RELIGION CRISTIANA

Iglesia de Madrid reabre tras explosión que dejó 4 muertos

MADRID, 22 de marzo. 21/10:12 (ACI).- La parroquia de la Virgen de la Paloma, en La capital española, reabrió sus puertas el viernes 19 de marzo, tras la trágica explosión de gas ocurrida el 20 de enero, en la que fallecieron 4 personas: Padre Rubén Pérez Ayala, el paisano David Santos y otros dos, Javier Gandía y Stefko Ivanov.

El párroco, Gabriel Benedicto, festejó la Misa de reapertura del templo y recordó y rezó por los fallecidos, cuyos familiares y amigos estuvieron presentes en la celebración.

La explosión se causó en el exterior del edificio parroquial, sito en la calle Toledo, debido a una fuga de gas que entró en el edificio por la rotura de la tubería subterránea.

El fragancia de gas se empezó a sentir de forma fuerte dentro del edificio unos minutos antes de la explosión, si bien algunos viandantes lo olieron en la calle a distintas horas del día, según se supo después.

En el momento del accidente, las cuatro personas fallecidas se encontraban afuera, frente al edificio. Pie. Rubén fue salvado en vida y trasladado al hospital, donde murió poco después.

Según comunica la Archidiócesis de Madrid mediante una novedad de la agencia arquidiocesana Infomadrid, en su homilía, el párroco Gabriel Benedicto manifestó su incapacidad para «comprender el sentido pleno de los hechos vividos».

No obstante, recordó que “hoy el Señor desea consolarnos a todos”. «¿En quién podemos confiar sino en Dios?»

Por eso pidió a Dios “que nos haga sentir que nos ha reunido aquí para abrazarnos y consolarnos tras este golpe. Él es un Padre, nosotros somos sus hijos y nos une y nos llama al amor recíproco”.

Además, resaltó que “la sanación empieza por aceptar la propia historia” y resaltó que, ante la catástrofe, “nos reconocemos mucho más como hermanos y como familia”.

También encomendó a Dios la comunidad parroquial para que “veamos al futuro con esperanza” y destacó que san José –la Misa se celebró en la solemnidad de san José–, “que tuvo que abrazar una realidad que no había escogido , nos asiste a seleccionar y abrazar esta historia que ya es una parte de la crónica de la parroquia, de La Paloma, de todos nosotros”.

También, reveló que, luego de la explosión, le entregaron la Biblia que pertenecía al P. Rubén y en su interior encontró este fragmento: “Maestro, mire este precioso templo. Pero tengo que decirte que no quedará piedra sin eliminar”.

Esto le llevó a reflexionar que “es verdad que nada quedará de todo este templo, sino de nuestro templo, de nosotros, de nuestra vida, de nuestras actitudes, de todo lo que hemos hecho”.

El párroco mentó ciertos recuerdos que tiene de los fallecidos. del padre Rubén recordó el entusiasmo que sintió por la parroquia y su esfuerzo por llevar promesa al vecindario durante el confinamiento por la pandemia del coronavirus, probando que “nos encontramos juntos, no estamos solos, somos tus vecinos”.

De David Santos resaltó que fue “un excelente esposo y padre”, resaltó su “carisma con los jóvenes”, su facilidad y su “capacidad de admitir las cosas buenas de las situaciones”.

De Javier Gandía resaltó que fue un gran padre y que tuvo un matrimonio muy unido, y lamentó que sus familiares no tengan la posibilidad de participar de la Eucaristía debido a los confinamientos regionales por la pandemia del coronavirus en España.

Por último, recordó Stefko Ivanov, “un hermano búlgaro que vivía en la ciudad de La capital española y cuya madre le había conquistado el corazón”.

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