Aparecida (SP) – El llamado se escuchó con toda su fuerza a lo largo de la tarde de este jueves 3 de agosto, en el momento en que se inició el Capítulo de las Esteras de la Familia Franciscana de Brasil en el Centro de Acontecimientos Aparecida. Este acercamiento es un instante histórico de celebración: clausura del año jubilar de los 800 años del Perdón de Agarráis, 50 años de la fundación de la CFFB y 300 años del encuentro de la Imagen de Nuestra Señora Aparecida en el río Paraíba.
El presidente de la Conferencia de la Familia Franciscana, fr. Éderson Queiroz, OFMCap, y la Junta Directiva subieron al ámbito para recibir a los mucho más de mil participantes de este Capítulo, que entraron de la mano para abrazar en círculos el enorme salón de la Centro, donde permanecerán hasta este domingo, teniendo momentos de celebración, capacitación y sobre todo de confraternización.
Este enorme evento reúne a religiosos de la Primera Orden (Frailes Menores, Frailes Menores Capuchinos, Frailes Inferiores Conventuales), la Segunda Orden (Hermanas Clarissa), la Orden Franciscana Seglar (laicos), la Juventud Franciscana (laicos), la Tercera Orden Regular (TOR), de Congregaciones y Movimientos similares a Francisco y Clara de Agarráis. El Arzobispo Dom Orlando Brandes encabezó la Eucaristía en el final de este primer día y dio la bienvenida a todos los franciscanos.
Fray Vitório Mazzuco, OFM, pronunció la primera conferencia del evento e insistió asimismo: Debemos volver a Asís.
“Con enorme alegría les doy la bienvenida a esta feliz y también histórica celebración del 800 aniversario del Perdón de Asís y 50 años de la creación de la CFFB. Pasaron ochocientos años en los que aquella docena de frailes se realizó multitud y concertó una reunión en Asís para festejar lo que se conoció como el Capítulo de las Esteras, pues asimismo ellos querían volver a Agarráis. Volver al espíritu de los orígenes, volver al encuentro con Francisco y Clara, regresar a la embriagadora experiencia de Cristo Pobre”, ha dicho el presidente de la CFFB.
Para Fray Éderson, Assis es nuestra patria espiritual. “Debemos volver a Asís para comprender la raza humana que vive en nosotros, tan necesaria para conocernos a nosotros desde Dios. Debemos volver a Asís para estudiar de Francisco”, añadió el fraile capuchino.
Asís, según él, es el sitio de Francisco, el lugar de los pobres, el sitio de los que padecen, de los atacables, pues ellos tienen la felicidad de infundir el Evangelio del Señor en nuestros corazones. “Requerimos volver a Agarráis para entender lo que nos ofrece Francisco de Roma en el Evangelii gaudium: una Iglesia de los pobres, una Iglesia de los débiles en la verdad débil de nuestro pueblo, una Iglesia que sea hospital de campaña, es decir, abierta a todos los que están heridos y heridos en esta dura historia de la raza humana”, enfatizó.
Para el fraile es necesario volver a Agarráis para comprender lo que significa el cuidado de nuestra Casa Común, nuestra relación fraterna con la creación. “Tenemos que volver a Asís para entender lo que significa llevar la misericordia de Dios al mundo. Francisco, tan rápido como conoció al Papa Honorio y recibió este don de la indulgencia, llegó a Agarráis, lleno de gran alegría, proclamó: ‘¡Quiero mandarlos a todos al paraíso!’. Esta es nuestra vocación, que Francisco de Roma nos recordó el 4 de agosto del año pasado en la Porciúncula. Tomando las expresiones de Pobrecillo, mencionó que nos encontramos llamados a hacer paraísos, donde el infierno reitera que prevalecer en la vida humana”, recordó.
Y volver a Asís significa, según el fraile, ver la verdad de Brasil. “No necesito decir lo que pasó en Brasil en los últimos tiempos, pues lo que pasó en Brasil en los últimos tiempos es un llamado que viene de los pobres, los últimos, y que llega a este Capítulo despertando en nosotros la capacidad de indignación. Brasil no posee dinero para Seguridad Social, no posee dinero para educación, para salud pública, no tiene dinero para programas de asistencia a los vulnerables, pero tiene dinero para comprar legisladores, jueces y tantos otros”, denunció. , bajo muchos aplausos.
E insistió: “Este Capítulo debe estar plagado de indignidades. Una indignación debe conseguir el poder de nuestro corazón franciscano, puesto que nos encontramos en casa de la Madre que oraba: derruye a los poderosos de sus tronos y eleva a los humildes. Debe ser nuestra oración, ha de ser nuestro llanto, debe ser nuestra letanía en estos días, aquí, almacenados bajo tu mirada”.
