OFICINA CENTRAL, 03 ago. 21/06:00 am (ACI).- El mes de agosto tiene varios días importantes en el calendario de la Iglesia, entre ellos las fiestas de beatos que tienen muchas cosas en común: algunas parejas de santos tienen vidas e incluso peculiaridades muy afines, como va a ver ahora.
Santos de la Penitencia: Afonso Maria de Ligório y João Maria Vianney
En los primeros días de agosto se festejan las fiestas de Santurrón Afonso Maria de Ligório (1 de agosto) y São João Maria Vianney (4 de agosto), conocidas como Beato Cura d’Ars.
Los dos son reconocidos por ser modelos de celo y de conducir a los católicos al sacramento de la Confesión. Doctor de la Iglesia y fundador de los Redentoristas, Alfonso se doctoró en derecho a los 16 años. En 1723, sin embargo, perdió un caso fundamental y abandonó esta carrera para convertirse en sacerdote. En 1745 escribió sus primeros trabajos devocionales y en 1748 publicó la primera edición de su guía de Teología Ética. Alfonso se ubica como entre los mucho más grandes teólogos morales en la narración de la Iglesia. En 1950, el Papa Pío XII lo declaró santo patrón de los confesores y teólogos morales.
Por su parte, el Cura de Ars también es honrado como uno de los más esenciales confesores y patrón de los párrocos. Hijo de campesinos cerca de Lyon (Francia), las horribles guerras de Napoleón Bonaparte le impidieron ingresar al seminario. En el momento en que al final pudo estudiar para el sacerdocio, su avance se vio obstaculizado por su completa incapacidad para aprender latín. Ordenado por último por su amabilidad, fue enviado al pequeño pueblo de Ars, en Villars-les-Dombes, donde sus superiores supusieron que no haría daño.
La gente empezó a ir al pueblo a confesarse, buscando su consejo y predicación. Transcurrido el tiempo, pasaba hasta 18 horas cada día en el confesionario. Exactamente la misma Alfonso, quien por último fue expulsado de exactamente la misma congregación que creó, Vianney se ganó la envidia de algunos curas que se quejaron al obispo de que se encontraba ido o mentalmente inestable. El famoso obispo respondió que quería que sus sacerdotes padecieran exactamente la misma disparidad. El Cura de Ars murió mientras escuchaba a un pecador arrepentido.
Beatos de los campos de concentración: Edith Stein y Maximiliano Kolbe
Los días 9 y 14 de agosto, respectivamente, festejamos a 2 beatos que fueron víctimas del horror nazi y que son beatos de la era moderna: Santa Edith Stein y San Maximiliano Kolbe.
Santa Edith, también famosa como Sor Teresa Benedita da Cruz, fue una conversa del judaísmo, monja carmelita, filósofa, autora espiritual. Natural de una familia judía, emprendió un largo y obscuro viaje desde que abandonó el judaísmo por el ateísmo y luego halló su camino hacia el catolicismo por medio de la filosofía. Abrazó el catolicismo tras estudiar filosofía de la fenomenología, el tomismo y leer la autobiografía de santa Teresa de Ávila. Ingresó a las Carmelitas en 1934 y fue trasladada de Alemania a Holanda en 1938 para huír de los nazis. En 1942, sin embargo, con Alemania ocupando Europa occidental, fue detenida junto con su hermana Rosa (también conversa) como una parte del decreto nazi contra todos los católicos no arios. Murió en una cámara de gas ese mismo agosto. El Papa San Juan Pablo II la canonizó en 1998 y, al año siguiente, la nombró copatrona de Europa, con Santa Brígida de Suecia y Santa Catalina de Siena.
San Maximiliano fue un sacerdote franciscano, teólogo y mártir. Nacido en Polonia, ingresó al convento franciscano en 1907, estudió en Roma y fue ordenado sacerdote en 1918. Como Santa Edith, tenía un intelecto destacable y era un matemático y científico talentoso, aparte de periodista. Se ganó el odio de los nazis por sus escritos, y en el momento en que Polonia cayó en el mes de septiembre de 1939, Kolbe fue arrestado varias veces y finalmente enviado a Auschwitz. Como prisionero, fue torturado por guardias de las SS por ser sacerdote católico, pero jamás dejó de ayudar a sus compañeros de prisión. Murió el 14 de agosto de 1941, tras ocupar el sitio de Franciszek Gajowniczek, un sargento del ejército polaco que estaba casado y había sido culpado a muerte.
Santurrones relacionados: Santa Mónica y San Agustín
El desenlace de agosto tiene 2 festividades consecutivas, la de Santa Mónica (27 de agosto) y la de su hijo San Agustín (28 de agosto).
Durante varios años y muchas lágrimas, Santa Mónica rezó para que su hijo, brillante pero rebelde, volviera en sí y se arrepintiera de su historia libertina donde despilfarró su sabiduría. Jamás dejó de orar y aguardar, y en el final, sus frases fueron respondidas. La conversión final de su hijo sucedió bajo la predominación de San Ambrosio de Milán y ella estuvo allí para presenciar el bautismo a manos de Ambrosio. Murió en Ostia, cerca de Roma, el 27 de agosto de 387.
Agustín se considera el más grande de los Padres de la Iglesia Occidental, ejercitó una enorme influencia en la capacitación de la teología cristiana y la civilización occidental. Nada de esto hubiera pasado si su madre lo hubiese abandonado.
Publicado inicialmente en el Registro Católico Nacional.
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— ACI Digital (@acidigital) 30 de julio de 2019