Este artículo es de Rodrigo Choinski, anunciado en el sitio de la Facultad Federal de Paraná (
Alumnos del curso de Tecnología Lutería de la Universidad Federal de Paraná forman parte del desarrollo de restauración de un tesoro musical guardado en la iglesia Bom Jesus dos Perdões, situada en la Praça Rui Barbosa, en Curitiba. Se trata de un órgano de cilindros que fue montado a inicios de la década de 1920 por la empresa alemana Laukhuff y que hoy ocupa el centro del balcón principal. La restauración está al cargo de fray Lauro Both, organero formado en la Escuela Oscar Walcker Schule, en Ludwigsburg, Alemania, que concilia su trabajo en la iglesia con sus ocupaciones como profesor invitado en el curso de la UFPR, ocasión aprovechada por la facultad para trasmitir a los alumnos la enorme experiencia de Both en este tipo de instrumentos.
El órgano de tubos en el que trabaja el fraile lleva el nombre de su constructor, Johannes Speith, quien en 1926 vino a Brasil singularmente para acompañar el montaje final de ese y otros instrumentos vendidos al país. Además de las reparaciones y afinaciones, el desarrollo de restauración va a devolver las características originales del instrumento, las cuales fueron modificadas por reparaciones y adaptaciones efectuadas en sus 93 años de historia.
El profesor rota sus ocupaciones entre las clases que se desarrollan en el Ámbito de Educación Profesional y Tecnológica de la UFPR (SEPT) y el trabajo en la Iglesia Bom Jesus dos Perdões. Ambos, enseña que se concluyó la restauración de los fuelles, la lustración con la eliminación de las múltiples capas de barniz que escondían la acción de las termitas, la instalación del nuevo motor, asimismo importado de Laukhuff, pintura novedosa de las flautas hecho de cinc. Aplicación de termiticida en todas las maderas. La entonación para la afinación general también está en avance.
En el final del proceso, se reinstalarán los tubos de plomo auténticos que llevan el aire de las válvulas a las flautas del instrumento, que son los conjuntos de tubos que producen sonido al liberar aire comprimido. El instrumento tiene desde tubos de unos pocos centímetros hasta los mucho más enormes de seis metros, cada conjunto genera un timbre preciso y están hechos de madera y metal.
Asimismo se recuperará la bomba manual que inicialmente activaba los fuelles. El fuelle es una gran bolsa de aire con pesos que sostienen una presión constante, cuando presionas la tecla, una válvula conectada a las flautas libera el paso del aire para generar el sonido. Hoy día, el teclado funciona con comandos eléctricos, sustituido en los años 90 a lo largo del último cuidado del dispositivo, pero el instrumento volverá a tener sus sistemas mecánicos.
Según Both, “el órgano llegó a Curitiba en mayo de 1924, construído por los frailes Tito e Inocêncio, bajo la dirección de Carl Essenfelder, hijo de Florian Essenfelder, y también estrenado el 13 de junio de 1924, con una misa solemne por el obispo diocesano Dom João Francisco Braga”. El montaje fue completado en 1926 por el constructor del órgano, Johannes Speith, quien pasó un tiempo en Brasil, para el montaje de otros instrumentos, incluido el de la Iglesia de Beato Estanislau, en Curitiba.
El organero explica que tras la Segunda Guerra Mundial, los órganos se volvieron a construir con controles mecánicos, reemplazando los sistemas eléctricos y neumáticos. El motivo es buscar el sonido original del instrumento, que se ve damnificado por la apertura instantánea en la situacion de los sistemas eléctricos.
Ambos dicen que en la década de 1980 el órgano era “barroco” siguiendo la inclinación de reproducir el sonido de los aparatos construidos antes del siglo XIX. Algunos juegos de flautas de órgano se cortaron al tono, característico de los instrumentos barrocos. La flauta original, romántica, era más extendida, manteniendo una mayor reverberación, al tiempo que en el tono solo había una abertura, llamada ventana. Estas flautas en este momento serán sustituidas para que el instrumento vuelva a sus peculiaridades auténticos
Aprendizaje
Los estudiantes participaron en el desarrollo, que sirve de laboratorio para las clases. Amilly Bárbara es un ejemplo. Se especializa en pulimentar madera y fue responsable de renovar el exterior del instrumento.
El fraile exhibe el manual de fabricación de órganos que tiene como referencia, escrito por un monje benedictino en 1777, pero asegura que no todos los conocimientos precisos están en los libros y que es la experiencia en la construcción, cuidado y reparación lo que a lo largo de los años forma el órgano titular. Al final del curso, cada estudiante generará un Portativo, que es el género de órgano más pequeño que existe, y puede ser llevado por el músico. El instrumento tiene todas y cada una de las partes constitutivas de los órganos primordiales y el músico lo maneja de forma manual en el momento en que toca.
Capacitación
La narración de los dos como organero comienza en 1987. Explica que no era un instrumentista de nivel avanzado pero que, con el órgano, acompañaba cantos en celebraciones religiosas. A veces brotaban problemas con el instrumento y no era fácil localizar a alguien que pudiera arreglarlo. Por lo que sugirió a su superior que lo enviara a Alemania, donde se encuentran las primordiales compañías de construcción y restauración de estos objetos.
La iniciativa de una estadía de un año se convirtió en tres años y medio entre estudiar en la escuela en Ludwigsburg y la educación en la firma Gebrüder Stockmann Orgelbau, en la ciudad de Werl, que durante su estadía habría cumplido 100 años. El fraile hace aparición en la foto conmemorativa al lado de los trabajadores y otros practicantes.
El docente explica que el curso consta de 2 fases, cada semestre comienza con un periodo intensivo de seis semanas de clases, donde se aprende la parte técnica y teórica del instrumento, luego los estudiantes pasan a actuar como aprendices en la constructora y órgano. cuidado. En 1992, el sacerdote, que también es físico, recibió de manera oficial el título de organero tras finalizar sus estudios.
sonoridad
Invitado por Both, el instructor jubilado de la UFPR, Ricardo Herrmann, exhibe la robustez del instrumento, en una rápida presentación de un fragmento de una composición de Johann Sebastian Bach para nuestro reportaje y para los fieles presentes en la iglesia. Herrmann es hijo del organista Rodrigo Herrmann, quien fue profesor de capilla en la Catedral de Curitiba, con quien comenzó a estudiar el instrumento.
El primer concierto tras la restauración realizada por Both está pensado para el 10 de junio, fecha donde se reabrirá el órgano.
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