El sonido del golpeteo de los Kawas (bastones) repiquetea para anunciar la llegada de la delegación franciscana.
La Guardia de Honor de la Custodia de Tierra Santa precede a los monjes cada vez que hacen visitas oficiales.
También sucedió este año en Jerusalén para el tradicional trueque de felicitaciones entre los franciscanos de Tierra Santa y los líderes de las Iglesias ortodoxas que festejaron la Navidad el 7 de enero, por proseguir el Calendario Juliano.
La delegación franciscana, encabezada por el custodio, Francesco Patton, y el vicario, padre Dobromir Jasztal, se dirigió en un inicio al patriarcado ortodoxo griego para intercambiar deseos “en un ambiente cordial y fraterno”, dice el sitio web de la Custodia.
A lo largo del acercamiento, el padre Patton expresó “sentimientos de gratitud por la cooperación recíproca que les deja colaborar en los santuarios mucho más importantes, como el Santurrón Sepulcro y la Iglesia de la Natividad en Belén”.
El custodio también lamentó las manifestaciones contra el patriarca Teófilo III a lo largo de su entrada en Belén para las celebraciones navideñas.
“Quiero expresar mi cercanía y solidaridad con Su Beatitud el Patriarca Teófilo.
Rechazamos, condenamos y no podemos admitir ningún tipo de violencia contra ustedes”, dijo el Padre Patton.
Las bien difíciles condiciones de los cristianos en Egipto, por su parte, marcaron el encuentro con la comunidad copta.
Fue el patriarca copto-ortodoxo de Jerusalén, Anba Antonius, quien charló sobre la persecución contra los cristianos.
El patriarca también meditó sobre el significado de la Navidad.
Refiriéndose al nuevo año que termina de empezar, deseó que sea “un año de bien y paz para la raza humana”.
A lo largo de su visita a la comunidad siríaca, por su parte, el vicario don Jasztal recordó de nuevo las situaciones de tensión en Oriente Medio y expresó su cercanía a la numerosa red social de siríacos que aún hoy padece en Siria.
Por último, la asamblea con representantes de la Iglesia Ortodoxa Etiope, encabezada por Aba Embakob.