Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María

Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María

Inmaculada Concepción de la Muy santa Virgen María

Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María

Nueve meses antes del nacimiento de María (8 de septiembre), la Iglesia celebra la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Muy santa Virgen María. Esta celebración fue aprobada por el Papa Sixto IV, en 1476, y después, de forma extensiva para toda la Iglesia, por Clemente XI, en 1708. Es dado que María, por singular privilegio, fue conservada de toda mancha de pecado de el primer instante de su vida.

«En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen prometida en matrimonio a un varón llamado José, de la vivienda de David. La virgen se llamaba María. El ángel entró donde ella estaba y ha dicho: “¡Salve, llena de felicidad! El Señor está contigo”. Estas palabras la perturbaron y comenzó a preguntarse cuál era el concepto del saludo. Entonces el ángel le ha dicho: “No temas, María, porque has hallado gracia enfrente de Dios. He aquí, concebirás y vas a dar a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David su padre. Reinará sobre la descendencia de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. Entonces María le preguntó al ángel: “¿De qué forma va a suceder esto si no conozco al hombre?” Y el ángel respondió: “El Espíritu Santo va a venir sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por consiguiente, el que ha de nacer será llamado santo, Hijo de Dios. Asimismo Isabel, tu familiar, concibió un hijo en su vejez. Este es ya el sexto mes de la que llamaban estéril, por el hecho de que para Dios nada es imposible.” Entonces María ha dicho: “¡Hete aquí la esclava del Señor! Hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel se retiró» (Lc 1,26-38).

un sueño de amor

El texto del Evangelio, que la liturgia nos propone en la segunda lectura para esta celebración, está tomado de la Carta a los Efesios (1,3ss). Es un himno de alabanza, de gloria, de bendición, para celebrar el “diseño” de Dios para la raza humana: “Bendito seas Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual… y nos eligió… para ser beatos y también irreprensibles… y adoptados como hijos.”. Un sueño y un proyecto, que encuentra su modelo en María: santa y también inmaculada.

Un sueño violado y restaurado

Este sueño fue violado por el pecado de Adán y Eva, que la liturgia nos muestra hoy en la primera lectura. El sueño de Dios contempla la libertad de hombres y mujeres para decir “sí o no”.

En el “sí” de María, Dios retoma su sueño original y prepara el “terreno” para que su Hijo Unigénito, Jesús, se realice hombre en el seno de una mujer. Un “sí” que llega tras un instante de vacilación y perplejidad, pero que, en el final, cede por amor, por el hecho de que no puede decir no al Amor al que se pone a disposición. En María, llena de gracia, toda hermosa, toda pura, toda santa, resplandece la belleza de Dios, que se convierte en obra maestra del amor de Dios.

Todos están destinados

Todos nosotros “somos predestinados”, llenos de toda bendición y seleccionados para ser santos e inmaculados. De ahí que, la Virgen María no solo ha de ser “admirada”, con ternura y desconcierto, sino más bien “imitada”, a fin de que la hermosura de Dios pueda resplandecer en la tierra, gracias a los muchos “sí” que prosiguen diciendo los hombres y mujeres de el día de hoy. Dar, bajo el ejemplo e intercesión de María, la Inmaculada Concepción.

Fuente: Vaticano

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Esperamos que le gustara nuestro articulo Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María
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Cosas interesantes de saber el significado : Dios