Finaliza la Etapa Continental del Sínodo 2021-2024 y
La etapa continental del Sínodo 2021-2024, que tiene como tema: “Por una Iglesia Sinodal: Comunión, Participación y Misión” cerrado el 31 de marzo. El archivo elaborado desde las cuatro reuniones regionales que se hicieron desde febrero de este año.
La primera fue en San Salvador, que cubrió Centroamérica y México, seguida de Santurrón Domingo, en República Dominicana, cubriendo la región del Caribe, pasando por Quito, Ecuador para escuchar los aportes de los países bolivarianos y finalizando en Brasilia, Brasil con aportes. de países latinoamericanos.
El documento con la síntesis continental fue enviado a la Secretaría General del Sínodo y va a ser utilizado como base para constituir el Instrumentum Laboris de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá su primera sesión en octubre del actual año y su segunda sesión en el mes de octubre de 2024.
El coordinador de la Etapa Continental del Sínodo 2021-2024 fue Mauricio López, quien agradece al cardenal Grech la confianza para realizar este servicio, algo que asumió hace un año, poco después de estar con el cardenal Hummes, a quien considera un maestro, un hermano, padre espiritual, con quien se hallaron en Oxford exactamente en un acto del Sínodo, en el momento en que el Secretario del Sínodo redactó esta invitación para poder realizar este servicio asociado a la etapa continental del Sínodo.
Hilar juntos, en una experiencia sin precedentes
Mauricio recuerda que la invitación era “para acompañar y apoyar la preparación de esta etapa sin precedentes”. Viendo hacia atrás, afirma que “lo que más me tocó fue que era una invitación a tejer juntos, a embarcarnos en una experiencia sin precedentes, donde la Secretaría y él mismo empezaban una experiencia sin precedentes”. El coordinador de la Etapa Continental afirma tener la impresión de que “hubo una valoración muy positiva de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, con una escucha amplia y extensa y asimismo muy potente, y que por otro lado hubo ciertos signos de empezando por un discernimiento comunitario con todo el pueblo de Dios”.
Asimismo destaca que “era imposible no conectar con la experiencia del Sínodo de la Amazonía, que abrió un modelo de escucha lo mucho más extenso posible, con la participación diversa del pueblo de Dios en los procesos sinodales”. Mauricio recuerda su pedido muy explícito de un compromiso inédito, deseando eludir una fuerte distracción de lo esencial, y junto a esto que el cardenal Grech sea personalmente parte del desarrollo, dada la dificultad de las realidades de las 7 zonas o continentes, que él considerado alén de sus habilidades o experiencia, a pesar de su experiencia internacional CVX. Tercero, poder hacer este sistema desde Ecuador, lo que significaba frecuentes asambleas matutinas.
Mauricio López recuerda que se comunicó con el cardenal Hollerich, “con quien medró la proximidad y la amistad, diciéndole que esta idea no podía ser con un modelo estandarizado, con un modelo impuesto desde arriba”, aseverando que el cardenal Grech también tuvo esa visión. Partiendo de la espiritualidad de los Ejercicios de San Ignacio, señala la existencia de las notas, “que son como un preámbulo para quien vive los Ejercicios y para quien los prosigue, y hay una sucesión de pautas para cuidar el proceso espiritual. No nos adelantamos, no imponemos bastante en el momento en que acompañamos, esperamos cuando la persona precisa mucho más tiempo, empujamos un tanto y animamos cuando es necesario”.
Una experiencia intercultural
En frente de la variedad de etnias y realidades, teniendo en cuenta la interculturalidad protegida por el Sínodo de la Amazonía, Mauricio López charla de “una espiritualidad ubicada en el marco y en el corazón del pueblo de Dios en cada una de las regiones o continentes” . En este sentido, recuerda que “al situar en un mismo sitio, con una perspectiva de discernimiento común, a esa porción del Pueblo de Dios en todos y cada zona o conjunto de naciones, ahora había una experiencia de interculturalidad”. Isto por el hecho de que “não era comum em alguns casos que esta clase de encontro improvável tivesse lugar entre bispos y también cardeais com o resto do povo de Deus, os leigos, mulheres, homens, religiosas, curas e diáconos, num diálogo em condições de igualdade, como hermanos y hermanas”.
“La naturaleza de la interculturalidad debe ver con esa variedad que estuvo presente, incluso en algunos lugares con los diferentes ritos de la Iglesia Católica entrando en diálogo”, dice el coordinador de la Etapa Continental. A esto se aúna “la interculturalidad que involucra las voces de las periferias, expresión también de toda esta diversidad de ministerios, con dinámicas y realidades muy particulares, incluso en continentes de dimensiones bastante pequeñas como Europa, estamos hablando de 39 episcopales conferencias, 45 países, donde se patentizó que las realidades culturales del Este, las realidades culturales de Europa Occidental estaban muy marcadas, y este método, en cierta forma, acortó distancias y, en cierta manera, facilitó un diálogo que de otro modo no sería viable. pasaron”.
Desde ahí, asegura que “definitivamente hay una profundización de la experiencia de la interculturalidad, pero con un panorama considerablemente más extenso. La Iglesia que quiere ser cada vez más pueblo de Dios, desde las diferencias, se evidenciaron diferencias que no son conceptuales, asimismo diferencias de origen, de identidad, de ministerio, asimismo conceptuales, y en esa búsqueda de caminos recurrentes”. En expresiones de Mauricio López, “obviamente en la situacion de América Latina hay toda una experiencia vivida, son décadas de experiencia, y allí asimismo pudimos observar una profundización real de esta dimensión intercultural de la sinodalidad”.
Una Iglesia unida en la diversidad
El coordinador de la Etapa Continental advierte que aún queda bastante camino por recorrer, esperando que “ésta sea una semilla que marque estos métodos de ser Iglesia, en este momento y más adelante, porque esa es la esperanza de la mayor parte de la multitud”. que participaron, con independencia de los temas que son muy importantes, pero donde hay una enorme variedad”. De ahí la idea de “una Iglesia de unidad en la variedad, donde también tengamos la posibilidad fomentar el discernimiento común, los encuentros interculturales, y esta diversidad de ministerios sentados en la mesa común de un solo pueblo de Dios”.
La app del diálogo espiritual como método para efectuar la Etapa Continental “fue una observación de la primera etapa del Sínodo”, dice Mauricio López, recordando que fue una época diocesana y de las charlas episcopales. De allí ten en cuenta que “en el Vademécum, donde se sugieren una secuencia de pautas metodológicas, se ofrece la conversación espiritual como método posible para trabajar en este Sínodo”. En palabras de la coordinadora de la Etapa Continental, “esto viene de la convicción del Secretariado, pero también del trabajo de la comisión metodológica, donde asimismo tuve el privilegio de participar con sor Nathalie Becquart y una secuencia de expertos de distintas regiones de todo el mundo sobre temas metodológicos, pero sobre todo de charla espiritual”.
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Fuente: cibersitio de la CNBB
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