moacir beggo
São Paulo-SP) – Un domingo soleado, una agradable mañana de otoño, para muchos el casco antiguo de São Paulo está “muerto”. Pero en Largo São Francisco, el domingo de Pentecostés mostró una Iglesia viva y participativa. A las 10:30, la iglesia del Convento São Francisco, que este año celebra sus 370 años, se llenó de fieles para celebrar a Antônio, en su Trezena; María, en el Año Mariano; y el Espíritu Santurrón en la solemnidad de este día.
Este domingo Trezena llegó a su quinto día y el predicador, fray Gustavo Medella, reflexionó sobre el tema “San Antonio y Santa María, ayúdanos a ser morada del Espíritu”.
El Definidor y coordinador del Frente de Comunicación de la Provincia de la Inmaculada tomó como base de su reflexión un texto de san Antonio, “refulgente teólogo y también intelectual de primer orden”.
“San Antonio llama la atención sobre el significado del saludo que Jesús reitera múltiples veces: ‘La paz sea con nosotros’. El santurrón señala que la palabra PAZ, compuesta de tres letras, en latín PAX (PAX) es una convidación de Jesús a la fe en la unidad de la Trinidad. La “P” se refiere al Padre, la “A”, primera vocal, apunta a Jesús, la voz (o vocal) del Padre, y la “X”, doble consonante, es el Espíritu Santo, que procede del Padre y del hijo. Al decirnos, incluso hoy, ‘la paz sea con vosotros’, Jesús sugiere la fe en la unidad de la Trinidad. Con relación a la Trinidad, por la fe, María es Hija del Padre, Madre del Hijo y Mujer del Espíritu Santurrón. He aquí el primer elemento para que seamos morada del Espíritu: la fe en la Santísima Trinidad”, explicó.
Según fray Gustavo, otro punto destacado por Antônio es la posición en la que Jesús se coloca entre los suyos: siempre entre ellos. “San Antonio nos ten en cuenta que el centro es el sitio que le corresponde a Jesús, en el cielo, en el seno de la Virgen, en el pesebre y en la cruz. En el cielo, como afirma el libro del Apocalipsis, el ‘Cordero está en el centro del trono, o sea, en el Seno del Padre’; en el seno de María, Nuestra Señora es símbolo de los habitantes de Sión, de los que dice el profeta Isaías: “Alégrense y canten alabanzas, habitantes de Sion, por el hecho de que el Beato de Israel es grande entre ustedes” (Is 12,6). ) ; en el pesebre, colocado entre 2 animales; sobre el madero de la cruz, crucificado entre 2 condenados. Siempre y en todo momento en el centro. Por eso, dice Antonio: ‘Jesús está en el centro de cada corazón. Está en el centro pues de ella, como del centro, irradian todos y cada uno de los rayos de gracia para nosotros que caminamos alrededor de ella y nos movemos en la periferia’”, añadió el fraile, citando los rayos que irradian del Sagrado Corazón de Jesús. .
Al fraile, Jesús le dice asimismo que está en ‘entre vosotros’ como quien sirve. “Exactamente porque Jesús está en el centro, el cristiano está seguro de salir de sí. Los apóstoles, llenos del Espíritu Santurrón, se hicieron entender pues adquirieron el coraje de dejar sus miedos, tuvieron la aptitud de salir al acercamiento del otro para comunicar con la palabra y con la vida las maravillas del Señor. Esta es la segunda lección que nos enseñan María y Antonio para ser morada del Espíritu: Que Jesús sea el centro de nuestra vida para que tengamos el valor de salir de nosotros mismos para ponernos al servicio de la humanidad. ‘Yo estoy en la mitad de vosotros como el que sirve’. De este modo debemos ser en la mitad del planeta”, destacó fray Gustavo.
El fraile terminó la homilía animando a la multitud. “¿Y cuándo caemos en el pecado del egoísmo y la indiferencia? Basándose en el ejemplo de San Pedro, que fue capaz de denegar tres ocasiones a Jesús, San Antonio nos instruye: “Pedro, que primero había caído negándolo, se levantó en la mitad de los hermanos, indicando de esta forma el nosotros que, levantándonos del pecado, colocarnos en la mitad de nuestros hermanos y hermanas, por el hecho de que en el centro está el amor que se extiende al amigo o al enemigo’”, enseñó.
Fray Gustavo deja todos y cada uno de los días una “tarea” para pensar. Ayer se olvidó del desafío y dejó, este domingo, dos tareas: “Fortalezcamos nuestra fe en la Santísima Trinidad a través de la oración y la meditación y tratemos de salir de nosotros mismos para ponernos predisposición del otro, pidiendo nosotros mismos, ¿qué puedo llevar a cabo por ellos? ¿Qué precisan de mí?”
En el final de la celebración, al terminar el Tiempo Pascual, se apagaba el Cirio. Según fray Medella, como acólitos de Jesús, llenos del Espíritu Santo, debemos ser en este momento la “Luz de Cristo” que irradia entre nuestros hermanos y hermanas. Fray Medella dio la bendición final, apta para el día.
La misa de las 10:30 am cuenta con los pequeños de la catequesis, quienes participaron activamente en la liturgia. El párroco, fray Alvaci Mendes da Luz, recordó que este lunes sigue Trezena al mediodía. Entre las campañas de la Parroquia, según cuenta fray Alvaci, es recaudar fondos para volver a poner y colorear la testera del Convento hasta septiembre, cuando se festejarán las fiestas del 370 aniversario del Convento.