el Espíritu Santo, implorando la intercesión de la Santísima Virgen María, a quien nos encomendamos totalmente, para guardar nuestros compromisos bautismales y vivir como hijos suyos”.
Por Sarah MacDonald