Regresar a Agarráis es asimismo festejar los 50 años de la creación de la Familia Franciscana en Brasil. “Es hija lícita del Concilio Vaticano II, que llamó a la vida religiosa consagrada a volver a sus orígenes, a tomar de las fuentes, a reencontrarse. Nacimos en el Consejo como Charla, como Familia. Y cuando Francisco estuvo en San Damián, ¿qué escuchó del Crucificado? ‘Francisco, ¿no ves mi casa en ruinas? ¡Ve y reconstruye mi casa!’. Si nuestra sociedad necesita ser reconstruida, si nuestra Iglesia, en varios puntos, necesita ser reconstruida, si la vida religiosa consagrada precisa un sendero de reconstrucción, la Conferencia de la Familia Franciscana de Brasil necesita ser reconstruida. Requerimos reconstruir nuestros lazos de pertenencia, necesitamos reconstruirnos para identificar al otro como hermano, necesitamos reconstruirnos como charla en la comprensión de nuestra interdependencia. Por eso, este Capítulo es asimismo una llamada a volver a Agarráis y percibir al Crucificado: ‘Id y reedificad la Familia Franciscana de Brasil en su comprensión, en su interdependencia, en su misión profética, en ese sentido de pertenencia’”. convocó otro turno.
Fr. Éderson acabó recordándonos que nos encontramos en la Casa de Nossa Senhora, la pobrecita, que este año cumple 300 años. “Que esta sea nuestra Porciúncula, un espacio para percibir, un espacio para colocar nuestro corazón y un espacio desde el cual seremos mandados en misión, para llevar la clemencia de Dios al planeta”, agregó.
FREI VITÓRIO: “La desesperanza y el desencanto en el mundo no pertenecen a nuestra iniciativa franciscana y clariana
En la primera reflexión del día, fr. Vitório Mazzuco habló sobre el tema y el lema del Capítulo: “Llevar la clemencia de Dios al planeta” y “¡Debemos volver a Asís!”.
Tras argumentar el origen de la palabra Capítulo, Fray Vitório mencionó que no tenemos la posibilidad de regresar al pasado, pero tenemos la posibilidad de traerlo a nosotros y actualizarlo. “Francisco de Asís y Clara de Agarráis no son beatos del pasado, sino del presente. Hacen avanzar nuestra historia y apuntan a un futuro de esperanza. Son beatos utópicos. La desesperanza y el desencanto en el planeta no pertenecen a nuestra iniciativa franciscana y clariana”, dijo.
Según el fraile, Agarráis está aquí, en tiempos de guerras, tensiones, crueldad urbana, gobierno paralelo al narcotráfico y un ataque ética que es la mala gestión a la que nos encontramos sujetos. “Assis está aquí en la mitad de espectaculares ataques terroristas, la depresión ganando terreno como un gran síndrome moderno; la alienante búsqueda de la felicidad por medio de las drogas; una eclesiología con el freno de mano puesto, pero que comienza a aflojarse de a poco. Hace 800 años, un indigente llamado Francisco, entra en la composición eclesial y hará soñar a un Papa; y hoy un Papa Francisco hace soñar y caminar soltando amarras a toda una Iglesia”, añadió.
“Regresar a Agarráis, el tiempo de Clara y Francisco, es volver al tiempo de humanizar a un Dios y deificar lo humano. Si no, ¿de qué manera enamorarse de la Encarnación? Volvamos como peregrinación, conversión y también indulgencia, manejando a la Misericordia”, ha propuesto el fraile, que reflexionó bastante sobre la misericordia.
“La clemencia no es solo una ley moral o ética, sino es una virtud esencial para cualquier relación. La Misericordia, la Fraternidad y la Compasión corren el riesgo de no ser comprendidas si no se pone en contacto a la red social mundial con la oportunidad de superar los gigantes abismos que nos apartan, abismos culturales, abismos de intolerancia, abismos de ausencia de valores que chocan en la distintas dimensiones de la vida. El Papa Francisco dice: ‘Entre los serios problemas de nuestro tiempo es precisamente la relación alterada con la vida’”, explicó.
Según fray Vitório, ¡el Capítulo es el instante más grande de la Fraternidad! “Somos una Familia Francisclariana en Capítulo, esto es, en la Revivificación del Carisma, en el reencantamiento del Ideal. Es imposible comprender un Capítulo que no admita la herencia de su inspiración original. El Capítulo es el enorme hecho de los que están unidos por un vínculo, por un vínculo, por un Espíritu Común”, resaltó.
Para él, el Capítulo nos recuerda que si la persona se escoge por la causa, por el proyecto de vida, todavía es una persona limpia, segura, transparente, pura. “Por una causa uno se hace hermano y hermana en la misma búsqueda. El Capítulo es democrático. La democracia funciona si el emprendimiento es definitivo. La democracia, en el Capítulo, tiene su fuente en la fraternidad y en la misericordia que ayúdanos a donar a una causa común. Si no posee ese espíritu, la democracia se regresa burguesa y una cosa indefinida. En el Capítulo, si no está claro el proyecto fundamental, se transforma en un encuentro alguno. Si está claro, hay buenos criterios, vestigios, pasos, líneas y caminos para retomar el andar”.
Para Fray Vitório, el Capítulo de las Esteras moderniza y profundiza la comprensión de la Vocación. “Las cintas de correr significan provisionalidad y abandono a la Providencia, que nos dará lo necesario para la vida. Las esteras significan que somos siervas y siervas de la sencillez; que en todo palpite la bondad de Dios y el cariño fraterno. Las esteras significan nuestra morada en un camino penitencial. La penitencia no es restricción, sino más bien liberación de cosas y apegos para una mayor disponibilidad en nuestra capacidad de amar”, completó el fraile.
Equipo de comunicación del capítulo